Las Entrevistas de El Gráfico

"No tengo miedo a perder el prestigio"

El Pibe le respondió a El Gráfico las clásicas cien preguntas y dejó de todo: anécdotas para tirar al techo, historias impresionantes y una revelación impredible sobre qué hubiera sido de no haber jugado al fútbol.

Por Diego Borinsky ·

21 de julio de 2008


 

Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de febrero 2004

 

1) ¿Quién te regaló la primera pelota? Mi viejo, que siempre me apoyó para que siguiera esta carrera. Era muy pequeño, pero me acuerdo de que en una Navidad me bajé de la cuna para ver lo que me había traído el Niño Dios y ahí estaban el balón y las zapatillas de fútbol. Jugaba con amigos y hermanos en las calles sin pavimento y en la playa. De pequeño me gustaba tener la pelota en los pies. Me quedaba horas con ella en el patio de mi casa.

2) ¿Cómo fue tu infancia? Normal, somos una familia de estrato medio bajo, pero mi padre siempre trabajó. Fue jugador de fútbol, después estudió y se licenció como profesor de matemáticas. Mi madre siempre fue ama de casa. Nunca nos faltó una comida. A veces comíamos una, no había para dos, pero siempre había una. Somos diez hermanos, cuatro hombres y seis mujeres. De niño era introvertido, siempre he sido tranquilo.

3) ¿Cuántos parientes futbolistas tenés? Son tantos… Mi padre, Carlos “Jaricho” Valderrama, jugaba en Unión Magdalena con mi tío, su hermano Toto. Por parte de madre, tuve los hermanos Palacio: Justo y Aurelio. Después vino la camada de nosotros. Un primo por parte de padre, “El Didí” Valderrama, y un hermano de él, Pablo, que jugó unos cinco años. También, por parte de la familia Palacio, jugaron Julián y Miguel González y el “Cundi” Palacio. Mis hermanos Ronald y Alan fueron profesionales por más de diez años, y Nelson no tuvo tanta suerte porque se lesionó empezando su carrera. Somos una familia de fútbol.

4) ¿En qué momento te diste cuenta de que podías ser profesional? A medida que me fui enfermando del fútbol. Empecé en mi barrio, El Pescaíto. Primero jugábamos calle contra calle y después barrio contra barrio. A los once años participé de los intercolegiales y a los 14 o 15 me llamaron a la selección del Departamento de Magdalena. Ahí ya hacía trabajos físicos y había que entrenarse de verdad. Me di cuenta de que tenía talento. A los 17 años estuve en una selección Colombia juvenil y ya arranqué para jugar al fútbol profesional.

5) En abril de 2003 anunciaste tu retiro, ¿cómo fue la decisión de colgar los botines? Fue en diciembre de 2002. Había terminado el contrato con Colorado Rapids y ya venía pensando que había llegado el momento. Era hora de irme. A mi señora fue a quien primero se lo dije. Ella se puso contenta. No fue fácil, pero lo llevo bien porque me tomé mi tiempo para decidirlo.

6) ¿Y ahora qué hacés en el tiempo libre? Recuperar con mi señora y mis hijos todas las horas que no les pude dedicar cuando jugaba. Por suerte soy joven para arrancar una nueva vida. Mi casa está en Tampa, Florida, y continuamente estoy yendo y viniendo a Colombia. Además, sigo vinculado con la Major League Soccer, viajo y doy clínicas.

7) ¿El buzo de técnico para cuándo? Todavía no tengo el título. Quiero hacer el curso, pero tiene que ser uno corto o cuando esté más instalado. Ahora, como voy y vengo, no puedo. Después de tanto tiempo como jugador, me siento preparado para dirigir, pero me falta el título, que es como un cartón que hay tener.

8) ¿Dónde te imaginás comenzando tu carrera como DT? Me gustaría empezar en cualquier país, yo soy internacional. Además un técnico tiene que demostrar sus conocimientos en el lugar que le toque dirigir. Esperemos que tenga suerte y me toque una camada que juegue bien al fútbol.

9) ¿Qué les pedirías a tus jugadores? Respeto por el balón. Sin pelota no se marcan goles, no se puede ganar. Perder el balón es darle ventaja al equipo contrario. Hay que tenerlo lo máximo posible para hacer daño.

10) ¿Cuándo y por qué decidiste hacerte el famoso peinado? Durante un tiempo me dejé crecer el pelo y después, con unos “trinches”, que son como unos peines con tres puntas, me lo fui poniendo así. Cuando me vio, mi mamá me lo quería cortar, pero entendió que a mí me gustaba y ya no dijo más nada.

