(sin categoría)

Lucas, La Pantera

Jugó en Huracán y Tigre, pero es un desconocido para el público argentino. Se llama Lucas Barrios y explotó el año pasado en Colo-Colo, donde metió 37 goles y fue declarado máximo artillero del planeta en 2008. Una fiera.

Por Redacción EG ·

27 de febrero de 2009
NO HAY DUDAS: los dirigentes de los clubes chilenos saben negociar jugadores. Sobre todo los que representan al Colo-Colo, quienes cotizaron en 8 millones de dólares al argentino Lucas Barrios –cifra difícil de alcanzar hoy por los delanteros del fútbol argentino–, luego de consagrarse como el mejor goleador mundial de Primera División de 2008 por la Federación Internacional de Estadísticas e Historia del Fútbol con sede en Alemania (IFFHS), por sus 37 tantos convertidos en el año.

El Colo-Colo había adquirido el pase de Lucas a prueba por 6 meses, abonando tan sólo 100.000 dólares al Atlas de México, y cuando el pibe de San Fernando demostró que valía mucho más, ahí sí, los dirigentes pusieron el total: dos millones. Contento con el respaldo recibido por uno de los clubes más importantes de Sudamérica, Barrios –24 años, argentino, y positivo a ultranza– devolvió con creces el espaldarazo, llevando a su equipo a conseguir el campeonato chileno; y de yapa, se convirtió en el bombardero más poderoso del año, superando a unos cuantos monstruos del área.

En pleno enero argentino, la “Pantera”, como lo llaman por Santiago, se pasea por las calles de Buenos Aires sin el acoso de los futboleros criollos, que poca referencia visual tienen de él. Vino unos días al país antes de comenzar la pretemporada en territorio chileno, pero fundamentalmente para estar presente en el cumpleaños de Thomas, su primogénito, al que no le falla por nada en el mundo. Quizás por eso, mientras transcurre esta entrevista en un bar estilo irlandés de Nordelta –donde constituye domicilio a efectos de las visitas al terruño–, es que no para de mirar el reloj; primero disimuladamente, después en forma abierta, casi desvergonzada. “Es que a las cinco tenía que pasar a buscar la torta”, se excusa, mientras “relojea” nuevamente las agujas y contesta llamadas, de esas que se planean con anterioridad para acortar reuniones.

Maldito invento el Nextel, para aquellos que no pertenecemos al círculo. Luego de pedir prestado un teléfono-radio para ubicarlo y coordinar la nota, Lucas nos otorga sólo un rato en la tarde más calurosa del mes, en la que repasa su historia futbolera, dejando los temas que hacen a su personalidad para la sesión de fotos. Es comprensible; es padre y pocas oportunidades tiene de ver a su retoño, que vive en Buenos Aires con su mamá; pero con el que sin embargo, tiene comunicación constante. “Hablo todos los días con Thomas –se emociona y muestra el tatuaje con su nombre grabado en la parte interior del antebrazo– es lo mejor que me pasó en la vida; y aunque esta profesión me lleva a estar alejado de él, sabe comprender la situación”.

Para el goleador del Cacique, esta realidad le resulta llevadera, ya que cruza la Cordillera de los Andes en menos de una hora y media y ya disfruta del abrazo de su hijo en Ezeiza. No obstante, en México la cosa fue dura: “Fueron meses complicados porque no pude venir a la Argentina; por eso estoy tan cómodo en Chile”, analiza, tal vez pensando en que ese alejamiento volvería si emigrase para el Panathinaikos de Grecia, al Hertha Berlín de Alemania; o al Nancy de Francia, que ofreció un poco más de cinco millones por sus goles, aunque finalmente la transferencia se terminó cayendo. Su alejamiento del pueblo colocolino es más que probable si sigue jugando así, porque más allá del pase fallido a ese club francés, Barrios no se deja vencer y sigue apostando a un futuro mejor.

Un tipo como él sabe recuperarse de los bajones. Basta repasar su historia. Tras haber jugado por innumerables canchas de papi fútbol como Mitre, Juventud de Liniers, o Pacífico, hizo su preparatoria al fútbol mayor en Huracán, donde increíblemente fue desechado por ser bajo y de pequeña contextura física. “Después de los 15 pegué el estirón y fui a Argentinos Juniors donde me entrené un año en inferiores sin jugar; por suerte, Gareca me subió a Primera y pude debutar”, rememora. “El Bichi Borghi, Marcelo Barticcioto y el Checho Batista son los técnicos que me ayudaron a consolidar mi carrera; sin embargo, al Tigre es al que más quiero por haberse jugado por mí cuando me sacó de inferiores”, agrega el delantero, que hoy está en el metro 87 y calza 43 de botín.

