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SOLANA SIERRA, LA JOYA DEL TENIS FEMENINO ARGENTINO

Entrevista con la marplatense de 17 años, la joya del tenis femenino argentino que logró su primer triunfo WTA en el Argentina Open. La palabra de su formadora Bettina Fulco.

Por Pablo Amalfitano ·

04 de noviembre de 2021

EN NOVIEMBRE DE 2018, en un Women’s Circuit de 15 mil dólares en premios, torneo equivalente a los actuales ITF World Tour W15, disputado en el complejo OSPACA de Villa del Dique, la pequeña Solana Sierra logró su primer punto WTA tras vencer 6-0, 3-6 y 6-4 a Delfina Glorioso. La misma edad con la que lo consiguió, por caso, Gabriela Sabatini.

Esta semana, tres años después, la marplatense de 17 debutó en el Argentina Open femenino, el WTA 125 de Buenos Aires, con una sólida victoria 6-2 y 6-4 ante Sol Faga, que venía de la clasificación, y sumó su primera victoria de calibre WTA. Con ese triunfo se aseguró subir del puesto 1019 por lo menos a la ubicación número 826 en el ranking WTA.

Este jueves se despidió luego de perder 7-6 (6) y 6-4 ante la griega Despina Papamichail (198ª), en un partido en el que llegó sacar dos veces para ganar el primer parcial y hasta contó con un set point increíble con el saque de la griega en el 6-5: después de un intercambio de alta intensidad la marplatense sacó un drop bien escondido que "bailó" en la faja y, finalmente, no pasó del otro lado.

Un golpe de calor y varios calambres después, con la sensación de haber dado un enorme paso en su promisoria carrera, atendió a El Gráfico en los pasillos del Buenos Aires Lawn Tennis Club y contó sus sensaciones y lo que espera en los próximos meses. 

"Estoy contenta por mi primera victoria WTA. Con Papamichail fue un partido muy duro; tuve mis chances y no pude aprovecharlas bien, pero me quedo con lo positivo que es haber jugado en Argentina mi primer WTA. Estaba un poco triste, lloré un poco, pero creo que voy a recapacitar porque la semana fue muy positiva", destacó quien jugara el torneo gracias a una invitación especial.

Formada por Bettina Fulco, ex 23ª del mundo y cuartofinalista de Roland Garros, en el club Teléfonos de Mar del Plata, Sierra viene de hacer un enorme papel en el Abierto de Estados Unidos: como parte del Equipo ITF, una formación con los mejores juniors del mundo cuyo apoyo para viajar es financiado por la propia Federación Internacional de Tenis, la marplatense alcanzó nada menos que las semifinales en Nueva York.

"En el primer partido la vi muy nerviosa, con aciertos y errores, pero era un partido accesible para ella; con Papamichail la vi mucho mejor, aunque fue muy duro porque la otra juega como española y no erra una bola. Creo que a Solana le falta acostumbrarse a este tipo de partidos en los que la rival devuelve dos o tres pelotas más que en juniors: hay puntos en los que Sol, por lo fuerte que le pega a la pelota, los resuelve más rápido en la categoría juvenil, pero en WTA tenés que jugar diez pelotas y tener más paciencia", analizó Fulco, en diálogo con El Gráfico, sobre los dos partidos que disputó Sierra en el WTA de Buenos Aires, ante Sol Faga y contra la griega Despina Papamichail.

Todos los resultados acumulados tanto en junior -es la 15ª del mundo- como en profesional, etapa en la que acaba de finalizar apenas su torneo número 13, además del prototipo de juego por el que suele asemejarse a las tenistas de origen europeo, Sierra emerge como uno de los mayores proyectos del tenis femenino argentino. Despliega un tenis moderno, busca la iniciativa, genera aperturas y suele evitar los puntos cortos; más bien le gusta jugar a tres o cuatro pelotas y pararse bien adentro de la cancha. Por eso Fulco remarca que el nivel WTA requiere más paciencia para destrabar partidos apretados. Pero tiene confianza en que Solana pueda crecer hacia fin de año y asentarse con vistas a la salida plena al profesionalismo después de los 18.

"Si sigue así y puede jugar partidos más competitivos puede dar un salto más en la concentración para hacer menos errores no forzados y bancarse un poco la presión y la tensión de los partidos que están parejos. En toda jugadora que no es un fenómeno, como Sabatini o Steffi Graf, hay muchas subidas y mesetas. Hay que esperar que Sol meta una buena subida a fin de año y se asienta en la parte física. Confío plenamente en ella si suma más experiencia en este tipo de torneos", explicó Fulco sobre el futuro a mediano plazo de Sierra, que jugará las dos próximas semanas el W60 de Santiago de Chile y su segundo WTA 125 en Montevideo, con lo que totalizará 15 torneos profesionales en lo que va de su corta carrera.

"Es increíble. Hacía mucho que no jugaba en Argentina así que haber jugado en el estadio, con mi equipo y mi familia, fue realmente increíble. Creo que voy creciendo y tengo que seguir trabajando", expresó Sierra, algo cansada por el trajín físico que significó el choque contra Papamichail.

Desde diciembre que Sierra ya no trabaja con Fulco, aunque está claro que tiene un vínculo especial por haber sido su formadora y por haber recibido de su parte las herramientas para llegar hasta donde llegó. Ahora lleva casi un año de trabajo con un equipo formado por los entrenadores Emilio y Leandro Arisqueta, el psicólogo deportivo Claudio Sosa y el preparador físico Mario Duré, quien estuvo en los últimos tiempos junto a Leonardo Mayer.

Para Solana, más allá de la derrota en octavos de final, instancia en la que entró como única sobreviviente local del Argentina Open, todo lo que vivió en los últimos días configura un aprendizaje. Sobre todo por haber compartido momentos con Nadia Podoroska, una de sus ídolas, quien no pudo competir en el torneo de Buenos Aires por una lesión en la espalda pero que sí estuvo presente en varias acciones oficiales. "Hablamos un poco con Nadia. Para mí es un placer verla a ella. Es muy importante porque Nadia para mí es una referente", sentenció la marplatense, con los sueños intactos hacia adelante.

Imagen de portada: Prensa Argentina Open