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La noche inolvidable del Independiente que volvió a reinar en el continente
El Libertadores de América gritó campeón como en las viejas épocas de Copa. Pero para eso, primero tuvo que sufrir más de la cuenta. Arrancó con todo, se puso en ventaja con Velázquez, soportó el empate inmediato de Moura, se repuso con los goles de Parra y luego padeció el agotamiento físico, sobre todo en el alargue. En los penales, apareció todo el temple de los ejecutantes y así, el Rojo, vestido de azul, ganó el primer título internacional en 15 años.
TREMENDO TRAPO, con el apoyo incondicional de un hincha a lo lejos: el Kun Agüero.
Una marea de esperanza roja le brindó al equipo del Turco Mohamed un recibimiento a la altura de las circunstancias. Bengalas, humo, bombos, trompetas y el grito ensordecedor de la gente de Independiente, con la doble intención de alentar a su equipo y, a la vez, amedrentar al rival. Y la fórmula dio resultado.
Desde el arranque, el local comenzó a arrinconar contra su arco a los brasileños del Goiás, que lentamente se convirtieron en espectadores de lujo, ya que en cada pelota parada que caía en su área se quedaban petrificados, esperando que los de camiseta azul (la alternativa del Rojo) no acertaran al arco del también bastante estático Harlei.
LA FIESTA en la tribuna roja, para celebrar el 16to. título internacional en la historia del Rojo.
Ya en el complemento, el encuentro se volvió más parejo y la incertidumbre comenzó a invadir el corazón de los miles de hinchas, a los que las pulsaciones se les iban por las nubes con cada corrida solitaria de Felipe o con las apariciones fantasmales del peligroso Moura. Los dirigidos por Mohamed ya no tenían la efectividad del primer tiempo y así, el encuentro se fue al alargue.
El Libertadores de América alternaba entre momentos de euforia total y baches de silencio absoluto durante el tiempo suplementario. Sin embargo, el sufrimiento dominaba la escena. Pasó la media hora de alargue y todo se decidiría desde los doce pasos. La angustia se extendía.
La definición estaba 3 a 2, por las conversiones de Maxi Velázquez, Parra y Gracián, para el Rojo, y Toloi y Everton Santos, para el Goiás. Felipe estrelló en el palo su disparo y Matheu estiró la ventaja. Moura puso las cosas 4-3 y toda la responsabilidad para uno de los emblemas: Tuzzio. El ex River no se puso nervioso y con su gol generó el estallido máximo y el desahogo.
Tras 120 minutos de partido y nueve penales ejecutados, Tuzzio hizo delirar a todo el pueblo rojo y grabó su nombre en la historia grande de Independiente, al anotar el 5-3 que significó el 16° título internacional para los de Avellaneda. ¡Salud campeón!
[IA]
MATHEU levanta la Copa Sudamericana, primer título internacional del siglo para el Rojo de América.