Las Entrevistas de El Gráfico

“Este ambiente es hipócrita y falso”

Lo afirma por sus colegas que “te saludan y si pueden te parten la pierna”, y también por algunos técnicos, “que te meten el dedo en el culo”. A los 36 años, el ídolo Pincha repasa su adolescencia en la villa, los sueños cobijados en su casa de chapa y cartón y las peleas con su padre, Tripero de ley.

Por Diego Borinsky ·

24 de noviembre de 2008


 


Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de noviembre de 2008

 

1 ¿Quién es José Luis Calderón? Un tipo que siempre logró lo que quiso a través de trabajo y sacrificio. Un tipo que antes era caradura y ahora tímido. Un tipo frontal, recto, con los códigos que muchos perdieron.
2 ¿Y como futbolista? Un laburante. Con 36 años, sigo entrenándome como el primer día.
3 ¿Qué hiciste con el primer dinero que te dio el fútbol? En el 94 había juntado mi primera plata importante para comprar un departamento. Mi viejo vendía fruta en un carrito y se le rompió. “¿Qué te gustaría hacer?”, le pregunté. “Un taxi sería ideal”, me dijo. Fui, saqué la plata, y le compré el taxi. Y lo puso todo de Gimnasia: con calcomanías, escudo, banderita...
4 ¡¿Tu viejo era hincha de Gimnasia?! Sí. Mi vieja, yo y mis hermanas somos de Estudiantes. Y mi viejo era de Gimnasia. Pero fanático, enfermo del Lobo. Me llevaba a ver a Gimnasia los sábados y con mi padrino iba los domingos a ver a Estudiantes. Y me hice del Pincha. Se la tuvo que bancar.
5 ¿No había pica? Una vez nos peleamos mal. Fue en el 95, cuando ganamos el clásico 3-0 con dos goles míos y uno de Catán. En un gol revoleé la camiseta. Mi viejo siempre me esperaba con mate, tostadas, y hablábamos del partido. Esa tarde, llegué y me dijo “te felicito, ¿estás contento?”. Y yo: “Sí, pa, ¿tomamos unos mates”. Agarró el mate y el termo. “Tomá, acá los tenés, cebate vos solito”. Y se fue. “Pero, papá, no te calentés”, le dije. “Pero pendejo de mierda, ¿qué te creés que sos?, ¿cómo vas a revolear la camiseta así?”. Estuvo una semana sin hablarme. Siempre me quedó una sensación con él: nunca me demostró la felicidad que él tenía porque yo jugara en Primera. Si metía dos goles, me criticaba por un pase. Siempre me rompía los huevos. Por eso soy así hoy, muy exigente conmigo mismo, no me conformo con nada.
6 ¿Imaginabas que ibas a llegar a los 36 años jugando en Primera? Cuando volví de México a Independiente y no jugué, en 2003, pensé en largar todo. Pero me terminaron dando más fuerza. “Les voy a demostrar que estoy para seguir, porque tengo hambre y porque no me van a retirar, sino que yo solito voy a tomar esa decisión”.
7 ¿Cuál es la clave de tu vigencia? El cuerpo te pasa la factura a partir de los 30 años. Si a esa edad el cuerpo no te responde, significa que en la juventud no hiciste las cosas bien. Es la señal de cómo te manejaste. Yo jamás recibí esa señal. Todo pasa por la alimentación, el cuidado personal, saber cuándo hay que salir y cuándo no. En eso soy muy rompepelotas.
8 ¿Hasta cuántos días antes te permitís tener sexo? Lo hice hasta un día antes de concentrar, y todo bien. Lo hablé con un psicólogo y con mis compañeros, y la conclusión es que todo pasa por la mente. Por ahí estuviste una o dos semanas sin sexo, y no te podés mover en la cancha. Te mata más la salida, ir a tomar una cerveza, el baile, el franeleo, el precalentamiento en sí más que el resto.
9 ¿Tanta bicicleta de pibe influye en este presente? Puede ser. De joven, laburaba en el centro de La Plata en una panadería, de ahí me iba en bici diez kilómetros hasta Ensenada para practicar con Cambaceres, y a la vuelta también en bici. Eso lo hice día por medio durante 3 años. O sea: 20 kilómetros por día, 60 por semana, seguí la cuenta vos...
