La huella de Sebastián Beccacece

Sebastián Beccacece estuvo al frente de Defensa y Justicia nada más que 24 partidos. Dirigió poco, para considerarse como un "ciclo". Más bien fue una participación. Pero no una cualquiera. La estadística dirá que obtuvo 15 victorias, 4 empates y 5 derrotas. Pero, como sucede con los fríos números, no alcazan para explicar lo que vivió el Halcón en este proceso.

El equipo logró una identidad. Pudo desplegar una idea de juego acorde a su forma de pensar y de sentir el fútbol: cuidado de la pelota, despliegues en bloques, movilidad y ocupación de espacios. Y además pudo plasmar todo esto con el material con el que disponía. Muy alejado de la calidad individual con la que contaban tantos de sus rivales. El equipo por sobre lo individual.

Y en cuanto a festejos, su estadía en Florencio Varela le depararon muchos, como la histórica clasificación en Copa Sudamericana ante San Pablo, en Brasil (2 de los 4 empates del ciclo, con sabor a victorias), el triunfo con el último aliento frente a Chapecoense por la ida de la segunda ronda, la goleada ante Sol de Mayo por Copa Argentina (en la que tantos equipos del ascenso dieron el golpe contra los de Primera) y una campaña en el torneo local que le vale la participación en la próxima edición de la Sudamericana.

Sus dirigidos no escatimaron en elogios para con él como entrenador, pero destacaron principalmente sus virtudes como persona. Sebastían Beccacece dejó huella imborrable en Defensa y Justicia. Entusiasma que, además, su destino sea la Selección Argentina.