11) ¿Y hoy cuánto tiempo le dedicás a tu pelo? Ahora ya no demoro nada. Al levantarme le doy con un poco de agua, champú, enjuague y pa’ adelante. Los primeros días sí era más difícil. Me demoraba mucho para que me quedara como quería. Estaba más de media hora delante del espejo.

12) ¿En algún momento pensaste en cortarte la melena? No, todavía no llegó ese día.

13) ¿Cómo hubieras reaccionado si te hacían una broma de concentración y te cortaban el pelo mientras dormías? Me hubiera enojado mucho. Mis compañeros sabían que podían cargarme con cualquier cosa, menos con eso. El pelo es sagrado.

14) De corrido, todos los equipos en los que jugaste. Comencé en Unión Magdalena, en 1981, y dos años después pasé a Millonarios, donde estuve un año. Del 85 al 88 jugué en Deportivo Cali, donde volví a jugar en 1997. Ya en Europa, recalé en el Montpellier, de Francia (88 al 91), y después pasé al Valladolid. En España me quedé menos de un año y volví a Colombia, donde primero jugué en Independiente Medellín (1992) y después en Junior (93-95). En Estados Unidos vestí las camisetas de Tampa Bay (95-98 y 2002), Miami Fusion (99) y Colorado Rapids (2002).

15) ¿Cuánto va a pasar para que Colombia vuelva a tener tantos buenos jugadores como los de tu generación? De pronto se ha demorado un poco. Salió una camada que pensamos que iba a ser mejor, pero se fueron quedando con el correr del tiempo. Veo bien a esta generación, a los que están en la selección. Hay jugadores de calidad, pero les falta demostrarlo. Creo que son capaces.

 

16) Pero Colombia no podía arrancar peor en las eliminatorias. Sí, empezamos complicados, pero recién es el principio. Estoy confiado en que el equipo se va a recuperar. No va a ser fácil, pero se van a clasificar. Sin duda, Brasil y Argentina están un escalón arriba; el resto, la pelea.

17) Te convocaron a la selección, pero ya no más para jugar. ¿Cuál es tu función? Maturana me había invitado para estar con el grupo. Esperemos que todo salga bien, que empecemos a ganar. Sólo así se sale de esta situación. La idea es aportar mi experiencia para que la selección ande mejor. Ojalá que los muchachos rescaten algo y puedan demostrarlo en la cancha.

18) ¿Qué pensaste cuando viste a Higuita tirar el “Escorpión”, en Wembley? Primero me sorprendió porque, obviamente, no esperaba esa reacción, pero después me dio satisfacción y alegría ya que hizo lo que sentía y lo que le gustaba. Si le hubieran hecho el gol habría pensado lo mismo, porque para hacer eso hay que tener mucha personalidad y alegría. La actitud es lo que destaco.

19) ¿Tenés pensado hacer un segundo partido despedida? Sí, en Estados Unidos, que fue donde me retiré. Todavía no hay fecha, porque no es fácil. Lleva su tiempo organizarlo, pero ya lo voy a hacer. Obviamente, otra vez acompañado por los mejores jugadores y por mis compañeros.

20) ¿Cuál fue el jugador del que más aprendiste? Fueron dos: Alfredo Arango y Jairo Alboreda. En Unión Magdalena tuve la oportunidad de jugar con ellos. Cuando yo empezaba, ellos terminaban. Aprendí mucho observándolos. Eran mis ídolos. Admiraba su calidad y su forma de juego. Tenía pósters y autógrafos de ellos.

21) ¿Con qué jugador de la actualidad te sentís identificado? De mi estilo es difícil encontrar uno. Hay jugadores muy buenos, cada uno con su calidad. Ronaldo, que marca la diferencia en los momentos complicados, y Zidane. También me gustan mucho Verón y Riquelme.

22) ¿Sos el Maradona colombiano? A mí no me gusta decir eso: que lo digan los periodistas o la afición. Dejé un reconocimiento para mi país.

23) De no haber sido futbolista, ¿a qué te hubieras dedicado? En el barrio había un odontólogo, y yo iba al lugar donde atendía porque me gustaban mucho los aparatos. Por eso pensaba en poder ejercer esa profesión. Pero la verdad es que siempre quise ser futbolista. Era el sueño mayor.