10 ¿No terminabas fusilado? Sí, había días que pensaba: me tengo que decidir, el trabajo o el fútbol, quería tirar todo por la ventana. Encima, por ahí caían los chicos del barrio a buscarme: “Jose (acentuando la “o”), ¿vamos a jugar un partido con los pibes por la cerveza?”. Y arrancaba.
11 Con esa base, un entrenamiento te debe hacer cosquillas. A veces estás entrenando y te agarran bajones, o te quejás porque el profe te hace correr seis pasadas de cuatrocientos. Y yo pienso: antes andaba 20 kilómetros en bici, y en el medio me entrenaba, no me puedo quejar. Me la cantó clarita un día el Gordo Garisto. Estaba comiendo en la concentración y me trajeron una milanesa un poco cruda. “Adela, me la puede cocinar un poco más”, le pedí. Y vino el Gordo: “Caldera, ¡pegate una vuelta por el pasado! Acordate del mate cocido con pan duro”. Tenía razón. “Adela, traémela así que está bárbara”, le pedí enseguida. Hay que darse una vuelta por el pasado más seguido.
12 ¿Te cuidás con una dieta especial? De pibe nunca supe lo que era una alimentación sana, comía lo que sobraba. En Napoli, que no jugué, empecé a comer y comer, y el nutricionista me dio una dieta especial. Me costó un montón cambiar, pero de a poquito me fui adaptando. Prohibido no tengo nada, por ahí todos los días meto un bocadito dulce con el café para sacarme la ansiedad. Y ando bárbaro.
13 Un par de consejos claves para meter goles. Que el gol es un pase a la red, no siempre hay que matar al arquero. Que en el área, el delantero siempre tiene un tiempo más; a veces pareciera que el delantero está más desesperado que el defensor. Después, estar ubicado, tener intuición de dónde va a caer la pelota. Cuando un goleador entra en sequía, en general es porque vos vas para un lado, y la pelota para el otro lado. Cuando estás derecho, te cae donde vos estás. Y la metés.
14 ¿Sos de chamuyar a los defensores? Las peleas que tengo con los defensores pasan por “viejo marica, te vivís tirando”. Yo les contesto: “Sí, estoy viejo, me tengo que tirar porque sino no puedo jugar”. Me lo tomo en joda, y eso les da más fastidio. Lo que pasa es que los defensores están acostumbrados a que ellos peguen y que no les peguen. Si vos estás acostumbrado a pegar, cuando te chocan, bancátela.
15 ¿Hay mucha pica entre defensores y delanteros? Hoy lo hacen más para vender humo que por otra cosa, porque saben que ante un mínimo roce, ya la cámara te enfoca y a ver quién de los dos es más guapo. Cuando te echan, se va cada uno para su vestuario, se saludan y no pasa nada. Puro humo.
16 ¿Qué es lo peor que te dijo un defensor? Nada grave. Cuando recién empezaba, Sergio Vázquez me quiso asustar: “Nene, dejá de correr que te parto la pata”. Era común que uno de experiencia le hablara así a un pibe. “Más patadas de las que me dieron en la C, no creo que me peguen”, le contesté. Y listo.
17 ¿Qué te genera no poder sacarte la camiseta para festejar un gol? Es terrible. Si te levantás la camiseta, amarilla, si te querés colgar de un alambrado, te echan. Va a llegar un momento en que vas a meter un gol y en vez de disfrutar te vas a poner a llorar. Porque si vos cargás a la hinchada rival o hacés tiempo, bueno, está bien, pero el gol es lo más lindo que hay, y no dejan que salga la alegría acumulada.
18 ¿Está bueno vivir del gol? Sí. A veces por ahí fui pivote, me llevé marcas, habilité a mis compañeros, tuve un gran partido, pero como no metí goles, al otro día me ponen 4 en los diarios y me cuestionan. Igual, si volviera a nacer, elegiría ser goleador, sin dudas. Me encanta esa presión de tener que meter goles.
19 El mejor consejo que te dieron. “Lo importante no es llegar sino mantenerse” parece una frase boluda pero es muy cierta. Es lo más difícil. Si un jugador lleva a 10 o 15 años en Primera es por algo y se gana el respeto. Todos los días tenés que rendir examen. Yo llevo más de 260 goles y cada domingo lo tomo como una final, un examen, y me mato por estar bien. Si Verón, con la carrera que tiene, es el primero en la fila, ¿qué queda para Calderón y los demás?
