El paso a paso argentino en busca de la Copa en Qatar: Arabia Saudita y un cachetazo a tiempo
El 22 de noviembre de 2022 la ilusión albiceleste puso primera en busca de la ansiada Copa del Mundo, aunque Arabia Saudita significó un inesperado palo en la rueda.
NADIE IMAGINABA UN COMIENZO ASÍ. Y después de ese comienzo, pocos se atrevieron a imaginar un final como el que fue. La Selección Argentina llegó al Mundial de Qatar con el envíon de un funcionamiento que ya tenía marca registrada. Arribó con la ilusión de ratificar con fundamentos futbolísticos los brillantes eslabones dorados de una cadena que comenzó a forjarse con la Copa América de 2021 en Brasil y el triunfo categórico sobre Italia para alzar el trofeo que otorgó la Finalissima entre los monarcas de los continentes americano y europeo.
Arabia Saudita, más allá de los pertinentes recaudos del caso, no parecía erigirse en un oponente de fuste. Así lo marcaba la lógica... La lógica. Ese elemento que siempre se tiene presente en el fútbol pero que muchas veces pega el faltazo, como se día en el estadio Lusail.
Fue la única vez que la hinchada argentina no pudo establecer su supremacía numérica ante la presencia de los fanáticos árabes que se sentían como en casa. Sin embargo, la Selección arrancó con todo y antes de los 2 minutos Lionel Messi ya había contado con una clara opción. Apenas llegados los 10, transformó la supremacía en ventaja con el gol del propio Leo de penal, otorgado luego del chequeo en el VAR.
Todo marchaba sobre rieles y la fluidez ofensiva Albiceleste se traducía en ocasiones y tres tantos anulados por offside, uno a Messi y dos a Lautaro Martínez. Pero la ventaja no pudo ampliarse y los Halcones del desierto volaron alto para asombrar al planeta fútbol.
Saleh-Al Shehri a los 3' y Salem Al-Dawsari a los 8' del complemento dieron vuelta inesperadamente una historia que tenía destino de goleada y que de pronto se convirtió en derrota inimaginable.
La que ya era la Scaloneta no pudo asimilar el cachetazo y los jugadores, muchos de ellos debutantes en un Mundial, fueron una sombra a nivel individual y colectivo, sin respuesta anímica para dar vuelta la contingencia de la derrota.
Ni los 3 cambios simultáneos con los que Lionel Scaloni pateó el tablero sirvieron para despabilar a un conjunto shockeado, que recibió un mazazo fuera de contexto que los paralizó. A ellos y a los miles de argentinos presentes para rematar con euforia una fiesta que habían iniciado horas antes con toda su pasión y color.
Perder después de tres años y cuatro meses ante un rival menor y en el estreno de un torneo al que arribó con la chapa de candidato fue la peor pesadilla que un país ilusionado pudo haber tenido.
La caída llegó en el momento más inoportuno e interrumpió un invicto de 36 partidos que dejó al equipo sin margen de error para disputar los partidos contra México y Polonia, rivales ante los que se pondría a prueba la personalidad del grupo para absorver el latigazo en la espalda, demostrar resiliencia y recomenzar el camino para volver a pisar el mismo césped de la debacle, pero el día de la final.
Lo dijo el Capitán al poner la cara tras el duro revés: "Que la gente confíe, que este grupo no los va a dejar tirados". Y había que confiar, nomás.
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