Las Entrevistas de El Gráfico

"Algunos jugadores me tratan de usted"

Una linda entrevista, hecha poco antes de que colgara definitivamente los guantes. Nombres y apellidos al por mayor, anécdotas, historias y algunas respuestas bien calentitas...

Por Diego Borinsky ·

20 de febrero de 2008


Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de mayo de 2002

 

1 ¿Cómo definirías el último 3–0 a Boca? Un orgasmo.

2 ¿Cómo tomaste que Fonseca dijera que Ramón Díaz sólo habla con dos jugadores? A Ramón yo lo veo hablar con todos los pibes. El vestuario del técnico, y siempre él lo repite, está abierto para quien quiera traspasar la puerta. A Fonseca no lo conocí muy bien, esa declaración no me causó nada. Además, todos los técnicos tienen sus hombres confiables dentro de un plantel. Y no es de ahora, el que no entiende esto es porque no jugó al fútbol. Pasó siempre.

3 Si en una práctica D’Alessandro te tira la “boba”, ¿qué hacés? Le meto una patada en el pecho.

4 ¿Algún compañero o rival te trata de usted? Sí, unos cuantos me han tratado de usted. Me causa una cosa, ¿viste?

5 El mejor y el peor árbitro de la actualidad. Sánchez y Giménez son los que más me gustan. A los peores no los nombro porque después me pitan en contra, pero tengo a un par atragantados que no sirven para nada.

6 Cuando volvió, Enzo dijo que no tiraba la chilena porque lo tendrían que juntar en cucharita. ¿Vos no pensás lo mismo cuando volás? Lo que pasa es que el doctor me tiene preparado el alambre para atarme, ja, ja. Dice que ya no vienen repuestos de este modelo.

7 ¿No exagerás un poco con la voladita? Siempre hay que vender algo (risas).

8 ¿Tenés algo de tu nombre: Angel? (Piensa) Yo me quería llamar Sergio.

9 ¿Qué es lo que más te gusta hacer cuando vas a Reconquista? Estar con mi familia, sobre todas las cosas. Voy a mi casa, tomo mate con mi vieja, vienen mis hermanos, los amigos. Y después ir a pescar. Me apasiona hasta tal punto la pesca, que ni mi hermano ni mi cuñado quieren salir conmigo, porque yo los saco a las cinco de la tarde y vuelvo a las ocho de la mañana del otro día. Me relaja un montón la pesca. No hay nada mejor que estar anclado en el medio del Paraná, tomando un mate o un vino, picando algo y sin hablar con nadie, apenas viendo las estrellas.

10 ¿Es verdad que una vez te negaste a ser suplente de Fillol? Algo así. Fue en 1987, el Coco Basile estaba en Racing. Yo me vine para acá, arreglé mi situación económica y fui a hablar con Basile. El Coco me advirtió: “Mire pibe, aquí el titular es Fillol”. Enseguida pensé: así no voy a tener la chance de nada, ni siquiera de pelearla. Entonces le dije al Coco: “Le agradezco mucho, pero yo no soy suplente de nadie”. Y me volví a Córdoba.

11 ¿Quién debería ser el arquero titular en el Mundial? Burgos, sin dudas. Se lo ha ganado.

12 ¿Vos tenés todavía alguna esperanza de ir? Sí, la tendré hasta el día en que Bielsa dé la lista definitiva. No la perdí por una sencilla razón: atajo en el arco más importante del país. Del mismo modo jamás perdí la ilusión de volver a River. Y aquí estoy.

13 Te cruzás a Castagno Suárez por la calle, ¿qué hacés? Ni lo saludo. Yo soy frontal, demasiado, por eso a veces tengo mis problemas.

14 Gatti es tu ídolo, ¿vas a terminar como él, que a los 50 sigue diciendo que es el mejor arquero del mundo? No, no es mi estilo decir esas cosas. Hugo y el Negro Baley fueron mis espejos. En ellos me miré para moldear mi estilo. Uno trae incorporadas ciertas cosas: en mi caso la intuición y una convicción futbolística, pero después uno moldea el estilo. El Negro me enseñó un montón de los secretos del arco.

