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Un campeón amarrete

Floyd Mayweather le ganó casi sin complicaciones a Shane Mosley, pero dejó la sensación de que podría haber hecho todavía más.

Por Carlos Irusta ·

03 de mayo de 2010







Floyd Mayweather es arrogante, bocón, talentoso, ganador  y taquillero. Ha llegado a decir, por ejemplo, que es el más grande de todos los tiempos y el que más dinero gana –a tal punto que se hace llamar “Money”. Lo primero es muy discutible; lo segundo puede ser cierto, pero ¿Se puede medir la grandeza de un campeón por el dinero que gana?
Alí fue Alí porque tuvo que enfrentarse cara a cara con monstruos de la talla de Sonny Liston, George Foreman y, claro, Joe Frazier. Lo mismo podría decirse de Ray Leonard, quien batalló con Marvin Hagler, Thomas Hearns o Roberto Mano de Piedra Durán.
No vamos a cuestionar la calidad de oposición que ha tenido Mayweather, pero es cierto que le ganó a un De La Hoya más que otoñal, invernal, a un Juan Manuel Márquez llevándole varios kilos de ventaja  o a un Carlos Baldomir disminuido. De la misma forma en que, cuando se prendió a dar batalla, lo puso nocaut a Ricky Hatton peleándolo en su propio juego.
Este hombre que suma 41 peleas, todas ganadas y 26 por la vía categórica, no es un noqueador (y no tiene por qué serlo) como tampoco un peleador. Lo suyo pasa por un boxeo casi exquisito, lleno de técnica, a lo que le agrega una gran velocidad y una especie de radar que le permite esquivar casi todos los golpes netos. Es cierto que Mosley, a los 38, logró conmoverlo, pero Floyd lo neutralizó muy bien y luego comenzó a mandar en la pelea.
En algunos deportes vale únicamente el resultado. Y también en el boxeo, ya que cuando uno va ganando ampliamente –como Floyd ante Mosley el sábado en el MGM Grand de Las Vegas- tampoco hace falta exponerse demasiado, pero...
El boxeo tiene leyes no escritas y así como un gran torero finaliza su faena terminando lo más limpiamente posible con el toro, al boxeador de talento se le exige siempre algo más.
Sin embargo, Floyd siente al boxeo de otra manera: a Mosley le pegó como quiso con cualquiera de sus manos, fuera el directo de izquierda o jab –arma elemental del boxeo- o también con la derecha, tirada de lejos y como apertura –algo que ningún maestro aconsejaría- y que llegó cuando él se lo propuso.
De esta manera, se queda prácticamente solo en la cumbre, aunque... ¿Por qué no aceptar la pelea que todo el mundo pide? Manny Pacquiao es el rival a vencer, el hombre que podría probarlo a fondo, hasta el hueso, para que demuestre todo lo que es capaz de ofrecer.
Dicen que no se va a hacer nunca, aunque habiendo tanto dinero en juego, lo lógico sería que se midieran. Después de todo, ¿No asegura Floyd que él pelea por la plata? Entonces, bueno sería que aceptara el desafío, que sería el más importante de esta parte de su carrera.
Atención: no seremos fanáticos de Mayweather, lo confesamos, pero también sentimos que Floyd le ganaría a Pacquiao. Tiene todo para hacerlo, aunque sea un amarrete.