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1978. Quilmes, la primera vez

El equipo campeón del Metro '78, Tocalli, Gaño, Palacios, Milozzi, Gáspari, Zárate, Salinas y Bourgeois. Merlo, Filardo, Bianchini, Andreucci, Recabarren, Milano y Gómez. FOTOS Y CRÓNICA.

Por Redacción EG ·

22 de noviembre de 2016
En la 9na fecha del Metropolitano 1978, Quilmes estaba en zona de descenso y decide cambiar el cuerpo técnico integrado por la dupla López-Caballero por la vuelta de José Yudica, que se había ido poco tiempo atrás. El Boca del Toto Lorenzo, campeón de América e Intercontinental, fue el puntero todo el campeonato y parecía que se encaminaba a la triple corona, pero Quilmes descuenta una ventaja de 5 puntos (la victoria valía 2 unidades en aquella época) y tiene la oportunidad en la última fecha de ganar y consagrarse campeón por primera vez en su centenaria historia. Pero el partido era de visitante frente a un poderoso Rosario Central y Boca jugaba de local frente a NOB.

Central le ganaba 2 a 1 y parecía que los xeneizes se llevaban el campeonato ya que ganaban 1 a 0. Pero el Cervecero lo empata y a los 7 minutos del segundo tiempo Gáspari anota un golazo histórico que sella el resultado y Quilmes se consagra campeón argentino por primera vez en su historia.

Imagen Tocalli, Gaño, Palacios, Milozzi, Gáspari, Zárate, Salinas y Bourgeois, arriba. Merlo, Filardo, Bianchini, Andreucci, Recabarren, Milano y Gómez, abajo. Quilmes hizo historia en Rosario.
Tocalli, Gaño, Palacios, Milozzi, Gáspari, Zárate, Salinas y Bourgeois, arriba. Merlo, Filardo, Bianchini, Andreucci, Recabarren, Milano y Gómez, abajo. Quilmes hizo historia en Rosario.


Compartimos fotos y crónicas de El Gráfico:


QUILMES CAMPEÓN METROPOLITANO 1978

EL SUEÑO SE HIZO HAZAÑA

Nunca había pasado antes en el fútbol argentino. Un club “chico”, de los más humildes y de los más tradicionales (está por cumplir 100 años de edad), se consagra campeón de un torneo de todos contra todos, tras una maratón de cuarenta fechas. Quilmes cumplió en el estadio de Rosario Central la hazaña que no había podido completar en Banfield en 1961, perdiendo la final con Racing, o Lanús en 1956, quedándose a pocas fechas del cierre del Campeonato.

Quilmes superó todo lo anterior y lo hizo a lo grande. Primero llenando el estadio rosarino con la vibración de una hinchada desbordante de gritos y banderas, cantos y papelitos, de ilusión y de irrefrenable alegría, hasta hacernos recordar el clima inolvidable de las noches del Mundial. Sobre todo aquella del 6 a 0 sobre Perú que fue la antesala de la consagración frente a Holanda. Luego, ganando su último partido, sin depender de otro resultado para cumplir su sueño de dar la vuelta olímpica


Imagen EL GOL DEL CAMPEONATO I: Bianchini ya dejó dos adversarios en el camino, le pasa la pelota a Gáspari que va a sacar el zurdazo…
EL GOL DEL CAMPEONATO I: Bianchini ya dejó dos adversarios en el camino, le pasa la pelota a Gáspari que va a sacar el zurdazo…

 


AL VENCEDOR

Por eso, cuando los torsos desnudos, las caras sudorosas, los gestos felices de los jugadores quilmeños apenas entrevistos en una nube de hinchas, va pasando frente a todas las tribunas del estadio, todas las manos se juntan en un aplauso. Las manos quilmeñas y las manos rosarinas. Todos le rinden su homenaje a un pequeño gran club que vivió muchos domingos y miércoles de tibia emoción hasta plasmar, lejos de casa pero entre amigos, la proeza inédita. Se estrechaban unos con otros, los abrazos para José Yudica no terminan nunca, la gente que está allá arriba enarbolando banderas se quiere quedar en las tribunas para siempre, viviendo su sueño más hermoso, y lo que fue un Metropolitano chato, aburrido y cansador, tiene una culminación espectacular, dramática y vibrante como pocas.

Se consagró Quilmes y es realmente en un milagro. Porque ganó un campeonato de 40 fechas con un plantel de 15 jugadores, sin grandes figuras, pero con el respaldo de un señor técnico y la fuerza que surge de la unidad, el compañerismo, la humildad y el fervor.


Imagen EL GOL DEL CAMPEONATO II: Gáspari sacó el zurdazo. Cuando Ferrero intenta reaccionar, es tarde. El taponazo sacude la red, consagra un triunfador y define un campeonato.
EL GOL DEL CAMPEONATO II: Gáspari sacó el zurdazo. Cuando Ferrero intenta reaccionar, es tarde. El taponazo sacude la red, consagra un triunfador y define un campeonato.

 


Se consagró Quilmes en un partido que se disputó más afuera que dentro de la cancha, como suele ocurrir en estos casos. Es que cuando un equipo se juega todo el año en 90 minutos, como en un fútbol de alto nivel, un fútbol de calidad. Hay que ganar o ganar. No queda otra alternativa. Y cada riesgo debe medirse y pesarse hasta el último milímetro y jugaba Quilmes, es muy difícil pretender el último gramo, para no regalar en un instante de lirismo el esfuerzo de los 39 encuentros anteriores.

Por eso no fue un gran espectáculo adentro. El gran espectáculo estaba afuera. De adentro vino, sí, la cuota de emoción y de dramatismo, de intensidad y belleza, que necesitaban las tribunas para vivir, a boca abierta y corazón galopante, la culminación del campeonato. Esa legión de aficionados quilmeños que llegó a Rosario con toda la ilusión podrá contarlo con todo el orgullo.                                                                                                                                                    


Plantel completo de Quilmes Campeón Metropolitano Milozzi, Horacio Antonio.

Salinas, Horacio Omar

Andreuchi, Luis Antonio (con 21 goles fue el goleador del campeonato junto a Diego Maradona de Argentinos Jrs.)

Palacios, Bernabé Adolfo

Bianchini, Horacio Héctor

Gáspari, Jorge Osvaldo

Gómez, Omar Hugo

Medina, Jorge

Zárate, Guillermo

Filardo, Miguel Ángel

Recavarren, Heriberto Oscar

Fanesi, Alberto

Merlo, Juan Carlos

Paruzzo, Edgardo Luis

Echauri, Hugo René

Gaño, Pedro Timoteo

Rando, Hugo Luis

Carrizo, Juan Generoso

Burgeois, Roberto Luis

Raschia, Carlos Enrique

Tocalli, Hugo Daniel

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