BOCA se encuentra a dos días de un cruce determinante para el futuro en el segundo semestre: este jueves jugará el partido de ida de octavos de la Copa Sudamericana ante Cruzeiro en la Bombonera.

Diego Martínez tendrá, en ese sentido, un enorme desafío también en términos de su continuidad como entrenador del Xeneize.

La gran alarma tiene que ver con el armado de la línea defensiva, en la que el técnico seguirá con algunas bajas de relevancia.

La zaga, entre algodones

El capitán Marcos Rojo no juega desde el pasado 31 de julio, en el triunfo 3-0 ante Banfield, cuando fue reemplazado en el entretiempo. Según trascendió, sin parte médico, el defensor habría sufrido una ruptura fibrilar y será difícil que llegue en condiciones.

El otro central importante, Cristian Lema, arrastra problemas musculares desde mediados de junio, cuando sufrió un desgarro y se perdió dos semanas de actividad.

El marcador central volvió al equipo titular en la revancha por el repechaje copero ante Independiente del Valle, cuando Boca debió utilizar varios chicos por no haber anotado a tiempo a los refuerzos. En ese partido el experimentado defensor finalizó con algunas molestias.

Martínez enciende las velas para ver cómo evolucionan ambas piezas clave en el armado de la defensa, sobre todo porque tanto Gary Medel como Nicolás Figal, por diferentes razones, no atraviesan un momento óptimo.

Anselmino, out

Otro problema para Martínez llegó el lunes por la noche: Chelsea envió el transfer de Aaron Anselmino, por lo que el joven de 19 años no podrá ser parte de la serie frente a los brasileños.

La semana pasada el defensor volvió a los entrenamientos y, si bien continuará en el Xeneize a préstamo hasta diciembre, el conjunto argentino deberá reinscribirlo en condición de cedido en caso de avanzar a la siguiente fase, pero no podrá actuar en el cruce de los octavos de final.

Fabra, otra baja

Frank Fabra representa otra alarma en Boca. El marcador de punta colombiano había salido sobre la hora de la convocatoria del partido ante Independiente Rivadavia del pasado sábado por una molestia que sorprendió a todos.

En la semana hizo trabajos de kinesiología, no se pudo sumar a la par del grupo y se entrenó de manera diferenciada.

No iba a ser titular porque el lugar lo tiene Lautaro Blanco, una de las figuras del presente xeneize, pero se sumó como una baja sensible ante el conflicto del cuerpo técnico con el uruguayo Marcelo Saracchi, quien se negara a concentrar contra Barracas Central en reclamo de más minutos de juego.