24) ¿Quién te puso el apodo? Mi padre jugaba en el Unión Magdalena. El técnico era un argentino, Rubén “El Turco” Deibe, que cada vez que mi viejo no me llevaba al entrenamiento le preguntaba: “¿Dónde está el pibe?”. De ahí quedó, y todos me dicen Pibe, salvo mi mujer, que me llama así sólo cuando está cabrona. Si no me habla con palabras románticas, como “amorcito” y cosas así.

25) ¿Cuántas veces te tiraste al piso por una pelota o corriste a un defensor 40 metros? Varias. Reconozco que no lo hacía muy a menudo, pero sí cuando era necesario.

26) ¿Cuán importante es un técnico en un equipo? En porcentaje debe tener un 30%, pero en la cancha definen los futbolistas. A la hora de la verdad, el técnico no puede hacer nada.

27) ¿Qué pensaste cuando sentiste que Michel te tocaba los genitales? Primero en el partido lo sentí como una provocación, como esperando una reacción que no tuve. Pero después, cuando lo vi por televisión, no podía parar de la risa. Son cosas del deporte, provocaciones.

28) Te tocó más de una vez, ¿cómo hiciste para no pegarle una piña? Me acuerdo de que me tocó tres veces: la primera no reaccioné, la segunda tampoco, pero a la tercera me saqué y le pregunté a los gritos: “¿Eres marica, te gusta tocarme?”.

29) El juego de Valderrama, ¿tiene cada vez menos espacio en el fútbol de hoy? No, pienso que todo depende de uno. Quieren hacer desaparecer ese estilo, pero no van a poder. Los jugadores de calidad siempre se van a imponer.

30) ¿Por qué creés que los colombianos te consideran el mejor? Por los resultados con la selección Colombia, por mi forma de juego, por cómo trato a la gente, que se siente identificada conmigo por lo que demostré. Me tocó brillar en un momento importante del fútbol colombiano.

 

31) ¿Por qué en 2000 dijiste que querías volver a la selección y una semana después te arrepentiste? Por cómo estaba jugando la selección quería volver y dar una mano, pero después lo pensé bien. Ya me había retirado, había tomado una decisión, y no me pareció bien volver. No quería influir. El grupo tenía que salir solo y tampoco quería llegar y robarles el lugar a otros muchachos que se lo habían ganado.

32) ¿Cuál fue el día más feliz de tu vida? El nacimiento de mis hijos. Fue algo inolvidable. Y Como futbolista haber clasificado a los mundiales con Colombia. Sobre todo al del 90, el primero después de tantos años. Había mucha alegría por la selección, que tenía posibilidades. Era el momento para volver a un Mundial, por los jugadores que había, y lo logramos jugando al fútbol.

33) ¿Y el peor día? Cuando mataron a Escobar. En el fútbol, uno gana o pierde, pero a Andrés no lo vamos a ver más. Y eso fue por el fútbol. Representó el momento más difícil de mi carrera. No lo podía creer cuando escuché la noticia. Es lo más amargo que me dejó la profesión.

34) ¿Por qué no pudiste brillar en Millonarios? El primer año que uno se va de su casa siente la soledad. Tenía 18 o 19 años, ya era grandecito, pero nunca me había desprendido de mi casa, siempre había estado ahí.

35) En Deportivo Cali las cosas cambiaron. Sí, me fue muy bien. Ahí exploté futbolísticamente y se me conoció fuera de Colombia. Porque donde me inicié, en Unión Magdalena, también alcancé buenos rendimientos, pero no se miraba mucho para allá porque era un equipo chico, de provincia.

36) ¿Cuánto tuvo que ver en eso Bernardo Redín? Mucho. Habíamos estado juntos en una selección juvenil y en el Cali fue mi socio. Nos combinamos a la perfección y la pasamos muy bien durante cuatro años. Formamos una dupla importante. Disfrutamos dando espectáculo. La felicidad de darle alegría a la gente, eso era primordial. Jugábamos con los ojos cerrados.

37) La mejor broma en una concentración. Una vez, cuando estaba en el Junior, íbamos en un ascensor varios jugadores, todos bien cambiaditos porque estábamos por viajar. De pronto se apagó la luz y un compañero le echó agua encima a Cassiani (Geovanis). El no supo quién era y se enojó mal conmigo pensando que era el responsable. Yo sabía quién había sido el culpable, pero no revelé su nombre. Después todo se calmó. El de la broma había sido Iván Valenciano.

38) ¿Cómo fue la adaptación en Francia, cuando pasaste al Montpellier? Los primeros seis meses me costó por el idioma y las costumbres. Después armamos un equipo muy bueno, y demostré que podía jugar. Tenía de compañeros a Cantona y Blanc, entre otros. En el 90 ganamos la Copa Francia, algo que nunca había logrado el club. Allá todavía me recuerdan por eso.