Desde que entraba a la cancha de Chacarita como mascota del equipo, de la mano de su primo Marcelo Cáceres, pasando por los consejos de Agustín Vera –el entrenador que lo llevó a jugar a los Torneos Bonaerenses y lo motivó para que no abandonara ese año fatal en que debió marcharse de Huracán–, Lucas siguió creciendo como jugador de fútbol, aunque tuvo que pasar por clubes de distinto calibre para lograr el presente que hoy disfruta. “De pibe era muy trabajador y humilde, tenía fortaleza física, pero había que llevarlo despacio, mejorarlo en el sentido de ubicación del área, cualidad que le han dado los años”, destacó Gareca en El Mercurio de Chile, concepto que los números corroboran si se considera que metió 5 goles en 15 encuentros en el Bicho. Luego de un paso sin fortuna por Tigre, donde aún tiene amigos como Matías Giménez y Juan Carlos Blengio, Barrios volvió a la Paternal, pero Chiche Sosa no lo tuvo en cuenta. La consecuencia de ello fue su primera emigración al país limítrofe: Deportes Temuco lo esperaba con los brazos abiertos. “Era fuerte en lo mental, se bancó varios meses sin cobrar y sólo le faltaba mejorar la recepción, cosa que logró sin problemas”, admite Claudio Nigretti, DT del Temuco en esos días.

En una nueva vuelta a la Argentina, Barrios hizo escala en Tiro Federal, donde tras un partido contra Newell´s, el entonces presidente rojinegro Eduardo López pretendió adquirirlo. El destino lo eximió de ese compromiso y Barrios se tomó un avión de vuelta a Chile, esta vez para llenar el espacio que Alexis Sánchez dejaba en el Cobreloa. Allí, bajo el apodo de “Larva” o “Chiquito” metió 26 goles en 32 encuentros. Luego sí: su etapa mexicana en el Atlas y más tarde, el negoción chileno que lo llevó al lugar donde más querido se siente futbolísticamente hablando: el Colo-Colo.
“Cambio diez mil veces el récord de goleador, por salir campeón con el equipo”, decía antes del partido decisivo por el campeonato pasado frente a Palestino, donde logró ambas metas, igualando la cantidad de goles facturados por Luis Hernán Alvarez, prócer del Albo en 1963.

PARA ACCEDER AL TRONO de los goleadores, Lucas se impuso ante destacados colegas. Uno de ellos fue Klaas Jan Huntelaar, el holandés que fue adquirido recientemente por Real Madrid en 27 millones de dólares. “El cazador” se anotó con 33 tantos en la temporada pasada, jugando para Ajax; con él, Barrios vivió una competencia íntima en las recientes semanas: “En los últimos días me preocupaba mucho por los goles que él metía, así que lo viví con mucha ansiedad. Por suerte, en la Liguilla chilena terminé haciendo siete goles, y ahí supe que ya había ganado”. También fue más que Miguel Ximénez, el jugador del Sporting Cristal que sumó 32; y en esa lista también dejó en el camino nada menos que a Cristiano Ronaldo, Jugador FIFA del año, que terminó con 31 goles.

Pero además, superó a otros compatriotas. Entre los diez primeros futbolistas del ranking de goleadores del mundo de IFFHS figuran los argentinos Daniel Ludueña (Santos Laguna, México, 30 goles), Alfredo Chango Moreno (San Luis, México, 28), y Germán Denis (Independiente y Napoli, Italia, 27). Todo eso da para pensar en la posibilidad de un lugar en la Selección de Maradona, para la Pantera del equipo andino: “Soy argentino y por eso quiero defender los colores de mi país, pero soy realista y sé que eso es muy difícil porque delante de mí hay muy buenos jugadores que están en Europa como Messi, Agüero o el mismo Denis”.

Muchos al otro lado de la montaña no comparten su opinión humilde, pero prefieren hacerse los distraídos y, en vez de convencerlo de lo contrario, desean sumarlo para las filas rojas. Fueron más de 20.000 firmas las que se juntaron en un grupo de facebook especialmente creado para tratar el tema de su nacionalización, y hasta el astro Iván Zamorano vio con buenos ojos esa posibilidad. “Estoy totalmente de acuerdo con quienes han lanzado la idea de nacionalizar a Lucas Barrios. El sería un gran aporte a la Selección nacional y no estaríamos haciendo nada reprochable, ya que todos los países aprovechan al máximo a los jugadores que tienen algún vínculo, para hacerles firmar la carta correspondiente e integrarlos a su selección”, asumió el nueve histórico y agregó: “No podemos ser más papistas que el Papa. Si bien nació en la Argentina, Lucas ha tenido su desarrollo futbolístico en Chile y eso hay que aprovecharlo. Es un delantero distinto, goleador como hay muy pocos en el mundo y que podría complementarse muy bien con Humberto Suazo, e incluso ser la alternativa para cuando no podamos contar con él”.

