¡Habla memoria!

Cuando Estudiantes y su mística empataron con siete hombres

Se cumple un nuevo aniversario de una de las proezas históricas protagonizadas por el Pincha de La Plata

Por Julián Marcel ·

08 de julio de 2023

Pocas veces el término "Mística Copera" se pudo aplicar tan bien a un equipo como a Estudiantes de La Plata, y a un partido en especial, el jugado hace exactamente 40 años, el 8 de julio de 1983 en el viejo estadio de madera de 1 y 57 contra Gremio de Porto Alegre por el Grupo A de la segunda fase de la Copa Libertadores de América. El contexto de ese partido no solamente estuvo dado por el resultado, sino por el árbitro del partido: el uruguayo Luis Da Rosa. En principio, el árbitro no iba a dirigir el encuentro sino su coterráneo José Luis Martínez Bazán, pero pocas horas antes del inicio había fallecido su esposa por lo que, a último momento, fue convocado a reemplazarlo. Este cambio fue decisivo para la suerte del partido, y para la misma historia.

 

Imagen Da Rosa ignora los pedidos de Gugnali
Da Rosa ignora los pedidos de Gugnali
 

Estudiantes en aquellos años estaba jugando un juego delicioso producto de los años en que fue dirigido por Carlos Salvador Bilardo. En apenas cuatro meses había ganado dos títulos, el Metropolitano (14 de febrero) y el Nacional (10 de junio), y su técnico ahora era el encargado de dirigir a la Selección Argentina. Quien lo reemplazó sería el recordado Eduardo Luján Manera. En la primera fase de la Copa Libertadores finalizó en el primer lugar del Grupo 1 por sobre los chilenos Cobreloa (vigente subcampeón de la Copa), Colo Colo y Ferrocarril Oeste. Por otro lado, Gremio de Porto Alegre participó en la Copa por haber obtenido el segundo puesto del Campeonato Brasileño de 1981, y en la primera instancia pasó invicto por sobre Flamengo y los bolivianos Bolivar y Blooming, en el Grupo 2. A diferencia del formato actual, los equipos finalizados en primer lugar de su zona pasaban de manera directa a segunda fase compartiendo dos grupos de tres equipos cada uno, y los primeros jugaban la final. Hasta el 8 de julio de 1983, la zona A que compartían Estudiantes de La Plata, Gremio y América de Cali dejaba primeros a los brasileños por un punto. Estudiantes tenía 3 unidades, y América de Cali, 2. Gremio necesitaba una victoria para clasificar de manera directa a la final. 

Pero Estudiantes no se lo iba a hacer fácil.

El estadio Luis Hirsch estaba colmado a las 21 horas de ese frío viernes 8 de julio. Estudiantes formó con Bertero; Gette; Camino, Agüero, Gugnali; Russo, Ponce, Sabella, Trama y Gurrieri. Gremio presentó a Mazaropi; Paulo Roberto, Leandro, De León, Casemiro; Osvaldo, China, Tita; Renato, Caio y Tarciso.  

 

