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De Diego a Diego

Milito jugó a lo campeón y fue el artífice de la conquista de la Champions League por parte del Inter de Milan. Goleador, pero también jugador, el ex delantero de Racing sacó chapa de titular para la Selección y pone en un lindo brete a Maradona.

Por Carlos Poggi ·

22 de mayo de 2010
Tres títulos en maravillosa seguidilla logró el Inter que curiosamente no tuvo ningún italiano entre los titulares y el técnico es portugués si emparentado con el calcio por la manera de plantear los partidos, armando una ferrea lìnea defensiva y utilizando el contraataque como arma ofensiva. Así, el club de Milan logró por tercera vez en su hisotira la Copa de Campeones de Europa, como broche de oro para una temporada brillante ya que antes había obtenido el pentacampeonato de Liga y como si fuese poco también la Copa de Italia.

 Lo bueno es que han sido campeones cuatro argentinos, dos que estarán con la Selección de Maradona en Sudáfrica, Milito y Samuel, y dos que de manera discutible lo verán por televisión, Cambiasso y Zanetti.  Y un ingrediente más: el hombre que fue factor primordial para la consagración del equipo milanés, Diego Milito, no es considerado titular en la formación que el técnico argentino imagina para salir a la cancha en el debut frente a Nigeria.

No solo por los goles si no por su decisión para encarar a los defensores del Bayern Munich, y ganarles casi siempre, Milito ha puesto un signo de interrogación positivo para considerar con vistas a lo que será la participación argentina en Sudáfrica. No ha sido una actuación más la del ex jugador de la Academia. Definió con clase y frialdad en una final de campeones. No se puso nervioso, no tiró al bulto, buscó los claros y los encontró con sus ojos saltones más abiertos que nunca.

En buena hora que hayan sido campeones importantes jugadores argentinos y mucho mejor que dos de ellos tengan un lugar entre los pasajeros que habrán de volar hacia tierra sudafricana con la ilusión de dar la tercera vuelta olímpica de la historia. Que Diego Milito haya posibilitado que el Inter fuera de nuevo campeón después de 45 años y por tercera vez, justifica la esperanza de concretar los sueños después de 24 años de espera.