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HISTORICO: RIVER SE FUE AL DESCENSO; BELGRANO LO MANDO A LA B NACIONAL

A falta de un minuto, empataba 1-1 en el Monumental contra Belgrano cuando el árbitro Pezzotta suspendió el partido por incidentes en las tribunas. Así, el Pirata vuelve a Primera. Y River jugará en una categoría desconocida. Hubo gravísimos enfrentamientos dentro y fuera del Monumental, con heridos, destrozos, saqueos e incendios.

Por Redacción EG ·

26 de junio de 2011

Imagen DESCONSUELO GENERAL. Los jugadores y el técnico de River, todavía en shock. Se acaban de ir a la B.
DESCONSUELO GENERAL. Los jugadores y el técnico de River, todavía en shock. Se acaban de ir a la B.
River Plate se fue al descenso. El equipo más ganador a nivel local jugará por primera vez en la B. No pudo vencer a Belgrano en el Monumental. No pudo y no supo cómo manejar la presión ni el momento crítico que le tocó vivir. Se ilusionó con el rápido 1-0 de Pavone. Padeció con el empate de Belgrano en el segundo tiempo, tras un error generalizado de los defensores y una buena definición de Farré. Volvió a ilusionarse con el penal que le habría dado vida. Pero Olave se lo atajó a Pavone. Y River se vino abajo. Tan abajo, que jugará en la B.
@ContRelI@Belgrano fue mejor en el partido de ida en Córdoba y soportó, a los tumbos, la guillotina de la ventaja deportiva en la revancha. En el primer tiempo fue superado y se plantó demasiado atrás. En el segundo, desperdició una gran oportunidad el Picante Pereyra (definió por arriba de Carrizo, pero también por arriba del arco) pero se hizo fuerte a través de sus puntos altos, Olave, nuevamente decisivo, y Ribair Rodríguez, el uruguayo que fue un león en toda la serie.

Imagen FARRE FESTEJA. El volante marcó el 1-1 tras una serie de desinteligencias de los defensores. (Photogamma)
FARRE FESTEJA. El volante marcó el 1-1 tras una serie de desinteligencias de los defensores. (Photogamma)
Hasta que llegó aquel pasticho entre Arano, que la perdió en mitad de cancha, Ferrero y Juan Manuel Díaz. El uruguayo quiso cerrar con la derecha, la pelota le rebotó a Ferrero y le cayó a Farré, que definió sin pensar dos veces. "Si la paraba, me iba a comer Carrizo, por eso le pegué de Primera", dijo el volante en el vestuario. Había sido papá cuando su equipo estaba último. "Mi hijo me trajo suerte. Lo llamamos Salvador", reconoció. Todo estaba como al comienzo. River necesitaba otra vez dos goles de ventaja. Pero faltaban sólo 30 minutos. Belgrano se permitía respirar, después de un primer tiempo en el que la había pasado mal. Sólo las faltas, permanentes, habían servido para frenar los ataques de River. Pero también esas faltas le provocaban un zozobra permanente con envíos que llovían en el área de Olave cada dos o tres minutos.

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Hubo un atisbo de reacción, entre la desesperación generalizada (con Jota Jota López como abanderado del desconcierto, y Keko Villalva y Bordagaray en el campo). El partido ya no tenía más tácticas ni estrategias, sólo despejes, rechazos y patriadas. Y ese peldaño hacia la esperanza llegó cuando Pezzotta vio penal de Tavio a Caruso tras un centro de Arano. En los pies de Pavone, que pintaba para héroe, quedó la posibilidad del 2-1. Con lo que habría sido el consecuente envión anímico, con 20 minutos para el final. Lo pateó muy fuerte y abajo. Pero Olave se tiró a su izquierda y controló sin siquiera dar rebote. Fue un mazazo. Una señal.

El Monumental se transformó lentamente en una zona de guerra. Faltaba un minuto cuando las plateas bajas desbordaron. Y el desborde provocó el colapso. No hubo margen para los festejos de Belgrano ni tampoco para que los jugadores de River tuvieran un duelo acorde al esfuerzo que hicieron. Parecía que el partido estaba interrumpido. En realidad, ya estaba terminado. Y en cuanto la ficha empezó a caer, las lágrimas se apoderaron de muchos de los jugadores de River. Los hinchas se descontrolaron. Los jugadores de Belgrano tampoco sabían si animarse a festejar. El árbitro ya estaba camino al vestuario. Era el final. River estaba en la B Nacional.
Así empezaba el infierno del descenso. Un infierno que River desconoce, pero que después del día negro de hoy, ya se empieza a imaginar. 

Martín Mazur