20 Contame de tu infancia. ¿Pasaste hambre? Sí, el famoso pan duro que tenías que dejar varios minutos en el mate cocido, porque sino no se ablandaba. Esa fue mi cena muchas noches. Hubo días que estábamos con mi hermana y les preguntaba a mis viejos: “¿No comen?”. El me decía: “Después, ahora coman ustedes”. Y nada, yo me daba cuenta: lo decían porque no había. Y comían lo que quedaba.

21 ¿Cómo surge tu idea de ayudar en un comedor infantil? Por lo que pasé de pibe. Me lo propuso Héctor Nieves, que está metido en la política y me conoce de chico. No me gusta salir en los diarios por eso. Siempre digo que si uno lo hace de buena fe, no tiene que andar contándolo. Pero si me preguntan, lo digo. También compro juguetes para los chicos, o útiles. Esto empezó con las bolsitas en México.
22 ¿Qué son las bolsitas? Cada diez días voy y compro alimentos en el supermercado: 7 bolsas de azúcar, 7 de yerba, de arroz, fideos, galletitas, y hago bolsitas con una de cada una. Cuando voy en el auto y veo gente revolviendo basura, o los chicos que te piden en los semáforos, paro y les doy. Algunos te la rechazan y te piden plata. “Plata no hay, chau”, les digo.
23 ¿Te reconocen cuando parás? Algunos, sí. “Eh, Caldera”, por ahí me gritan, entonces le doy la bolsa, bajo la ventanilla y rajo.
24 ¿Qué es La Favela? El lugar donde nací, en La Plata. Le pusieron así por las villas de Brasil. Hoy es San Isidro, Palermo, en su momento no entraba ni la policía, estaban todos armados, en las fogatas se vendía merca.
25 ¿Cómo era tu casa? De cartón y chapa; ladrillos, ni uno. Era un cuarto grande, dividido por cortinas. Si mi viejo se enteraba que a 20 cuadras estaban asfaltando, me decía: “Jose, agarrá el balde y traé brea”. Y después tapaba los agujeros del techo. Cuando podía, mi viejo vendía fruta en la calle, sino hacía de botellero.
26 ¿Habías goteras? ¡¿Goteras?! Llovía más adentro que afuera, era un colador. Por suerte, el techo nunca se nos voló, mi viejo le daba mucha importancia, no sé qué le ponía, pero no se volaba nunca.
27 ¿Y el baño? Afuera, a 30 metros, era un pozo para compartir. A la noche, no sabés cómo aguantaba el pis, no iba ni loco. Nos bañábamos en un fuentón ancho: te sentabas y con un vaso te tiraban agua, te enjabonabas y con la misma agua te enjuagabas. Agua fría. En la villa viví hasta los 11 años y después pasé enfrente, a los monoblocks hasta los veintipico.
28 ¿Cómo son los picados de la villa? A morir: jugás por guita torneos relámpagos de ocho de la mañana a ocho de la noche en el verano. Jugás, te tomás una cerveza, seguís jugando, a veces te pagan lo apostado, otras te tenés que pelear. Se arrancaba bien pero ya en la semifinal, con todos medio “copeteados”, empezaba el quilombo. Yo no era de pelearme habitualmente, pero me han llenado la cara de dedos mil veces.
29 ¿Es más jodido jugar en Primera o en la villa? En la villa; en Primera te cuidan más. Mirá a Tevez. Si vos salías a pelearle, a forcejear, entrabas en la de él. ¿Tevez se hace fuerte en juego aéreo? No, se hace fuerte en pelota al piso, en recibir de espalda, en meter el culo, ahí no se la podés sacar, y eso te lo da la villa. También el terreno donde pateás. Y jugar descalzo.
30 ¿Vos jugabas descalzo? Sí, muchas veces. Con piedritas, vidrios, de todo, y nunca me corté. Y si me cortaba, ni me enteraba. Tenía un par de zapatillas, pero eran para ir a la escuela. Cuando llegaba a casa, mi viejo me pedía que me las sacara para jugar: “Ponete dos izquierdas, dos derechas, o andá descalzo, pero ésas dejalas para el colegio”.
