Sólo le pido a Dios: la celestial presencia de Maravilla Martínez pese a una fisura

ADRIÁN MARTÍNEZ es sin dudas la pieza más importante del Racing actual, goleador implacable que convierte en festejo todo lo que toca. La Academia sufrió su ausencia un par de fechas por un edema óseo en el platillo tibial interno que en teoría debía dejarlo al margen del clásico con Independiente que terminó 1-1 este domingo.

Sin embargo, Maravilla fue titular y jugó los 90 minutos, más allá de todos los pronósticos. En la semana surgió la versión de que en virtud de su enorme fe religiosa le había pedido estar al entrenador Gustavo Costas porque Dios le había manifestado en una visión que tenía que ser protagonista.

El 9 tuvo un partido enredado en el que le tocó luchar más que jugar, y sólo contó con una chance en el primer período en la que definió mal porque se demoró un tiempo más en patear. Después del encuentro, en el que se brindó al 100 por ciento por el equipo, dio su propia versión de lo ocurrido.

"Cuando leí lo que dijeron me causó gracia: Dios no va a bajar a hablar conmigo. Tengo mucha fe y el Dios que yo predico también hace milagros. Les dije a los médicos que me había sanado a pesar de la fisura, no porque me había hablado, sino porque lo creí. Pero la rodilla se sanó y aunque el estudio dice que estoy fisurado, siento que estoy sano", expresó el delantero.

También subrayó que no jugó infiltrado. Simplemente, "le creí a Dios que estoy sano y ya está".

Acerca del partido reconoció que "fue muy de ida y vuelta. Sentí el cansancio a pesar de que entrené a la par. Creo que el empate fue justo fue justo. Tuvimoos un primer tiempo mejor en el que podríamos haberlo rematado, y en el segundo ellos fueron superiores".

"El club y el escudo exigen seguir ganando, avanzando y peleando por copas. Hubo muchos lesionados y se nota que nos cuesta, hay muchos partidos seguidos. Somos conscientes de que con esto no alcanza", concluyó.

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