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SAN MARINO, EL ULTIMO OREJON DEL TARRO

Más anécdotas del viaje de El Gráfico al corazón de la selección más débil de Europa. Los problemas de una pequeña nación de sólo 30 mil habitantes a la que le toca bailar con la más fea en cada partido.

Por Redacción EG ·

02 de agosto de 2008
El Gráfico de agosto cuenta la historia de la selección de San Marino. Aquí, un complemento exclusivo del día que pasamos con la última selección del ranking.

La selección de San Marino hoy está por debajo de la línea de las de Andorra, Chipre, Liechtenstein, Islas Feroe o Luxemburgo, las otras Cenicientas de Europa. El fútbol es el deporte nacional, pero las banderas, camisetas y banderines que se ven en negocios, hoteles y departamentos siempre son del Inter, la Juventus, el Milan, el Cesena o el Rimini. Los sanmarinenses aman al fútbol, pero lo respiran con el aire que llega desde Italia. Anteriormente, pocos sabían exactamente dónde quedaba San Marino. “Ahora, muchos la conocen y muchos aprovechan la excusa del fútbol para visitarla”, cuenta Giorgio Leoni, el primer entrenador del equipo, hoy manager general.

11:00 EL GOL MAS FAMOSO
“Hacía mucho que no me venía a ver ningún periodista. Los últimos fueron unos japoneses. Ya me estaba preocupando”, bromea Davide Gualtieri, el ex wing derecho que marcó el gol más rápido en la historia de los Mundiales de la FIFA. El gol aún es un hit en YouTube. En el almuerzo, Gualtieri también recuerda una anécdota. “Dos defensores nuestros intentaron ir a chocar a Les Ferdinand en un córner y rebotaron como contra una pared. ‘Así no, más fuerte, más fuerte’, les gritaba Ferdinand, y les mostraba los abdominales mientas gruñía como un perro. Jugando contra ese tipo de jugadores, la diferencia física es terrible”. De vuelta al auto, Gualtieri saluda a un hombre que vende artículos de cuero en un puesto cerca del centro histórico. “Es el presidente de uno de los clubes más grandes de acá”, apunta, mientras el tipo trata de sacar un buen precio por esa billetera marrón ante la desconfianza de unos turistas japoneses.

14.45 CHARLA TECNICA
Los chicos de la selección Sub 17 comienzan a llegar a la cancha en Murata. Es de un césped artificial que parece verdadero, con tecnología de punta que costó cerca de 1 millón de euros. Es que como si fuera poco, cuando llega el invierno, la nieve destruye cualquier campo. Aquí en Murata también están construyendo la nueva sede la FSGC. Benito Ballato, que supervisa los trabajos, muestra encantado un moderno bloque que parece destinado a terminar fotografiado en los libros de arquitectura. El dinero que proviene de la FIFA, si bien no alcanza como para profesionalizar la liga, al menos sirve para poder hacer algunas de estas obras. Los chicos de la Sub 17 van llegando de a poco, casi todos en diversas motitos. Aquí el PBI per cápita está entre los más altos de Europa. “En los años 50, cuando muchos ciudadanos partieron hacia Argentina, aquí éramos muy pobres. Hoy, la situación es muy distinta. Cualquier familia ya tiene departamentos libres para sus hijos, sus nietos y sus bisnietos”, explica Ballato. Hay casi 10 mil departamentos vacíos, equivalentes a un tercio de la población de la república. Junto a una de las grúas que realizan los trabajos pesados de la construcción, aparece un hombre con casco amarillo y un gigantesco control desde el que mueve al monstruo mecánico. Se llama Mohammed. Quizás este operario sería titular en la selección mayor, si no fuera porque no tiene el pasaporte. "Llegué a jugar en San Marino B, que es la selección para jugadores que nunca fueron profesionales. Pero hasta allí puedo llegar", dice. Sabe que ni siquiera siendo residente tiene posibilidades de lograr la ciudadanía.