15 ¿Qué secretos tiene el arco? Por ejemplo, que el travesaño se me iba a caer en la cabeza si vivía debajo del arco; que el área debía ser mi segunda casa. Viste cuando se corta la luz en tu casa y vas a tientas dos pasos para allá, tres para acá y encontrás el aplique; bueno, lo mismo pasa con el área.

 

16 ¿Vas a llegar a los 70 con las mechas así de largas? Sí. Me gusta el look de pelo largo. Y nada de canas… ahora vienen unas tinturas bárbaras.

17 ¿Cómo seguías el fútbol grande en Reconquista? Mucho por radio, en una de esas a transistores, grandes, que tenía mi viejo. Se la sacaba de su habitación y me la llevaba a mi cama. En casa no había tele, así que cuando daban algo nos íbamos al centro a verlo en los negocios o, si pasábamos por la casa de alguno y estaba la ventana abierta nos quedábamos mirando desde la vereda.

18 ¿Cuál fue tu primer contacto con el fútbol grande? Rosario Central. Llegó la posibilidad de una prueba, yo tenía que tomar una decisión, mi viejo quería que laburara pero me la jugué y me fui. Y después de 6 meses, a mí y a Oscar Tedini nos comunicaron que no teníamos condiciones, que nos dedicáramos a otra cosa. La moral se me cayó un poquito y me volví a Reconquista. Habré estado un mes y apareció Humberto Savoia, un poco mi padre futbolístico, me consiguió una prueba en Talleres y quedé. Después rompí tanto las pelotas con Tedini, que al final lo llamaron y también quedó.

19 ¿Era un precio justo 10 botines y 5 pelotas por tu pase, como quería pagar Central? Me sentí muy mal. En Central me dijeron que me dedicara a otra cosa, pero Aurelio Pascuttini me veía ciertas condiciones y me quería dejar para la liga local. Fue entonces cuando el tesorero de Central ofreció delante mío los botines y las pelotas. Ahí nomás me levanté. “No puedo soportar que ofrezcan eso por mí”, dije y me fui. Sabía que podía estar perdiendo una gran oportunidad pero iba contra mi dignidad. Al mes llegó la chance de Talleres.

20 ¿Es cierto que Labruna no estaba convencido de ficharte en Talleres? Es verdad. El me veía condiciones pero el que más le insistió fue Rodolfo Talamonti, su ayudante. Angel necesitaba un tercer arquero, porque ninguno de los importantes, Baley y César Mendoza, querían ir al banco. Y ahí calzó justo mi hacha: yo agarraba el banco todos los partidos, atajara uno o el otro.

21 ¿En Talleres llegaste a pasar hambre? Hambre no, pero no pocas veces comí salchichas con arroz blanco. Yo tuve un conflicto en Talleres, quedé por el 20 por ciento, justo había nacido mi hijo y tuve que reventar el auto para poder pagar la casa. Me sirvió: cuando estuve mejor, aprendí a valorar un montón de cosas.

22 ¿Para ser arquero hay que estar un poco loco o ser muy masoquista? Hay que ser muy inteligente. Este es un puesto para inteligentes, al menos según la manera que yo tengo de sentir el fútbol. No se trata sólo de volar de palo a palo, sino de leer el juego, buscar que la jugada sea más sencilla antes de que se transforme en peligro. Así como lo hizo Amadeo, el maestro de todo, el Flaco Errea y Hugo.

23 En los 60 había una frase que decía: “wines locos, arqueros boludos”. ¿La suscribís? Para nada. El de arquero es un puesto difícil, sufrido, ingrato pero de mucho reconocimiento también.

24 ¿Y hay que tener el ego potenciado también? Mucha capacidad de absorción en circunstancias difíciles, diría yo. Y el que ve eso es el técnico. El DT ve si tenés las pelotas suficientes para recomponerte enseguida de un error. Burgos es el primero en ese rubro.

25 De los que se quedan pateando en las prácticas, ¿quién te tuvo más de hijo? El Loco Willington, en Talleres. Le pegaba de una manera monstruosa. También me las metía en la cara, me decía que había que aguantar. Trabajaba más para él que para mí el hijo de puta, se divertía.