31 ¿Cuál fue la principal enseñanza que te dejó la villa? Un montón. Hoy voy a La Favela, me saludo con todo el mundo y me quedo a tomar cerveza con ellos. Gracias a Dios me adapto a todo. Si tengo que hacer una charla con Niembro para la tele, voy con saco y corbata y si tengo que ir con los amigos de La Favela a comer un chorizo con cerveza, lo hago igual.
32 ¿Cuáles son los códigos de la villa? Ir de frente. Me ha pasado muchas veces de decir: “¿Van a salir? Voy con ustedes”. Y ellos me contestaban: “No vengas porque vamos a hacer esto y esto, y nosotros estamos sucios”. Eso es ir de frente. El verdadero amigo es el que te dice la verdad, el que no te quiere involucrar. Si yo voy a comer a la casa de un amigo, no me voy a acostar con su mujer, porque para mí las mujeres de mis amigos tienen bigote. Y después escuchás a tipos que se llenan la boca y hacen cada desastre... Lamentablemente el ambiente del fútbol te lleva a ser mentiroso, hipócrita, ventajero, falso. Y ése es el supuestamente más vivo. Para mí no es el más vivo.
33 ¿Nunca te tentaron con droga? Muchas veces. Y dije que no. Mi viejo siempre me habló, después va en la personalidad de cada uno, en saber lo que quiere. Me han enseñado y he aprendido. Yo soy de los que piensan que si vos hacés algo, no lo hacés porque te dijeron, o porque te llevaron; si lo hacés, es porque tomaste vos la decisión, salvo que tengas 8 años. Siempre es más fácil echarle la culpa a un tercero que a uno mismo.
34 ¿Afanaste alguna vez? No, es rarísimo, pero debo ser un perro verde. Mi viejo me la cantó clara desde pibe: “Si vos me traés un caramelo afanado, te corto los dedos y te llevo a la comisaría”. Mi viejo nunca tocó nada, y eso que le faltaron muchas cosas, eh.
35 En La Favela debe haber varios de la barra de Gimnasia, ¿nunca tuviste problemas? No, porque yo soy muy calentón, entonces no soy de cargar a la gente, porque no me gusta que me carguen. Siempre respeté. Después del 7-0 muchos me quisieron hacer la foto con los 7 deditos y dije que no. El fútbol es una rueda.
36 ¿Por qué te echaron de las inferiores de Estudiantes? Yo había entrado con cinco años y en quinto grado me bajaron. Lo más triste de todo es que me dejaron libre no porque jugara mal, sino porque era bajito. Hay chicos que se desarrollan antes que otros y yo no era uno de ésos, mala leche. Fue una patada en los huevos. Mi viejo me dijo: “Ahora tenés que trabajar, vendés fruta conmigo o te buscás un laburo, porque las cosas no están bien”. A los 15 días un amigo mío me dijo: “Voy a dejar de laburar en la panadería de 9 y 41, si querés presentate el lunes”. Fui y empecé ese mismo día.
37 ¿Qué hacías en la panadería? De 6 a 8 acomodaba el pan y las facturas para el mostrador, de 8 a 12 hacía reparto en bici para bares y cafeterías, de 12 a 1 baldeaba todo y me iba. Un día, Pochi Mendoza, un técnico, me dijo: “Cuando quieras, vení a Cambaceres”. Y así, con un par de facturas y una Coca de almuerzo, todo hinchado, me iba hasta Ensenada en bici.
38 ¿A Gimnasia fuiste por despecho? No, nunca fui un tipo rencoroso. Pasó que un día, jugando en la Quinta de Camba, me vieron Rezza y Restelli, que eran técnicos de Gimnasia, y les gusté. Me ficharon. Mi viejo estaba enloquecido. Hasta que un día me caen con un nuevo mazazo en la cabeza. “No vengas más, Cambaceres es sucursal de Estudiantes, y no queremos a nadie que venga de ahí”. Ahí dije: el fútbol no es para mí. Y otra vez a laburar. Volví a Cambaceres, ascendimos a la B y me vieron el Tata Brown y Daniel Romeo, que me propusieron volver a Estudiantes. Cuando entré otra vez al Country no lo podía creer...
39 ¿Cómo hiciste para no darte por vencido con tantas pálidas? Porque siempre tuve a Cambaceres en la mano, con una puertita abierta. Antes que quedarme pateando en el barrio, iba a Camba. Y cada vez que iba, rendía.
40 ¿Te hicieron un favor al no ficharte en Gimnasia? Ni hablar, gracias a Dios hoy estoy en el club que quiero, donde me siento un referente, la gente me quiere muchísimo, se puede decir que soy ídolo, y es mi casa.