En un vestuario improvisado, a los chicos se les da una charla de motivación. “Nosotros tenemos que prepararnos y estar listos para hacer grandes partidos. Podremos perder pero nuestro plan tiene que ser mejorar en cada partido, porque en algún momento, y ya se vio, va a haber posibilidades de tener un buen resultado”, dice el técnico, sin levantar la voz. No hay arengas. No hacen falta. Es sólo un entrenamiento. Lo que sorprende es la profecía de Benedettini, sobre las “ventajas” de ser arquero en la selección más débil de Europa. En esta preselección hay como 6 números uno. Y uno que patea los tiros libres a lo Chilavert. El nivel técnico que se ve es más que aceptable. “Nuestro problema está en la parte física”, cuenta Matteo Valli, 20 años, volante ofensivo del Cesena que viene recuperándose de doble rotura de ligamentos cruzados en la rodilla. “Durante buena parte de un partido podemos hacer fuerza, pero después la energía se nos va y ahí puede venir la goleada que no queremos”, explica el juvenil. Del otro lado del alambrado, el Chila de rulitos la sigue clavando en todos los ángulos.

17.00 SE ME PERDIO UN JUGADOR
De manera risueña y sin intenciones bélicas, hay varios grupos creados por los usuarios del sitio facebook que promueven juntar cierta cantidad de gente –algunos quieren 5 mil; otros se conforman con 300, como en la película– para invadir San Marino. Lo que quizás no sepan es que las Fuerzas Armadas de Italia entrarían inmediatamente en acción para responder ante un eventual ataque a la vecina república. A la defensa de la selección de San Marino, en cambio, no la ayuda ningún italiano cada vez que la atacan. Lo bien que vendría un Cannavaro, un Materazzi, cuanto menos un Vierchowod, retirado y todo. Sin embargo, no está la chance de nacionalizar a nadie, porque la ciudadanía sanmarinense es una de las cosas más difíciles de conseguir. “Tranquilamente podríamos agarrar cinco o seis jugadores de Serie B en Italia y con eso tendríamos un equipo mucho más competitivo, como hacen todos los demás. Pero acá la ciudadanía es un tema sagrado y es un motivo de orgullo también para nosotros. Somos los que somos y vamos a jugar contra las otras selecciones siendo los que somos”, dice Mazza.

Como los sanmarinenses no pagan impuestos, muchos pueden obtener la residencia, pero transformarse en ciudadanos puede ser un trámite de 50 años, y a veces, ni eso. No basta ni casarse con un ciudadano ni ser residente una cierta cantidad de tiempo. “No sólo no nos sobran los jugadores –cuenta Leoni–, sino que encima perdimos a uno de los que teníamos. Es increíble. Un chico que era realmente talentoso, de apellido Palazzi, tenía doble ciudadanía, con la italiana. A los 18 años tenía que confirmar la ciudadanía sanmarinense, pero se olvidó de mandar la carta. Increíble. Ahora, su caso está en estudio en el parlamento, pero aquí las instituciones se toman su tiempo en evaluar bien algo así. No hay atajos ni conocidos para apurar el trámite”. ¿Cuánto puede llegar a ser mucho tiempo? Responde Mazza. “No sabemos, quizás logre que le den el pasaporte para el 2020”.

Antes de partir, se confirma que Manuel Marani, el segunda punta del equipo, no llega a tiempo para la entrevista. Marani, como casi todos los compañeros del equipo, está en su trabajo. Quizás lo veamos en el camino de vuelta a Italia. “El trabaja haciendo tareas de mantenimiento en la vía pública, como repavimentación y bacheo. Pero tenemos una ventaja. A los jugadores que trabajan para el estado, nos los dan cinco días antes de los partidos”, se sincera Leoni.

MARTIN MAZUR (Enviado especial a San Marino)

La nota completa, en la edición de agosto 2008 de El Gráfico.