26 ¿Cómo hiciste para llevarte 11 materias de 11 en tercer año? El estudio no era mi fuerte. Lo mío era volver de la escuela y aprovechar las horas libres que me daba mi viejo para ir a jugar a la pelota. Mi vida siempre fue una pelota de fútbol. Yo fui arquero desde la panza de mi mamá, siempre sentí una atracción especial por el arco.

27 ¿Por qué te colgó Amadeo Nuccetelli, el presidente de Talleres? Hubo una huelga de profesionales, él vendió a los más grandes y a mí me sindicó como cabecilla, aunque era de los más jóvenes. Me citó en su oficina y me dijo: “No vas a jugar más en este equipo”. Para qué. Me subí al escritorio y lo agarré del cogote. Lo empecé a putear de arriba abajo. Aparecieron los de la Comisión y me sacaron. Estuve un año sin jugar, entrenándome solo. Cuando se fue Nuccetelli, asumió Macías y llevó como técnico a la Pepona Reinaldi, que había sido compañero mío. Un día estaba tomando mate en la puerta de casa y apareció la Pepona. “Qué hacés, escoba de bruja?”, le dije, porque así lo llamábamos. “Quiero que seas el arquero”, me contestó. Y arreglé a los dos días.

28 El gol más bobo que te comiste. Uno de Craviotto, en la cancha de Estudiantes, en la época de Menotti. La pelota me picó adelante, tomó un efecto rarísimo, yo salté y me pasó por arriba. Craviotto estaba atrás y metió la cabeza. Los medios me mataron. A los pocos días me crucé a Amadeo Carrizo por el club y me la dejó bien clara: “No se preocupe pibe, todavía se va a comer 300 goles bobos más, el tema es que no sean todos en el mismo partido”.

29 Tu mejor partido. Fue el más amargo también: la final contra el Cruzeiro, en Brasil, por la Supercopa 91. Nunca quise ver el video de ese partido. Y lo tengo en casa, guardado.

30 ¿Son parecidos Angel Labruna y Ramón? A Don Angel lo tuve poco, aparte él se manejaba más con los grandes. De Ramón puedo decir el crecimiento que tuvo desde su época de jugador, para mí fue notable.

31 ¿Por qué creés que Bilardo te llamó al Mundial 90 cuando se lesionó Pumpido? No sé, lo habrán presionado. Ese fue uno de mis mejores años, estuve a punto de batir un récord de Amadeo, tuve el mejor promedio del torneo y sin embargo Bilardo llevó a un arquero de Ferro y a Goyco, que hacía dos años que no atajaba.

32 ¿Es una cuenta pendiente para vos no haber jugado nunca en la Selección mayor? Jugué algunos partidos en un juvenil de Pachamé. De todos modos, yo no tengo cuentas pendientes con el fútbol. Dios me dio lo que merezco.

33 ¿Meter un gol es una de tus metas antes de retirarte? La otra vez le dije a Ramón: “Mirá que si vamos ganando 3-0 en la Bombonera y hay un penal, lo voy a patear, eh”. Me dio el OK, pero no se dio.

34 El rival más difícil de enfrentar en el país. Guillermo Barros Schelotto: es un enano que cuando se dedica a jugar es bravísimo. Otro difícil es Cardetti.

35 ¿Qué hacés si vas por la calle y encontrás tirada una radio amarilla como la del ‘92 en la Bombonera? No la toco ni en pedo, sólo la miro. Si ese día ganábamos o al menos empatábamos, hubiésemos salido campeones.

36 ¿De verdad cumpliste 40 años o tenés un par más? Siempre existió ese mito. No (risas), no  fui a Paraguay ni a Africa todavía. En cualquier momento voy para allá y me traigo un pasaporte con menos.

37 ¿No es poco serio jugar para un equipo llamado Carnicería Raffin? No, era buenísimo. En ese equipo de barrio me inicié en el baby fútbol, algo que está muriendo lamentablemente. En ese equipo, cuando tenía 11 años, me hicieron la primera entrevista. La tengo guardada, está un poco amarillita. Ahí ya estoy vestido de negro, mi color favorito.