41 Si hubieras llegado a la Primera en Gimnasia, ¿cómo habrías manejado esto de ser hincha de Estudiantes? Es difícil explicarlo, mi simpatía por Estudiantes no la voy a perder nunca, pero el clásico lo hubiera querido ganar y con goles míos. Es como una contradicción, por eso digo que éste es uno de los tantos sueños cumplidos que tuve: jugar en el club del que soy hincha y en el que entré a los 5 años.
42 ¿Es muy distinto jugar en la C que en la A? Nada que ver. No sólo por los jugadores, sino también por las canchas y el entorno. En la C jugás más por amor a la camiseta: terminabas el partido, te subías al micro y tenías el sándwich con la gaseosa y nada más. Cuando empecé a meter goles en Cambaceres, el presidente me dijo: “Dejá de trabajar y yo te pago el sueldo que ganabas en la panadería, así te dedicás a esto”. Eso fue lo único que recibí.
43 ¿Es más jodido meter goles en la C o en la A? En la C: la pelota pica para cualquier lado, hay un solo juez, sin asistentes, sin cámaras, con dos policías, si te pegan una piña no la ve nadie. Todos los cortes que tuve fueron en la C y en la B, y todos por piñas. Miguel Ignomiriello, mi DT cuando empecé en Camba, me dijo: “Al área no entrés porque te matan a piñas”. En el primer córner me quedé afuera del área y sentí el ruido de la piña que le dieron a uno. Tremendo.
44 ¿Cuál es la cancha más jodida? La de Lugano es brava, está en un pozo, detrás de la villa. La de Dock Sud, la de Midland.
45 La vez que la pasaste más fulera. Una vez le ganábamos 1-0 a San Telmo en su cancha, desapareció la policía, y nos vinieron a apretar en el entretiempo: “Acá hay que perder, eh”. Cuando se fueron, los capos del equipo me tranquilizaron: “Seguí como siempre, nosotros nos arreglamos”. Otra vez, en Argentino de Quilmes, jugando en Quinta, hubo una falta que el juez no cobró, saltó uno, otro, un padre, la policía, terminamos todos a las piñas.
46 ¿Es cierto que en el 89 te rompiste todo y no quisiste operarte? Es cierto. Fue en Cambaceres: el central de Dock Sud se me tiró con todo y me hizo distensión de ligamento externo, desplazamiento de ligamento cruzado, rotura de meniscos y esguince de tobillo, todo en uno. El doctor de Cambaceres me quería operar, yo no quería saber nada. Imaginate: operarme con un médico de Primera C, me iba a quedar una pierna más corta que la otra.
47 ¿Cómo zafaste? Me llevaron a lo de Ranaletta. “Si vos hacés lo que te digo, no te operás”, me dijo. Me puso yeso y estuve un mes sin pisar. Hacía ejercicios con el yeso: levantaba la pierna para atrás, para adelante, al costado. Al mes y pico, con bolsita de arena: 20 días igual. Después necesitaba una pileta. Y Pepe, un compañero mío de Camba, trabajaba de profe en la colonia de la Municipalidad, en 122 y 51. Yo vivía a 12 kilómetros: me levantaba a las 8, iba en bici, una hora de pileta, volvía en bici, comía, siesta, iba de nuevo en bici, pileta, y regreso. Al otro día iba al gimnasio, así 3 meses. Y volví a jugar sin operarme. Increíble.
48 ¿Cómo fue el regreso? En Tercera: la primera pelota se me fue un poco y venía uno a trabar. Fue la prueba de fuego. Trabé y no me pasó nada. Ahí me saqué el miedo.
49 ¿Cómo tomaste el descenso con Estudiantes? El Gordo Garisto, que había ido a Argentinos, me quiso llevar. “Luis, me quiero quedar a dar vuelta esto, si no es una mancha que no me la saco más”, le dije. Nos quedamos el Rusito Prátola, Rubén Capria, Paris, yo y algunos pibes, después vinieron Russo y Manera, trajeron refuerzos grossos como Bossio, Llop, Rojas, Leo Ramos, explotó la Bruja y subimos.
50 ¿Jugaban con mucha presión? Muchísima. Había que subir o subir. La clave es que se armó un grupo bárbaro. Para mí, cuando un equipo consigue algo es porque está muy unido, si no es jodidísimo.
