Don Domingo Pace inició el camino cuando en el primitivo Luna Park de la calle Corrientes al 1.000, donde ahora está el obelisco, incorporó el boxeo a sus espectáculos. Asesorado por su hijo Ismael y por José Lectoure, el viejo y querido don Domingo llevó adelante la empresa que posteriormente se engrandecería con la capacidad y la dedicación de esos dos muchachos que, asociados, se convirtieron en los propulsores de nuestro pugilismo. El deporte argentino debe a Ismael y a Pepe buena parte de su potencialidad actual y el público, a su vez, les debe la suerte de haber visto actuar a grandes figuras mundiales. Merced a su esfuerzo indeclinable y a su vista infalible alcanzaron la recompensa que merecían, llevando a la realidad el sueño del estadio propio. Ese estadio es el actual Luna Park, construido sobre el terreno de la manzana que forman las calles Corrientes, Eduardo Madero, Lavalle y Bouchard.
Se inauguró ese local el 6 de febrero de 1932, es decir que el miércoles próximo cumplirá veinte años. Con tal motivo el director-propietario, Ismael Pace, acompañado siempre con el recuerdo de su padre y de su gran amigo, ofrecerá una serie de espectáculos que culminarán con el magno festival a realizarse el mismo día 6, a total beneficio de la Fundición de Ayuda Social "Eva Perón", con la presencia del famoso boxeador francés George Carpentier y la disputa de combates entre amateurs y entre profesionales, sobre la base de matches en los que intervendrán José "Cucusa" Bruno, Oscar Pita y otros jóvenes valores de prestigio. Pero claro está que la sensación, el motivo más poderoso de atracción popular ha de consistir en la presentación de Carpentier, el boxeador-galán que en todo el mundo tiene admiradores. El Gráfico adhiere al grato acontecimiento, reconociendo todo lo que significa el aporte del Luna Park dentro del panorama histórico y actual del deporte argentino.