38 ¿Nunca le dijiste a Menotti: “Flaco, apiádese de mí, con el achique me fabrican 20 mano a mano por partido”? No. Las decisiones de los técnicos no las cuestiono nunca. Aunque en esa época tuviera que trabajar un poco de bombero para apagar los incendios. Para mí, Menotti está en el pedestal de los entrenadores. No hubo, no hay ni habrá otro entrenador como él. Por lo menos, según mi manera de ver el fútbol.

39 La cancha más difícil en la que jugaste. Las de Temperley y Chacarita. A las dos tuve que ir con Talleres, cuando ambos equipos se jugaban el descenso. Todos esos partiditos me los daba Baley. Un amigo, el Negro. Me decía: “Para que veas lo que es la presión, éstos te los dejo a vos”.

40 El mejor equipo que enfrentaste. Cruzeiro. La noche del 3–0 eran imbatibles, nos aparecían por todos lados. Nunca vi nada igual, una cosa inexplicable lo que pasó.

41 ¿Te cuesta más la recuperación que en otras épocas? Depende el día que entreno: si lo hago el día posterior al partido no me cuesta nada pero si lo hago al segundo, sí. A mí, hoy, me conviene jugar miércoles y domingo que una vez por semana; me mantengo jugando.

42 ¿Los arqueros son los giles de la película? Todas las medidas de la FIFA apuntan contra ustedes: pelota más liviana, arcos más grandes... En un momento, esta gente de pantalón largo va a tener que tomar decisiones contra algunos entrenadores que viven del puntismo y la especulación. Y darles vía libre a aquellos que manden a sus equipos al frente, para que se vean mejores espectáculos, para que la gente salga más contenta.

43 La travesura que más recordás de pibe. Una vez nos queríamos ir de mochileros y no teníamos un mango. Organizamos una rifa de una canasta familiar que nunca existió, le robamos el sello al colegio y nos fuimos con la guita de vacaciones. Nos alcanzó para las galletitas y latas de picadillo.

44 ¿Alguna vez te agarraste a trompadas con un compañero? Me pegaron. Linda ñapi me dio en Talleres Tévez, un negro grandote como de tres metros. Estábamos discutiendo, jetoneando y me metió una piña terrible. Me bajó los humos. Yo era de pelearme bastante en esa época.

45 ¿En el ‘92 te fuiste de River poque te peleaste con Gallego? Me fui porque Passarella tomó una decisión avalada por los dirigentes.

46 Eso ya lo leímos en todos lados. Es la explicación oficial. Esa es la respuesta que te voy a dar.

47 ¿O te fuiste porque tenías mucha personalidad y chocabas con el DT? Yo no chocaba con el técnico. Te repito: jamás cuestiono a los entrenadores.

48 ¿Passarella necesita ovejas mansas en sus planteles? Sólo digo que si sos león adentro de la cancha no tenés por qué ser oveja afuera.

49 El defensor que te dio más seguridad en una cancha. Siempre tuve excelentes marcadores centrales. Desde el Viejo Galván y el Viejo Oviedo, Higuain, Passarella, el Ruso Prátola, Darío Franco hasta Celso, el mejor defensor que hay en el fútbol argentino.

50 ¿Quién es el reconquistense más famoso: vos o Batistuta? Batistuta, sin dudas.

51 Parafraseando a Maradona: ¿Passarella te cortó las manos en el ‘92? Para nada.

52 ¿Creés que México tiene chances de estar entre los cuatro primeros en el próximo Mundial? No. México tiene todo: infraestructura, buenos jugadores, capacidad económica, pero sus jugadores no tienen la mentalidad del jugador argentino. Creo que el técnico actual, el Vasco Aguirre, va a lograr muchos cambios en ese aspecto. Pero les va a llevar años.