51 Tu gol más importante. El más importante es el que va a venir.
52 El día más feliz y el más triste en el fútbol. El más triste cuando descendimos, parece que se te cae el mundo. El más feliz, cuando entré cinco minutos contra Perú por las Eliminatorias 98, que todo el estadio empezó a pedirme. No lo podía creer.
53 ¿Qué es lo mejor de ser futbolista? Hacer lo que a uno le gusta.
54 ¿Y lo peor? Tener que bancarte salir de un cancha tirado en el piso del micro porque te cagan a piedrazos. Y que te la creas. Uno es jugador de fútbol adentro de la cancha, afuera sos un laburante como cualquiera, más allá del privilegio por la situación económica o la fama. Somos todos iguales, la diferencia es que uno sale en la tele. Todos vamos a parar al mismo pozo.
55 ¿Qué tenés pensado para después del retiro? Me recibo de DT en diciembre, ya tengo mi cuerpo técnico armado, nos juntamos con mi ayudante cada 15 días. El nombre me lo reservo.
56 Los mejores amigos que te dio el fútbol. Rubén Capria y Sebastián Verón.
57 Un periodista. Alejandro Fabbri y Walter Nelson.
58 El mejor goleador que viste. Dos: Batistuta y Ronaldo.
59 El mejor goleador argentino en la actualidad. Crespo. Es un oportunista, marca muy bien las diagonales, me parece que en Argentina no se lo resalta tanto como afuera.
60 ¿Qué rescatás de tu paso por el Napoli? Que me fortaleció como persona. El problema fue que me compró el presidente de vacaciones y el técnico no me quiso nunca.
61 ¿En el fútbol mexicano mete goles cualquiera? Cuando estaba acá yo pensaba que era un fútbol lento, que iba a ser fácil, pero vas allá y vuelan. Los tipos se entrenan con una exigencia bárbara y el torneo es muy competitivo, se juega a cancha llena, y cada vez van mejores jugadores. Y el campeonato con Liguilla es ideal, porque todos juegan por algo, ojalá se pueda implementar acá.
62 ¿Festejaste el título que se le escapó a Gimnasia con Boca? Me puse contento, pero no salí a festejar eufórico como un hincha.
63 ¿Creés que algún día va a salir campeón Gimnasia? Esperemos que no.
64 ¿Hay distinto paladares de hincha o es todo verso? Verso. A todos les gusta ganar y a todos les gusta el buen fútbol. En Independiente ganamos partidos todos metidos atrás y haciendo tiempo y la gente lo festejó igual.
65 ¿Tu mejor etapa la viviste con Menotti? Es un técnico que uno siempre quiere tener. Me marcó un montón como persona, como también me marcaron Russo y Manera.
66 “El fútbol que tiene Menotti es el más lindo, el que siente el 80% del país”, afirmaste en enero 97. Si lo decís en voz alta por La Plata, ¿tu vida corre riesgo? No, ¿pero no te gusta cómo juegan los equipos de Menotti, o los de Basile? Además, hay gente que admira a Bilardo y copia cosas de Menotti y al revés también.
67 ¿Todavía te duele el América-Boca en el Azteca por la Libertadores 2000? No se puede creer, el celular de Bianchi estuvo a full esa noche. Cuando metí el 3-0 miré el tablero y faltaban ocho minutos. Se me acercó Bermúdez y me dijo: “Caldera, basta, vamos a los penales”. Yo le contesté. “¡Qué penales ni penales!”. Y a los dos minutos Samuel mete ese cabezazo bombeado. Cómo es el fútbol: al final esa Copa terminó siendo el comienzo de la serie internacional de Boca. Si hubieran perdido ese día...
68 ¿Boca te motiva? Le metiste muchos goles. Tuve la suerte de meter goles en partidos importantes, todos me recuerdan el que le metí a Córdoba desde mitad de cancha, cuando les ganamos 4-0 en el Clausura 99.
69 ¿Por qué le pusiste “La Banda” al bar que tenías con Capria? En el ascenso nos juntábamos con unos amigos todos los martes a comer puchero, y cuando nació la idea de poner un bar, con Rubén decidimos bautizarlo “La Banda del Puchero”. Quedó La Banda.
