¡Habla memoria!

1806. Así comenzamos

Un testimonio histórico sobre las primeras demostraciones de deporte organizado practicado en el país. Durante las invasiones inglesas en 1806, los oficiales británicos jugaron cricket en el parque de Retiro.

Por Redacción EG ·

25 de julio de 2019

La colectividad nativa y aquella extranjera con residencia de arraigo que ya había dado forma a un tipo definido de sociedad porteña no gustaban ni veían con buenos ojos el trasplante de las nuevas costumbres que en el 1800  estaban revolucionando a Europa en el aspecto deportivo.

La pelota jugada en el frontón, los bolos o palitroque y la esgrima, a pesar de tener un profundo arraigo español no habían podido encontrar ni siquiera el punto de partida para su futura evolución. Los más nuevos, que podrían llamarse foráneos, como el pugilismo y pedestrismo, chocaban con nuestros sentimientos religiosos. Había demasiado desnudo a la vista, mucho sudor y mucha violencia.

Quizás la pelota se hubiese impuesto en ese entonces, de haberse podido solucionar los inconvenientes que creaba la construcción de la cancha. En Buenos Aires no había piedra para realizarlas a la usanza vasca y los hornos de ladrillos se conocieron allá por los años 1675 o 1676, cuando realizó el primero don José Martínez de Salazar para construir el fuerte y el segundo el español Azcona para reedificar la Catedral. Luego, con el correr de los años, si bien las construcciones de ladrillos aumentaron mucho, siempre resultó tarea difícil y de riesgo realizar un frontón para cancha de pelota.

Imagen Escena de un encuentro entre Greenwich y Chelsea Pensioners en 1825.
Escena de un encuentro entre Greenwich y Chelsea Pensioners en 1825.

En aquel entonces triunfaba en Inglaterra un nuevo juego, el cricket, que tenía en su estructura dos elementos capitalísimos para imponerse fuera del imperio. Era de una violencia tan relativa que no había necesidad de andar con poca ropa y se podía hacer sociedad en forma exquisita. El otro factor, nada despreciable por cierto, era que contaba con el beneficio de que allá en el extranjero, donde hubiese 30 o 40 británicos dispuestos a formar un club, éste tenía la vida asegurada aun a despecho del ambiente local, ya que no necesitaba, como el atletismo, del aporte numérico para formar planteles que cubriesen el juego y el espectáculo.

El cricket, siendo así un deporte apacible que no ofendía las costumbres de otras sociedades tuvo la virtud de ser en muchos países el iniciador de las prácticas físico-deportivas, creadas casi todas ellas y difundidas otras por los mismos británicos. Así vemos que en España, preferentemente en Barcelona, los primeros clubs deportivos hieran de cricket. Otro tanto anotamos en Italia, donde sus dos primeros campeones de fútbol fueron el Genera Cricket and Foot-Ball y el Milan Foot-Ball and Cricket Club. En el Uruguay también el cricket fue el deporte inicial, y no escapamos nosotros por supuesto de este principio, en el que nos iniciamos en la forma que pasamos a detallar. Cuando el muy transitorio dominio de los ingleses en las primeras invasiones del año 1806. oficiales de Sir Carr Beresford jugaron entre sí, en el parque Retiro, varios encuentros de cricket que vienen a adquirir así el valor histórico de ser las vinieras demostraciones de un deporte organizado practicado en el país.

La verdad es que no podemos asignarles a estos encuentros otro valor que el de una simple cita histórica, Parque enseñanzas no pudieron haberse desprendido, así como tampoco deseos de continuar con más prácticas por parte de nuestra sociedad. No olvidemos que las tropas inglesas dominaron la ciudad por espacio de casi tres meses, y entre los primeros dedicados a la organización y los últimos a la defensa quedaron muy pocos para la recreación deportiva. Esto viene a demostrarse por otra parte con la recordación de las costumbres que imperaron luego de ese acontecimiento, las que, con un poquito más de turbulencia y otro tanto de orgullo, fueron las mismas que antes de la invasión. De deporte no había quedado nada.

Cuando la segunda tentativa de apropiarse de estas tierras realizada en el año 1807, quizás se haya jugado entre la oficialidad inglesa algún encuentro de cricket, pero la verdad es que no hemos encontrado ninguna relación que así lo atestigüe. Lo único evidente es que al retirarse derrotadas las tropas de Whitelocke quedó en Buenos Aires alguna oficialidad irlandesa, que siendo católica muy pronto quedó agregada a nuestra sociedad y costumbres, tanto que antes gustaron ellos del mate y de la mazamorra que nosotros del deporte, que quedó completamente olvidado en cualquiera de sus formas.

Imagen El cricket jugado por las tropas británicas cuando la invasión del año 1806 fue la primera muestra deportiva que vieron estas tierras.
El cricket jugado por las tropas británicas cuando la invasión del año 1806 fue la primera muestra deportiva que vieron estas tierras.
 

Después de aquel juego realizado por la oficialidad inglesa en el año 1806, recién encontramos otra manifestación en 1819, que vendría a ser la primera hecha en el país en la que intervinieron en buena parte elementos residentes.

En un interesante estudio sobre los principios del cricket en el Río de la Plata, el Ing. Eduardo Olivera nos hace saber las costumbres de la colectividad británica de realizar festejos con motivo de la llegada de nuevos compatriotas. En el año 1819 llegaron entre otros John Harrat, Thomas Bogg, Alexander Crickton, Richard Newton, George Love y D. Chapman, que fueron agasajados en la residencia de James Britain, donde se realizó una tertulia musical y luego un encuentro de cricket, en el que aquéllos fueron integrantes de los conjuntos.

 

Imagen Dibujo original de la época.
Dibujo original de la época.
 

Lo que podemos deducir de los escasos elementos que obran en nuestro poder no destruye la tesis de José Antonio Wilde de que en el año 1820 "no teníamos juegos atléticos". Consideremos que el cricket no sufrió variación reglamentaria sobre el número de integrantes de cada conjunto, que era entonces como sigue siendo hoy, de once jugadores por bando. Sin embargo ese encuentro se cumplió con sólo nueve, pese al esfuerzo que significaba el aporte de los seis agasajados, de los cuales uno por bando actuó de capitán.

Esta circunstancia y otras posteriores permiten presumir que no estaba la Gran Aldea en situación de presentar 22 aficionados capaces de desenvolverse eficazmente en la práctica de este juego deportivo.

Lo evidente es que este encuentro fue ocasional y que recién volvemos a tener constancia de otro a los diez años. Luego, por uno u otro motivo, pero siempre relacionado con acontecimientos británicos, se realizaron otros matches que nunca tuvieron sin embargo proceso de continuidad, pues tenemos que llegar al año 1861 para encontrar en el Buenos Aires Cricket Club a la primera institución formada en el país para la práctica deportiva. Con ella también nos colocamos en el punto de partida del deporte argentino.

 

Imagen Cricket.
Cricket.
 

 

 

Por Alberto Salotto (1955).