53 La verdad, ¿la “ola” no te parece una boludez? Es linda, a mí me gusta.

54 El mejor amigo que te dio el fútbol. Mi amigo de toda la vida se llama Hugo y vive en Corrientes. Del fútbol no me quiero olvidar pero puedo nombrar a Oscar Acosta, al Ruso Prátola, Darío Franco, Carlos Reynoso, un técnico chileno que vive en México…

55 Una anécdota de Angel Labruna. Hay muchas. Recuerdo los viajes de vuelta a Córdoba en colectivo, porque viajábamos en colectivo en esa época, eran un casino andante. Yo no jugaba porque era algo así como el che pibe, me mandaban a cebar mate. Aparte, no tenía ni un cospel partido al medio.

56 ¿Cuál fue la última vez que fuiste al banco, antes del partido con Talleres en el arranque de este Clausura? Qué sé yo… no recuerdo haber ido más de tres partidos seguidos al banco.

57 ¿No mandás en cana a tus compañeros con algunos gestos? No, para nada. A veces uno hace cosas que no se da cuenta porque está muy inmerso en el partido. Por ahí te ponés loco y no te das cuenta de que hay 50.000 personas mirándote. Aparte, en el equipo hay jóvenes que tienen cosas que aprender todavía.

58 ¿Hasta cuántas horas antes creés que un futbolista puede tener sexo sin que influya en su rendimiento? No lo sé, eso está en cada uno. El problema no es el sexo en sí, sino el desgaste que rodea al sexo.

59 Cuando empezabas eras el cebador oficial de mate. ¿Qué pasa si hoy mandás a un D’Alessandro o a un Cavenaghi a cebar? Ceban, los pibes son muy ubicados.

60 ¿Seguís pensando que Colón prepara jugadas para pegarles a los rivales, como dijiste en el torneo pasado? Sí. No sé si para pegar pero sí para hacer foules. Porque si a vos te va a bloquear un defensor para que otro meta el gol, es foul aquí y en la China. Castagno Suárez dijo aquella vez que estaba parado y se ve en la imagen que él arranca hacia el área para bloquear mi posición. Hasta Elizondo me dijo después: “Angel, disculpame, me equivoqué”. Sin embargo, algunos tontos que no saben nada, como Juan Bava, dicen que yo fui a chocarlo. Bava no está en condiciones de opinar porque no fue un buen árbitro.

61 ¿Nunca tuviste ganas de ir al baño cuando estabas atajando? No, por suerte nunca me pasó.

62 ¿Asumís como un error el rebote que diste en el River–Racing del torneo pasado que derivó en el gol de Bedoya y le dio el título a Racing? No. Fue un gran acierto de Bedoya. Sólo aquellos que no saben de esto pueden opinar que fue un error mío. Sólo aquellos que se creen que son grandes salidores y cuando atajaban, el travesaño se les caía en la cabeza.

63 Tu principal vicio. El entrenamiento.

64 Un programa de TV de la infancia. ”Titanes en el ring”. Hace poco tuve la suerte de conocer al Ancho Peucelle, a los 72 años.

65 Un tema musical. Me gusta el folklore y la música romántica: Horacio Guarany, los Ayala, un amigo mexicano que canta muy bien y se llama Marco Antonio Solís. Soy un romántico, si no, pregúntenle a mi mujer (risas).

66 Armás una mesa para hablar de fútbol. ¿A quiénes invitás? Invitaría pero no hablaría. Me gustaría escuchar al Flaco Menotti, a Valdano, a Reynoso, a Tomás Boy, un DT mexicano, y al Negro Nieva, un amigo. Ah, y a Pacho Maturana.

67 ¿Racing fue un campeón mediocre en el Apertura? Fue el campeón, nada más. No fue el que mejor jugó, sin dudas.

68 ¿No tuviste miedo, en 1992, cuando entró un hincha a la cancha de Central para pegarte? Ni me di cuenta. Ese día estaba ordenando un tiro libre y cuando giré la cabeza tenía la piña encima, no tuve tiempo ni de asustarme.

69 ¿Cuál fue el primer llamado que hiciste después del último 3–0 a Boca? A mis hijos, porque habían ido a la popular y quería saber si estaban bien. Y también que me dijeran que lo merecía. Fue lo más grande que me pudieron haber dicho.