70 ¿Merecías ir a un Mundial? Tuve dos momentos muy buenos y casi no pude jugar. Fue en las Copas América del 97 y 99. En Eliminatorias fui convocado en 10 partidos y entré poco, pero también tenía adelante cada nene...
71 “En Independiente me usaron”, dijiste en tu último paso por el club. ¿Por qué? Porque no me respetaron como jugador y como persona, no cumplieron la palabra.
72 ¿Qué palabra no te cumplieron? ¿No esperabas que te aseguraran la titularidad? No, además, si me lo dicen, no lo creo, porque después uno tiene que demostrar. Lo que pasa es que llegó mi transfer tarde, Caggiano le metió dos goles a Estudiantes, y no jugué más. ¿No te parece que es faltarle el respeto decirle a un jugador de 33 años que entre un minuto, como hizo Ruggeri conmigo en un partido contra River? Poné a un pibe por un minuto. Ese detalle no me gustó. Entre tantas otras cosas. Y encima se hablaba de códigos...
73 ¿Qué otras cosas no te gustaron de Ruggeri? Dejémoslo ahí.
74 ¿No te ponían en el equipo porque no le dejabas plata a alguien? Ah... no sé.
75 Chiche Sosa tampoco te tuvo en cuenta cuando se fue Ruggeri. Chiche, al menos, fue de frente. Me dijo que no me iba a tener en cuenta, yo le pedí jugar en Tercera y no hubo problemas. Cuando lo echaron después de haber limpiado a los grandes, me contó: “Me exigieron esto, esto y lo otro”. Yo le dije: “No aclares que oscurece”.
76 ¿El Rojo te compró para que no te lleve Racing? Había interés de Racing y de Vélez, pero me llamó Ruggeri y me dijo que fuera. Para mí, le erró en un montón de cosas.
77 ¿Hubieras ido a Racing? No lo descarto. Yo trabajo en esto, el club que esté interesado en mí y se preocupe por mí y me ofrezca trabajo, siempre lo consideraré. Salvo Gimnasia, claro.
78 ¿Cómo fue la apretada que te metieron en 1999? En la cancha de Independiente, después de perder contra Central. Me fueron a buscar a mí solo, terminamos a las manos. Lo curioso es que me lo habían anticipado.
79 ¿Quién te lo anticipó? Trossero, el técnico. Después de la charla, me advirtió: “Mirá que si perdemos, te van a buscar a vos”. Yo le pregunté cómo sabía. “Porque yo me entero todo lo que pasa en el club”, me contestó. No le di ni pelota. Un tiempo después, entré a rebobinar todo. A esos tipos los mandaron...
80 ¿Hay que estar medio loco para agarrarse a trompadas con la barra del club? Yo salía a buscar a mi hijo, que tenía un año, y me empezaron a decir cosas. Me puso mal por mi pibe, me agarré con uno y por suerte llegó la policía, porque ellos eran más de diez.
81 ¿El Profe Córdoba es un sanatero? Un tipo con gran poder de convencimiento. Una persona frontal y honesta.
82 ¿Cómo definirías a Ruggeri? Como jugador, un gran referente de la Selección. Listo.
83 A Bielsa. Un técnico que trabaja mucho y es muy disciplinado.
84 ¿Te molesta que te pregunten por Bielsa? Para nada.
85 ¿Cuánto faltó para que se agarren a trompadas? Un montón.
86 ¿Qué pasó realmente? Nos eliminó Brasil y llamó uno por uno a su cuarto. El: “Caldera, ¿querés que te diga por qué no jugaste?”. Yo: “No, no me interesa”. El: “Mirá, vos tenés un buen juego, pero en el sistema mío no entrás, yo quería traer a otro jugador a esta Copa”. Yo: “Me lo hubieras dicho de frente, así no cortaba las vacaciones con mi familia ni me perdía la pretemporada con Independiente”. Salgo de la reunión, prendo el teléfono y me llaman de una radio. Me preguntan: “¿Te sentiste usado en la Selección?”. Yo: “La verdad que sí”. Ellos: “¿Fuiste de vacaciones?”. Yo: “Y, por ahí sí”.
87 ¿Y qué pasó en el aeropuerto? No sé qué habrá salido en los diarios, pero mientras esperábamos el vuelo, creo que alguien llamó a Bielsa. El nos juntó a todos y empezó a gritar: “Este tipo habló mal del grupo, se quiere salvar solo”. Y yo le contesté que del grupo no había dicho nada. Y quedó ahí. Se armó revuelo porque lo vieron todos.