39) ¿A qué personajes famosos admirás? A Gabriel García Márquez y a Fernando Botero, por todo lo que le han dado a la gente de mi país y porque son símbolos de Colombia. Lo mismo que a Carlos Vives, Shakira y Juárez en este momento.

40) ¿Dónde comenzó la amistad con Carlos Vives? Nos conocimos de pequeños, en Santa Marta. Los dos estudiamos en el Liceo Celedón. Estábamos en distintos cursos en el bachillerato, pero en los recreos nos fuimos haciendo amigos. Después cada uno fue cogiendo su rumbo y nos encontramos cuando él empezó a ser la figura internacional que es hoy.

41) En Francia te iba muy bien, ¿por qué decidiste irte? Quería jugar en Italia o en España, y pensé que era la mejor decisión. Son cosas que suceden. En el Montpellier estaba bien, pero preferí buscar otros horizontes. De pronto uno se equivoca cuando elige, pero ya pasó. Son experiencias que sirven para ir creciendo.

42) ¿Pero qué fue lo que pasó en el Valladolid? Las cosas no funcionaron bien. Venía de Francia con mucha ilusión, pensando en quedarme más tiempo en España. El técnico era Maturana y también estaba Leonel Alvarez. Llegué junto a Higuita, pero al mes el presidente que nos había traído se fue, y el equipo empezó a caer. Había problemas económicos y de organización. Vi que no era el momento de aguantar y dije: “Tengo que buscar otro club”. Quería quedarme en Europa, pero como no hubo otra posibilidad, regresé a Colombia.

43) ¿Qué pensaste cuando viste que Roger Milla, después de robarle la pelota a Higuita, convertía el gol que los dejaba fuera del Mundial 90? Dentro de la cancha uno no piensa nada. Son errores que se cometen. Lo bueno es que el Loco perdió en la de él. Lastimosamente fue en un Mundial, donde lo vio todo el mundo, pero a mí me gusta que se pierda de esa manera.

44) ¿Cómo fue ese vestuario? No pasó nada dramático. Estábamos tristes por la eliminación. Teníamos equipo para avanzar más. Pero el grupo era fuerte, siempre fue unido y más en esos momentos difíciles. Lo importante es la admiración que uno le tiene al Loco, que murió –o perdió, mejor dicho– de la forma que él quería: jugando al fútbol, como siempre.

45) ¿Qué fue realmente lo que pasó para que no jugaras en Newell’s? Hasta posaste con la camiseta puesta. Habíamos acordado que cuando llegara a Rosario me iban a pagar un cheque de anticipo, como siempre se hace, pero me dijeron que no había plata. Había advertido que si se respetaba todo, jugaba, pero si no se cumplía el primer acuerdo regresaba para Colombia.

 

46) En ese momento se atribuyó tu decisión a otros factores, como la posible presión de la prensa, el acoso de los hinchas y el peligro al descenso. No, yo no supe nada de eso. Si me hubieran dado la plata que habíamos acordado, seguro que jugaba en Newell’s sin ningún problema.

47) ¿Y por qué se frustró tu llegada al Independiente de Menotti, en 1996? También te anunciaron con bombos y platillos. Nunca tuve nada concreto y ni siquiera llegué a hablar con algún directivo.

48) ¿Te quedaste con las ganas de jugar en la Argentina? Sí, claro, por el ambiente que se vive, porque ahí a la gente le gusta el fútbol y a uno le gusta jugar en un lugar así. Siempre quise vivir esa experiencia, pero no tuve la suerte.

49) ¿Eras seguidor de nuestro fútbol? Sí, desde muy chico, cuando en el barrio leíamos El Gráfico. Así fue como uno se identificó con el fútbol argentino, donde estaban los mejores. Leía todas las notas y pegaba los pósters en mi cuarto. Todavía mis padres tienen guardados números anteriores y, por supuesto, las entrevistas que me hicieron las mandé a encuadrar y adornan mi casa.

50) Argentina 0-Colombia 5. Eso es inolvidable para uno, como jugador que lo vivió, para la gente de Colombia, para todo el mundo. Pero es un partido nada más, en el que se aprovechó el momento que estábamos viviendo. Argentina estaba en la obligación de ganar, cuando a nosotros nos alcanzaba con el empate para clasificarnos.

