Copa América 2011

Venezuela mira hacia Brasil 2014 con ilusión

El trabajo de años le permitió ser protagonista en un certamen de prestigio como la Copa América. Las miras al futuro y el gran objetivo.

Por Redacción EG ·

22 de julio de 2011
Imagen Venezuela sueña con Brasil 2014. Y tiene con qué sustentar ese sueño.
Venezuela sueña con Brasil 2014. Y tiene con qué sustentar ese sueño.
El camino es largo. Pero también fructífero. Y Venezuela, en esta Copa América, demostró que llegar a Brasil 2014 no es un sueño imposible. Que haya jugado una semifinal de un certamen tan importante no es producto del azar. Ni mucho menos.

Un largo proceso de trabajo, que se inició en 1999 con José Omar Pastoriza como DT, está dando sus frutos. El técnico argentino fue quien sembró lo que ahora la Selección de César Farías está cosechando. “Pastoriza introdujo técnica, disciplina y estrategia, e impulsó a un buen grupo de técnicos a vibrar por el fútbol. Los resultados de los últimos tiempos son, en gran parte, gracias a su aporte”, explicó el entrenador, sin quitarle méritos al inolvidable Pato.

Varios de los futbolistas que ganaron protagonismo en la Copa América debutaron bajo la tutela de Pastoriza. El sólido arquero Renny Vega, el delantero Juan Arango y el emblemático defensor José Manuel Rey son los casos más significativos. Además, el símbolo de Independiente forjó una base de menores que, posteriormente, clasificó por primera vez en la historia a una Copa del Mundo Sub 20 (Egipto 2009). Una de las figuras de La Vinotinto, Salomón Rondón, fue Balón de Bronce en aquel Mundial. El argentino marcó un antes y un después en el fútbol venezolano.

Claro que Pastoriza no fue el único gestor del prometedor presente de La Vinotinto. Richard Páez dirigió a Venezuela de 2001 a 2007, y fue el primero en obtener resultados históricos. Por las Eliminatorias para Corea y Japón 2002, y por primera vez en la historia, no finalizó en el último lugar (noveno puesto, con 5 triunfos y un empate).
Pero fue durante la clasificación al Mundial de Alemania cuando Venezuela dejó el rótulo, definitivamente, de Selección débil o “Cenicienta” y comenzó a imponer respeto: terminó octavo, con 18 puntos.

La gran oportunidad fue la Copa América de 2007, en territorio venezolano. En un enfrentamiento contra el pasado, La Vinotinto superó la primera ronda y terminó sexta sobre 12 equipos. Memorable.

Ahora, con el legado del Pato y Páez, junto a la semifinal lograda en Argentina, Venezuela se permite soñar. Y soñar en grande. El objetivo aún está lejano, pero el premio es el mayor: jugar en Brasil 2014.

Por Pablo Amalfitano