Imagen Da Rosa muestra una tarjeta roja
Da Rosa muestra una tarjeta roja
 

El partido no había comenzado y ya se empezaba a ver lo complicado que iba a ser. Estudiantes ya tenía un jugador sancionado antes del pitazo inicial cuando Da Rosa amonestó a Marcelo Trobbiani por invasión de cancha. La crónica de El Gráfico en la edición 3327 escrita por Eduardo Rafael dice que "la predisposición con que el juez salió a la cancha a "no dejarse matonear", fue la que lo llevó primero a la precipitación y después a la equivocación". A los 37 minutos, después de una falta a Gugnali, comenzó lo que sería el partido tal como lo conocemos. Trobbiani salió a pedir la amonestación del jugador brasileño, y Da Rosa expulsó al jugador argentino por protestar y luego por un empujón, el referí expulsó a José Daniel Ponce. En apenas un minuto, Estudiantes se quedaba sin dos jugadores claves para enfrentar a los brasileños. La crónica de Rafael dice: "Habría sido mucho mejor —más, es fundamental— que este señor [el árbitro Da Rosa] no hubiese entrado predispuesto a la cancha. Tal vez sin preconceptos hubiera cumplido con la misión que le encomendaron: la de administrar justicia. No lo hizo y por eso se convirtió en el principal responsable de haber transformado lo que hasta entonces era un hermoso partido de fútbol". Sin embargo, producto de esa falta, Sabella mandó un centro que Aguero bajó de cabeza para que Gurrieri fulmine el arco de Mazarópi. La alegría de ese gol quedaría opacada por la realidad. Gremio aprovechó esa falta de jugadores y apenas tres minutos después Osvaldo empató el encuentro. Apenas iniciado el segundo tiempo, dos goles más de Gremio a los 8' y a los 15' ponían el partido 3 a 1 y casi irremontable. Y como si esto no fuera poco, Camino fue el tercer expulsado en el Pincha por unos incidentes que se generaron tras ese tercer gol. El único expulsado, dentro de los cánones del partido (y no por los incidentes), fue Teves a los 30' del complemento tras una agresión a Tita. Faltando 15 minutos para el final del partido, Estudiantes perdía por 3 a 1 contra Gremio y tenía apenas 7 jugadores. Gremio ya tenía definido el partido.

Pero Estudiantes no se la iba a hacer fácil. 

 

Imagen El partido no fue nada fácil ni para Estudiantes ni para Gremio
El partido no fue nada fácil ni para Estudiantes ni para Gremio
 

A los 33', un centro rasante de Trama rebotó en el arquero y Gurrieri, desde el piso, dominó la pelota y la metió en el arco tocandola apenas mientras un defensor de Gremio lo arrinconaba. Estudiantes se dio cuenta que podía crear una hazaña, que podía mostrar nuevamente su mística copera como la que lo hizo protagonista durante las copas obtenidas en 1968, 1969 y 1970, sumando la Intercontinental obtenida ante Manchester United en Old Trafford. Y con Sabella, Russo y Gurrieri como protagonistas fueron a buscar el empate. Después de un tiro libre que Trama cabeceó por encima del travesaño, los brasileños renunciaron a atacar para solo defender.  "Y pasó lo que ya se sabe: la historia la escriben los hombres", rezaba la crónica, "Estudiantes arriba, como podía pero arriba. Gugnali y Gurrieri por la izquierda, centro, rebote, pelota que alcanza Russo y la coloca en la red tras pasar entre varias piernas. Era el empate. Era el delirio. La locura, ahora en las tribunas. Renato se acercó a Leandro y Casemiro y le puso cuatro dedos muy cerca de sus caras. Le marcaba la realidad: "con cuatro hombres menos se dejan hacer dos goles"". Era la hazaña concretada, que Estudiantes no iba a dejar pasar. Faltaban solo tres minutos para el final. 

 

Imagen Bertero en andas de los hinchas
Bertero en andas de los hinchas
 

La lógica del partido debía indicar que Da Rosa iba a añadir por lo menos 6 o 7 minutos al encuentro, pero este partido no se manejó así. A los 48' del segundo tiempo, el árbitro uruguayo (que la ficha de El Gráfico calificó como "pésimo") dio por terminada esa página histórica del fútbol. Los hinchas entraron a la cancha para festejar con sus jugadores algo que era mucho más que un empate. 

Sin embargo, las hazañas y las proezas (como los mejores sueños) suelen terminar rapidamente. Faltaba solo un encuentro para definir el clasificado de la Zona A a la final de la Copa Libertadores. Estudiantes debía ganarle a América de Cali para obtener su pase, pero el partido terminó 0 a 0. Gremio no solamente jugaría los encuentros decisivos: también obtendría el título tras vencer a Peñarol, y sería campeón del mundo venciendo a Hamburgo en Tokio por la Copa Intercontinental. 

Y fue así, nomás: Estudiantes no se la iba a hacer fácil. 

 

Imagen La firma de todos los jugadores de ese equipo glorioso de 1983
La firma de todos los jugadores de ese equipo glorioso de 1983
 

Foto de portada e interiores: Archivo El Gráfico.