51) ¿Qué sentiste al escuchar el “ole, ole” de la hinchada argentina mientras ustedes tocaban la pelota? En la cancha, cuando empezamos a marcar los goles, pensamos “ya ganamos el partido”; recién después vimos por televisión el gesto de reconocimiento de la gente argentina. Dentro de la cancha es muy difícil estar atento a eso. Era imposible imaginar esa reacción, pero a veces eso sucede cuando hay gente que sabe de fútbol y tuvimos la suerte de que pasara ese día.

52) ¿Por qué fracasó Colombia en el Mundial 94? Era la mejor selección que había conformado el fútbol colombiano. Más por el momento que estábamos viviendo. Teníamos un pico bastante bueno, una edad estable y podíamos llegar más lejos. Pero nos sorprendió la primera derrota, donde atacamos y atacamos, y de pronto Rumania nos metió dos goles, en el primer tiempo, de contragolpe. Seguimos atacando, pero no pudimos empatar ni ganar. Sentimos el impacto por tener muchas fechas sin perder, en un momento como un Mundial, que es un campeonato corto, y no contamos con tiempo de recuperarnos.

53) ¿Costó reconquistar a los colombianos? Sí, claro. En toda Colombia, salvo en Pereira y Barranquilla, me silbaban a cada cancha que iba. Era resentimiento, porque esperaban más de nosotros, querían que saliéramos campeones. Pasó a medida que demostré que podía seguir jugando al fútbol. El Mundial terminó a mitad del 94 y los meses hasta fin de año fueron duros. Pero en el 95 volví a quedar campeón con el Junior, subí mi nivel y empezó otra vez el matrimonio con la afición. De ahí no se ha vuelto a caer.

54) ¿Qué fue lo que pasó con Pierre Mosca, el técnico del Montpellier? El tenía el equipo formado, y yo no entraba en sus planes. Me decía que no me metía porque el presidente me había llevado. Yo le quería explicar que eso no era culpa mía y que me diera la oportunidad, pero no me daba continuidad. Un día me ponía y al otro me sacaba. Fueron duros los primeros seis meses, pero a medida que fue pasando el tiempo fui demostrando que podía jugar y me terminé quedando con la titularidad. Después Pierre Mosca reconoció que de pronto hubo una equivocación en la forma en que se manejó el pase. Ya después pasó, no hubo ningún problema personal.

55) Tenés fama de tipo tranquilo, pero alguna vez te habrás agarrado a trompadas... Sí, claro. Tampoco soy bobo, ¿no? Cuando hay momentos en los que tengo que decir “aquí estoy”, aquí estoy.

56) ¿Y cuándo fue la última vez que tuviste que decir “aquí estoy”? Ya hace rato, hace como tres o cuatro años, en el Tampa. Fue una pelea de entrenamiento. Me dieron una patada, yo regresé otra y nos fuimos a los puños con un compañero. Pero cuando toca, toca. En esta carrera varias veces hay que agarrarse a trompadas. Aunque uno sea muy tranquilo, a veces hay momentos en que las cosas se ponen calientes, y hay que ir al frente para solucionarlas.

57) ¿Qué te pone de mal humor? La falsedad. No me gusta que me mientan. El incumplimiento también. Si me dicen a una hora, que sea a esa hora. No acepto que me falten el respeto. Como respeto a las personas, quiero que me respeten.

58) El susto más grande de tu vida. En un avión, en 1989. Ibamos para Israel con la selección, estaba nublado el cielo y la nave se movía mucho. Parecía que se caía, y todos empezamos a gritar. Fue un momento muy difícil, pero gracias a Dios estoy aquí todavía. En esos instantes empecé a pensar en mis hijos, en mi señora, en mis padres. Por suerte se salió de eso y ahora es sólo un recuerdo. De los pesados…

59) Al ser técnico, ¿no te da miedo poner en juego el prestigio que conseguiste en toda tu carrera como futbolista? Ya no soy jugador. Eso ya pasó y tengo que dedicarme a otra cosa. No tengo miedo, no voy a perder prestigio. La gente ya me reconoce que fui jugador de fútbol de los buenos… o de los malos, ¿entiendes? Pero ahora tengo otra historia, voy a ver si sirvo, o no, como director técnico. ¿Si voy a ser bueno o voy a ser malo? Tengo que demostrarlo, tengo que probar que soy capaz de dirigir. Tengo que arriesgar, no me puedo quedar con la duda.

60) ¿Tenés algún vicio? El balón. Ese fue el vicio que me arropó.

 

61) ¿Cuáles son los lujos que te das? Estar con mi familia, viajar, conocer otras ciudades. Me gusta mucho la playa, ir al teatro. Tengo la posibilidad de ir a buenos lugares, hoteles lujosos. Donde hay playa, ahí estoy.