70 ¿No te molesta el pelo tan largo para atajar? Uso vincha, lo que pasa es que no se nota.

71 ¿Haber ido a Boca en el ‘97 habría sido el error más grave de tu carrera? Sin dudas. No se dio porque el técnico del León decidió disfrutarme en su club. Dijo: “No, yo a Comizzo lo disfruto domingo tras domingo”.

72 ¿Cómo hacés para tener buena relación con Astrada y Ramón Díaz, que no se quieren nada entre ellos? ¿Qué tiene que ver? Yo no los veo mal. A Leo lo conozco desde que subió a Primera, tengo una gran relación, lo mismo que con Ramón. A mí nadie me digita las amistades. Cada uno con sus problemas, loco, que si tienen problemas entre ellos, se arreglen. No tengo por qué hacerme cargo de los problemas de los demás.

73 ¿Qué hacés si el día de mañana prendés la tele y ves a tus hijos en un Reality Show? Me voy, los busco y los saco de los pelos. Les arranco la cabeza a trompadas. Y ya saben que lo haría.

74 El récord en cubrir los 800 kilómetros Buenos Aires–Reconquista. Solo, un poco menos de seis horas. Con la familia, nueve. Tengo muy presente un consejo de mi vieja: “Cuando te quieras matar, matate solo”.

75 ¿Qué enseñanzas en relación con el laburo te dejó tu viejo? Mi viejo era albañil, pero siempre nos recalcó que la única herencia que nos podía dejar era el estudio. Yo tuve varias oportunidades para venir a Buenos Aires, aun antes de Talleres, pero no se hizo porque mi papá quería que terminara los estudios.

76 ¿Te gusta la música que hace Burgos? No.

77 ¿Cómo fue la primera vez que conociste personalmente a Gatti? En Córdoba, antes de un Boca–Talleres. Estábamos en el mismo hotel y lo que más me sorprendió era que estaba tomando una copa de vino blanco antes de jugar. Me dijo que eso lo relajaba.

78 ¿Qué recordás de los regionales que jugabas con Racing de Reconquista? Haber sido partícipe del mejor grupo humano que integré. Todo ahí se hacía a pulmón, hasta para los guisos que comíamos llevábamos cada uno lo que tenía.

79 Alguna vez dijiste que un malnacido echó a correr los rumores cuando Passarella te limpió de River. ¿Quién fue? Estuvo hasta hace poco en el club, sólo eso te voy a decir.

80 Muchas veces dijiste que en River jugarías gratis. Una duda, entonces, ¿de qué vivís? Me paga River. Digo que si, llegado el caso, tuviera que jugar gratis en River, lo haría sin problemas.

81 ¿Cómo es atajar con un dedo fracturado? Doloroso, sobre todo cuando terminaba el partido. El tema era sencillo: se me había quebrado el dedo y tenía que atajar igual, porque se venían las definiciones. El doctor me metía 2 o 3 infiltraciones por partido, antes de salir. Por suerte pude atajar tres penales en la final y el Morelia salió campeón por primera vez en su historia. Fue el año pasado.

82 ¿Qué se siente ser compañero de chicos que podrían ser tus hijos, como Cavenaghi? Hay una buena relación, de respeto mutuo. Por ahí, tener a mi hijo o a los amigos de mis hijos de la edad de muchos compañero míos, me ayuda a comprenderlos en muchas cosas; no a aceptarlos, pero sí comprenderlos. A veces me hacen enojar los guachos, como mis hijos, pero es todo pasajero.

83 ¿Y que te haya dirigido el padre y ahora el hijo (Labruna)? Todo bien. Soy duradero.

84 Sos de la generación que fue a Malvinas. ¿cómo te pegó? Si me tocaba ir, me encerraba en la isla y no me encontraba nadie. No tengo por qué pelear por cosas que no tenían razón de ser. Mi hermano más chico fue, por suerte la puede contar.

85 Tres palabras con sabor a fútbol. El Maracaná, un templo del fútbol; la pelota misma y el choripán.

86 Para navegar: ¿un crucero o Internet? Nooo, ni un crucero, dame una balsa o una lancha. Internet lo manejo, lo conozco, porque si no sería un analfabeto, pero dejá.