88 Si hoy te lo cruzás por la calle... Lo saludo. Tuvimos una pelea o intercambio de palabras, pero como entrenador, Bielsa es excelente. Puedo decir que conmigo se equivocó, pero con otros doscientos mil, no. Después, los mismos periodistas que me dieron con un caño por lo que pasó en el 99 me llamaron cuando Argentina quedó afuera del Mundial 2002, para tirarme de la lengua. Primero te dan y después te quieren usar.
89 ¿Es más común de lo que se cree que se peleen un DT y un jugador? Pasa, es frecuente. Y cada vez vende más el chusmerío, el quilombo, siempre salen las cosas malas. Nadie habló, por ejemplo, de la actitud que tuve de ir a abrazar a Simeone contra Independiente, y que era mentira que estábamos peleados.
90 ¿Te agarraste muchas veces con tus técnicos? No, porque te guste o no, tenés que obedecer. Obedecer, sí; dedo en el culo, no.
91 ¿Qué es dedo en el culo? Que se pasen de la raya, que te caguen a puteadas, que te quieran boludear o quemar, como ponerte un minuto al final de un partido, o que el técnico te pida jugar en un puesto que no es el tuyo y después no te banque dos partidos si andás mal. O que te saquen a los 5 minutos de un segundo tiempo para que te insulte la gente, en vez de hacerlo en el entretiempo.
92 ¿Merlo te bajó el pulgar para que volvieras a Estudiantes la última vez? No. Yo arreglé con la gente de Estudiantes y a los tres días hablé con él. Me fue de frente: “Caldera, yo te pedí siempre, vos me conocés, si no te hubiera querido, te lo decía”.
93 ¿Te dolió que Burruchaga se fuera en plena Copa o lo entendiste? Yo lo puedo llegar a entender, sobre todo porque es mi amigo, pero también me dolió porque habíamos llegado hasta ahí juntos. Fue una ridiculez eso de jugar la ida antes del Mundial y la revancha dos meses después. Porque si la revancha se jugaba antes del Mundial y nosotros pasábamos a la semi, no sé si Burru se iba, lo hubiera pensado mucho. Un partido te cambia un montón de cosas.
94 ¿Por qué se habló de cortocircuito tuyo con el Cholo? Quizás porque relacionaron el tema de Bielsa o lo que pasó en Racing con Capria. Pero nada que ver.
95 ¿Por qué gritaste con bronca el último gol contra el Rojo? Porque hacía cuatro partidos que no ganábamos y que yo no hacía un gol. Me tocó hacerlo justo del lado de la tribuna de Estudiantes y me descargué, pero no hubo nada contra Independiente. No lo hubo ni lo habrá.
96 ¿Lucás Calderón será goleador? No sé, mi hijo hoy está en las inferiores de Estudiantes y juega de delantero por derecha. Veremos.
97 ¿Hincha de Estudiantes? Por supuesto. Cuando yo jugaba en Arsenal, su ídolo era Denis, después acá eran Krupoviesa y Pavone. Ahora dice que es Agüero, siempre busca a otro. “¿Y papi?”, le pregunto. “No, vos sos un muerto, un desastre, no le hacés un gol a nadie”. Supongo que con el último clásico habrá cambiado de opinión.
98 ¿A tu mujer le gusta el fútbol? No le da mucha bola. Es de Gimnasia, así que mucho no se habla. Menos ahora...
99 Están Bielsa, Trossero y Ruggeri ahogándose en el mar, vos en un barco con un solo salvavidas, ¿a quién se lo tirás? Va al medio, para que los tres se puedan agarrar. Una cosa es tener diferencias con alguien y otra es desearle la muerte.
100 ¿Qué es lo que menos te bancás del ambiente? Las falsedades, sobre todo la del jugador. Ahora se da el rito moderno de saludarse antes de empezar y después, si pueden romperte la pata, te la rompen. Entiendo que todos juguemos a ganar, con ventaja, el gol de Diego con la mano vale para mí, es la picardía, todo bien, pero no le cagués la vida al otro. Y si te pueden mandar en cana, también lo hacen, no me lo banco. Después van todos 20 días juntos a Punta Mogotes y se cagan de risa. Es así: en este ambiente hay un montón de falsedades.
 
Por Diego Borinsky