62) Teniendo en cuenta el carisma que tenés en tu país, ¿en algún momento pensaste en meterte en política? No, eso nunca me llamó la atención. Me gusta estar metido en el fútbol, colaborar y formar equipos. Así me gusta estar vinculado. Si puedo ayudar con algún político que regale camisetas o construya una cancha, es otra cosa.

63) Sin embargo fuiste la cara de la campaña presidencial de Ernesto Samper, en 1994. Ese fue un momento en el que la selección colombiana estaba en el boom y siempre eligen al capitán o al jugador más representativo, pero no fue una cosa que yo sentía. No fue algo que yo elegí. Tuve que ir.

64) ¿Cábalas? No, sólo persignarme antes de empezar un partido. Soy muy creyente, desde siempre. Voy a la iglesia cada vez que tengo oportunidad y es una costumbre rezar todos los días.

65) ¿Cuál fue el mejor equipo que viste? El Brasil del 82, en el Mundial de España. No ganaron el título, pero para mí fueron los mejores.

66) Lo mejor de Valderrama jugador. Sabía posicionarme bien dentro de la cancha. No me movía mucho, pero sabía dónde tenía que estar para recibir el balón y me desgastaba menos. Eso lo fui aprendiendo de “pelado” (de chico).

67) ¿Y tu talón de Aquiles? Cabecear no cabeceaba bien, pero no tiene nada que ver el pelo, eh. Tampoco defendía mucho.

68) ¿Te costaba cuidarte con las comidas y hacer algunos sacrificios que exige la profesión? No, al contrario. Poseo un físico privilegiado, nunca tuve problemas de peso ni nada. Me entrenaba bien y no tenía problemas con los técnicos, ni con los preparadores físicos, ni con los compañeros. Desde pequeño me gustaba jugar al fútbol y sabía que debía entrenarme.

69) ¿Cada cuánto te teñís el pelo? Bueno, eso depende. Si de pronto veo que se está decolorando y no me gusta así, me lo tengo que cuidar para estar bien presentable. No voy al peluquero. Es mi señora quien me lo cuida.

70) Alguna anécdota de la melena. De pronto, en la época del boom de la selección colombiana, a todos los lugares donde iba encontraba a niños y grandes con el pelo como yo.

71) ¿Sos un tipo romántico, de escribir poemas o regalar flores? Claro, escribo cartas, dedico discos, regalo ramos de flores. Soy detallista y de ese estilo. A las mujeres hay que tratarlas de la mejor manera, y si uno siempre está con el detallito y dándole motivación, la relación va a ser mucho mejor.

72) ¿Cómo conociste y conquistaste a tu mujer? Ella llegó de su ciudad al barrio mío, Pescaíto. Ahí pusieron una tienda donde vendían gaseosas, pan y carne, y ella la atendía. Normalmente siempre iba a comer y tomar una gaseosa, y una noche la vi por primera vez. Tenía 16 años y ella, 17. Hablamos, y después empecé a ir todos los días a molestarla hasta que se dio la situación de que pasara algo. Al principio estaba dura, como todas. Gracias a Dios hemos tenido un buen amor y seguimos con la alegría de estar tanto tiempo juntos. Tenemos seis hijos, cumplimos 22 años de matrimonio, más tres de amor, y ya vamos para largo.

73) Un lugar en el mundo. Santa Marta. Me desespero y me entra impaciencia cuando estoy mucho tiempo afuera. Trato de hacer lo posible para regresar lo antes posible. Es una ciudad pequeña, con playa, mar, ambiente futbolístico, calor humano. Allí la gente se conoce casi toda y es muy tranquilo.

74) ¿Quién te dio la patada más fea? Oh, sí que me acuerdo. Fue Ricardo “Chicho” Pérez, un jugador que después estuvo conmigo en la selección. Pegaba y pegaba y me tocó el turno a mí también. Me alzó, pues. Sabía que ése era su estilo, y me pegó todo el partido. Peleaba por lo suyo y era temperamental, pero era un jugador leal.

75) Te tiro algunos nombres, empezando por Maturana. Agradecimiento. De Pacho sólo he tenido confianza, amistad, reconocimiento y trabajo. El me enseñó muchas cosas

 

76) ¿Estuvo bien que dejara de ser el técnico del seleccionado colombiano? Yo lo hubiera dejado. El no entra en la cancha. Los jugadores son los que definen los partidos, y el técnico es impotente en el banco. No hay que olvidarse que todo lo que consiguió Colombia internacionalmente fue gracias a Maturana.