Si bien Barrios a cada momento agradece la propuesta y hasta repite que el tema es de constante análisis para él, también considera que aceptar un lugar en la Selección chilena constituiría una falta de respeto a sus colegas. “Chile tiene muy buenos jugadores y no estaría bien si yo aceptara nacionalizarme exclusivamente para jugar en la Selección”, se sincera, al tiempo que remarca lo bien que fue recibido cuando llegó a su club actual. “En Colo-Colo me encontré con un grupo de personas extraordinarias; cuando llegué ya habían ganado mucho y, sin embargo, siempre se mostraron humildes conmigo. Por ser un grupo tan unido es que en el club me siento tan cómodo y asentado futbolísticamente”.

MIENTRAS LA APASIONANTE competencia del Dakar atravesaba el desierto mendocino en dirección a Chile, por el lado de arriba y en sentido contrario, Lucas Barrios volvía a Buenos Aires para visitar a la familia y pasar unos días de reposo. El clan de la localidad de Virreyes al que pertenece se compone de ocho hermanos, y el pater familis Eugenio se encargó de criarlos sin que les faltara nada. “Mis viejos están muy orgullosos por lo que conseguí en mi carrera”, admite. Tal vez, por ser parte de una hermandad numerosa es que piensa en más hijos para el futuro. “Cuando tenga el segundo, se va a enojar”, bromea cuando el fotógrafo de El Gráfico se acerca e intenta tomar una imagen de su tatuaje, que reza “Thomas”. Sin embargo, la Pantera anda suelta y sin compromisos maritales en la actualidad.

En alguna entrevista de tiempo pasado, aclaró que no tenía un tipo de mujer ideal, pero que prefería a las blondas, un tip gratis para las admiradoras chilenas, que difícilmente le dejan dar dos pasos sin exigir besos y autógrafos.

“Este mes, en la calle, toda la gente me pedía que Lucas no se fuera a Europa”, comenta Marcelo Barticcioto, DT de Colo-Colo. Así es el cariño de su público, el que le compensa su frustrado pase al Nancy. “Mi objetivo era llegar a Europa, más que nada porque ya jugué en Chile, México y Argentina; para mí, los tres países más competitivos de América. Que no se haya dado ahora no me va a afectar, porque tengo una personalidad positiva y siempre quiero ganar todo. Así lo he demostrado y ahora lo voy a seguir haciendo en Colo-Colo”, afirma.

En cada uno de los partidos en los que jugó en 2008, y en los que sumó tantos, a fuerza de convertirse en el nuevo rey goleador, Lucas demostró una destreza singular con la pelota en los pies, fabricando incluso un golazo ante la Universidad de Chile, que quedará para la posteridad por haber arrancado desde el medio, eludir con amague a un defensor y finalizar exquisitamente la jugada con la pelota en el rincón derecho de la red. “Ese gol fue muy importante porque se trataba del clásico rival y pude darle una gran alegría a la gente”, aclara Barrios quien, por otra parte, reconoce como déficit mejorar el cabezazo. Para hacer justicia y equiparar virtudes, vale el consejo de buscar en YouTube también su espectacular gol de chilena contra el Santiago Morning, para sacar conclusiones propias sobre su ductilidad.
Goleador en los Torneo Apertura y Clausura 2008 de Chile, y reconocido como el mejor delantero del Campeonato trasandino por la gente y los medios en general, Barrios formó parte del equipo ideal de la Revista El Gráfico de Chile, publicación que además lo catalogó como el mejor jugador del año. “Completé un año redondo y estoy feliz con todo lo que hice; en eso le debo mucha gratitud a mis compañeros de equipo”, aclara con un dejo de tonada chilena que a veces se le escapa.
“Lucas es el goleador del mundo, no cuesta lo ofrecido por los franceses”, señaló Gabriel Ruiz-Tagle, presidente del Cacique, rechazando los casi seis millones que tenían los representantes del Nancy en la valija. Algo deben saber sobre la compra y venta de jugadores los dirigentes de Chile.

EL BARRIO BAHIA GRANDE del mega complejo habitacional Nordelta todavía no está terminado en su totalidad. De un lado del embarcadero, las torres marrones se mofan de sus primas de enfrente que aún lucen ladrillos a la vista, pero que están en pleno desarrollo con un futuro auspiciante; como Lucas, que con un título Premium de goleador mundial bajo el brazo, aún tiene mucho por recorrer y jugar en las ligas internacionales. El tiempo será su compañero en ese viaje; y sus goles, la carta de presentación para ingresar en cualquier aeropuerto del mundo.

Por Andrés Wodzak