87 ¿Qué sería del mundo si le quitaran el fútbol? Nunca lo pensé… En realidad, sabés la cantidad de gente que tendría que empezar a laburar de otra cosa, uffff….

88 Un prejuicio que intentás superar. No tengo.

89 Tu minuto diario de gloria. Que mis hijos no se olviden de saludarme antes de ir al colegio. Por eso a veces me enojo.

90 ¿Cómo fue pasar de héroe a villano en México: te crucificaron por la final perdida con el León y te idolatraron por la ganada con el Morelia? Yo había tenido un año espectacular en el ‘97. Y en esa final, el árbitro Brizio cobró una boludez tremenda: un penal con la pelota fuera de la cancha por una patada que le pegué a Hermosillo. Después me decía: “Negro de mierda, argentino de mierda, atajála”. Está claro: ese año tenía que salir campeón Cruz Azul, listo. Y a mí me crucificaron por esa jugada.

91 ¿De qué club son hinchas tus seis hermanos y tu mamá? El Gordo, el más grande de todos, es hincha de River. Yo soy fana de River. Después está Carlos, que es de Racing. Y después, siento un olor raro.

92 ¿Y tu mamá? También siento un olor raro.

93 ¿Cómo es la convivencia con esa gente que “huele raro”? De mi vieja tengo un montón de anécdotas, a tal punto que un día se vino para acá, yo no sabía dónde estaba y resulta que andaba con la hinchada de Boca. Y de mi viejo recuerdo una en especial. Cuando me tocó irme de River, mis viejos estaban en casa. Les conté todo lo que pasó, y después del dolor y todo, mi viejo me dijo: “Ahora me saco la camiseta de River que tenía arriba, que total tuve la de Boca siempre abajo”.

94 ¿Pensabas que Rojas podía meter un gol como el que le hizo a Boca? No. Y lo cargamos bastante. Yo fui uno de los que más contento me puse con el reconocimiento de la gente hacia él. Cuando llegué al club, Ricki estaba en un pozo a 15 metros bajo tierra y Ramón metió la mano y lo sacó. Siempre lo cargo con eso. Es un tipo muy querido en el plantel, Ricki. Hay pocos profesionales como él: de ésos que se entrenan a muerte aunque no les toque jugar, que jamás tienen un gesto de fastidio ni hablan mal de nadie. Son los tipos que sirven.

95 ¿A Cardetti lo llamaste este año para saber cómo estaba? No.

96 Una vez dijiste que ibas a jugar hasta que el cuerpo te mande una señal. ¿Recibiste alguna ya? Tengo cualquier cantidad de señales (risas). Tengo más dolores que España. Y mirá que España tiene muchas Dolores, eh.

97 ¿Qué te ves haciendo en la segunda parte de este año? Cuando termine el campeonato pienso agarrar a mis hijos, irme de viaje unos días y después a Reconquista a pescar. Me sentaré solo a tomar mate y decidiré qué va a ser de mi futuro. No lo tengo decidido todavía. Mi obsesión, hoy, son los 90 minutos del próximo partido.

98 ¿Te ofrecieron que te quedes como entrenador de arqueros? Me ofrecieron que me quede a trabajar en el club, pero no en el área específica de arqueros. Así como una vez dije que  volvía hasta de utilero, yo en River colaboro en lo que me pidan porque es un club al que quiero demasiado. Eso no quita que mi deseo, cuando deje de jugar, sea ser técnico. Eso lo tengo claro.

99 ¿Estás más cerca de seguir o de dejar? No lo puedo decir hoy. Lo analizaré cuando termine el campeonato.

100 ¿No te pasaste de chupamedias cuando el año pasado dijiste: “Si River sale campeón hay que hacerle una estatua a Ramón”? Fue un juego con el periodista. El me dijo que le estaban preparando una estatua a Merlo y yo le contesté: “Y bueno, se la hacemos a Ramón nosotros”. Sólo eso. Yo no soy chupamedias de nadie, nunca lo fui ni lo voy a ser, gracias a Dios. No está en mí