77) Bolillo Gómez. Como técnico, uno de los mejores del fútbol sudamericano y mundial. Está demostrado por su capacidad. Como persona es 20 puntos, es excelente. Se ha portado muy bien con los jugadores de la selección colombiana y por eso ha tenido el éxito que tiene.

78) Alex “Didí” Valderrama. Mi primo fue el jugador con el que mejor me entendí en un campo de juego. Era delantero más goleador, pero con mucha calidad, y nos entendíamos haciendo paredes y tacos. Agradezco haber podido jugar con él.

79) Maradona. Tenemos una buena relación. ‰ ‰ Pero más que nada de mi parte es admiración, por lo que le dejó al fútbol. Desde el Sudamericano del 79, en Uruguay, empecé a seguirle la carrera. En el 87 fue mi rival en la Copa América. Gracias a Dios tuve la oportunidad de enfrentarlo y de estar en su partido homenaje. Un momento inolvidable. Me saqué una foto con él, la agrandé y la tengo en mi casa.

80) Higuita. Uno de los grandes compañeros que he tenido en la carrera deportiva, por su forma de ser dentro y fuera de la cancha. Lo mejor de él es que cuando es amigo, es amigo todo el tiempo. Siempre contagiaba al grupo con su buena energía. Para mí ha sido uno de los mejores arqueros del mundo y es un placer mantener una amistad con él.

81) ¿Y qué otros amigos te quedaron de tu profesión? Carlos Perea, Bernardo Redín, Leonel Alvarez, Jorge Bolaño, Jorge Bermúdez…

82) ¿Conocés a los Illia Kuryaki and the Valderramas? Sí, tuve oportunidad de estar con ellos en Colombia. En ese encuentro me divertí bastante. Me regalaron un disco, nos tomamos unas fotos y la pasamos muy bien. Me dijeron que le pusieron ese nombre al grupo porque me seguían desde que había jugado en el 87 la Copa América en Buenos Aires. Me enteré de que existía el grupo cuando los vi en el aeropuerto de Bogotá. Me moría de la risa. Hasta eso llega uno.

83) ¿Sufriste algún secuestro de un familiar o amigo? A mí nunca me tocó, pero sí a personas cercanas. Secuestraron a algunos amigos, que, gracias a Dios, volvieron. Eso no se lo deseo a nadie, es un momento crítico que vivimos los colombianos y que estamos haciendo todo lo posible por solucionar. Hay solución para todo, pero todo a su tiempo. Este presidente (Alvaro Uribe) ha iniciado bien su mandato y pienso que va a conseguir algo para nosotros. Pero para eso hay que darle tiempo. No lo va arreglar en dos o tres años.

84) ¿Te hiciste algún tatuaje? Sí, tengo dos. Un delfín, que representa la nobleza y porque es un animal tranquilo, y un águila, porque vuela por todas partes del mundo y así me tocó ser en la vida a mí. Ando por todos lados.

85) ¿Cocinás? Claro. Me sale bien el pescado, la sopa, el arroz. Me defiendo. Mi especialidad es el pescado con arroz con coco y plátanos fritos. Mi mujer me enseñó cuando estábamos en Europa, porque teníamos tiempo libre para eso.

86) ¿No te cansás del acoso de la gente en todas partes del mundo? Hay momentos. No es fácil; a veces uno quiere estar tranquilo, poder pasear por ahí y no se puede. La única manera es quedarse en su casa encerrado o buscarse un lugar privado. Pero si uno se metió en esto tiene que saber manejar las situaciones. Es difícil pasar desapercibido, mi pinta me identifica por donde vaya. Pero es mejor que me pidan un autógrafo y me saluden, a que me tiren una piedra, ¿no?

87) Reconocés que tu estilo, con el pelo y las pulseras, te hicieron más conocido en el mundo. Hay gente que no sabe nada de fútbol, pero si te ve te reconoce. Seguro, me identifican por eso. Pero si a la gente no le hubiera gustado mi forma de jugar, no le habría importado que tuviera el pelo largo, que usara pulseras… Me quieren por la forma de juego que he demostrado. Seguro que si hubiera tenido el pelo corto y hubiera jugado bien, me habría pasado lo mismo. El fútbol me ha dado a conocer y la gente me ha respetado por eso.

88) ¿Ves algún jugador como tu sucesor? Mi favorito es Giovanni Hernández, por las características, por la forma de juego, por la calidad que ha mostrado en su carrera deportiva. Pero ahora le toca demostrarlo en la selección colombiana. Queremos que juegue en la selección como juega en los equipos, porque tiene talento y capacidad para demostrar que puede jugar en esa posición.

89) Una travesura de infancia. Siempre me iba a pescar con mis compañeros o a coger monedas en la playa. Los turistas, los gringos, las tiraban al mar desde un puentecito para pedir deseos. Nosotros íbamos a la noche y las juntábamos. Un día se hizo tarde y mi madre, muy preocupada, salió a buscarme como loca. Pero yo, sin que ella se diera cuenta, había hecho un hueco en una pared de la casa. Entonces cuando volvió ya estaba en mi cama, haciéndome el dormido. Muy enojada me levantó, y mi viejo me pegó. Esa fue una de las veces que recuerdo que me pegaron. Pero, sinceramente, no voy a tener forma de pagarles a mis viejos por la educación que me dieron.

90) ¿Y vos cómo sos como padre? ¿Parecido al tuyo? No, diferente. Mi viejo es bromista y siempre fue “echa cuentos”, “mamo gallo”. Soy más serio, más tranquilo, más disciplinado. Hago bromas, pero no como mi viejo. Me gusta ir con mis hijos a todas partes. Empujarlos y ayudarlos en lo que ellos quieren. Uno trata de guiarlos por el buen camino.

 

91) ¿El vestuario más triste que recordás? En el Mundial 94, después de la derrota con Rumania. Queríamos salir adelante y no se pudo, pese a nuestra alta calidad. Pero pasó y después todo se olvidó y tuvimos la oportunidad de recuperarnos.

92) ¿La cancha más difícil en la que jugaste? Ninguna. Pienso que todas las canchas son buenas cuando uno quiere jugar al fútbol. Hay ambientes diferentes por la afición, pero en las canchas siempre traté de jugar lo mejor posible y divertirme. De pronto Wembley, porque era el templo del fútbol mundial, me sorprendió.

93) ¿Tenés algún espejo como DT? No, uno trabaja siguiendo los conocimientos que uno tiene y se identifica por lo que uno quiere. Tampoco podría decir cuál es el técnico que más me gusta. Es muy relativo. El técnico depende de los resultados. Si el equipo gana, ese técnico sabe, y si pierde, lo echan a los dos meses. El fútbol es así.

94) ¿Cuáles son tus hobbies? Me gusta pescar, jugar al billar y al dominó y escuchar música. Sobre todo salsa, vallenato y merengue. Tito Rojas y Gilberto Santa Rosa son mis músicos preferidos.

95) ¿Necesitaste trabajar de chico? Sí, claro. Cuando tenía 14, 15 años. Mi viejo era educador y de pronto yo, que era el mayor, veía que no le alcanzaba el dinero. Así que me tuve que ir para el mercado a vender avena y empanadas. Trabajaba para vestirme y para ayudar a mis padres. Tenía un puesto y había que vender a los gritos: “Avena, avena, helado, helado”. Me gustaba porque aprendí a independizarme, a depender de mí mismo y me ha servido para salir adelante en la vida.

96) ¿Alguna vez te ofrecieron plata para ir a menos? No, y tampoco la iba a aceptar. Menos mal que no me la ofrecieron. Para ir a más, sí, porque siempre daban premio por ganar. Hasta de otros equipos también, pero íbamos para ganar.

97) ¿Y en las concentraciones cómo matabas el tiempo? Leía, sobre todo libros de autoestima, descansaba mucho y miraba tele. Yo era, o más bien soy, pues, un enfermo del fútbol. Siempre veía partidos en la televisión de equipos que ni conocía. Así fui aprendiendo y conociendo a grandes jugadores internacionales. Como Bochini, que formaba esa dupla grande con Bertoni, en ese Independiente que ganaba todo.

98) ¿Tenés alguna deuda pendiente en tu vida? No, ninguna. Lo que tuve ganas de hacer lo hice y siempre con alegría. Jugué en el equipo de mi ciudad, en la selección y en Europa. ¿Qué más puedo pedir?

99) El mejor partido de tu vida. Muchos buenos en el Cali y en el Junior, pero el que más me acuerdo fue uno con la selección colombiana contra Alemania, en el Mundial del 90. Empatamos 1-1 y fue el mejor, porque jugamos todos muy bien colectivamente.

100) ¿Cuál fue el consejo que nunca olvidaste? Mi padre me dijo: las oportunidades hay que aprovecharlas. Es el mismo consejo que les doy a mis hijos, para el fútbol y para la vida