¡Habla memoria!

Julio César Villagra, el ídolo que dio vida después de su muerte

El archivo de El Gráfico rescató la historia de este jugador cordobés de Belgrano que salvó cinco vidas.

Por Julián Marcel ·

31 de enero de 2024

DURANTE LA NOCHE del lunes 13 de septiembre de 1993, tras discutir con su pareja, Julio César Villagra caminó algunas cuadras desde su domicilio ubicado en el Barrio Santa Isabel, 3ra Sección, hasta la plaza Parque Futura.

Se sentó en un banco y, ante la soledad del ambiente, desenfundó del interior de su ropa un revolver calibre 22 largo y disparó algunos tiros al aire, acaso para llamar la atención. Después apoyó el caño del arma en su sien izquierda y disparó una última vez: la bala lo derrumbó al piso. Apresurados ante el ruido de los disparos, los vecinos alrededor de la plaza llamaron con urgencia a una ambulancia que se hizo presente poco después. 

La ambulancia llevó el cuerpo de Villagra durante 22 minutos hasta el Hospital de Urgencias de Córdoba, para tratar de realizar un milagro con el cuerpo de ese joven de apenas treinta años. Cuando los primeros minutos del miércoles 15 de septiembre se hicieron presentes en el calendario, Villagra fue declarado muerto por el director del hospital, Héctor Lamorata.

En la puerta del lugar estaba reunido un grupo de hinchas de Belgrano de Córdoba para tratar de alcanzar con su aliento una posibilidad de salvar la vida de aquel joven, quien hasta hacía poco más de un año era jugador del Pirata. 

Había muerto Julio César "Chacha" Villagra pero su cuerpo, 24 horas después, salvaría la vida de cinco personas.

Imagen Villagra, siendo abrazado, todo un ídolo de Belgrano de Córdoba
Villagra, siendo abrazado, todo un ídolo de Belgrano de Córdoba
 

EL JUGADOR

Villagra nació en Villa El Libertador, provincia de Córdoba, el 25 de octubre de 1961 y forjó su carrera futbolística en el club Las Estrellas de su barrio durante su adolescencia, hasta que Pucho Arraigada, quien probaba jugadores para fichar en Belgrano de Córdoba, lo observó jugar y le preguntó si le gustaría ser delantero del Pirata. El no dudó y, a partir de ese momento, comenzó una historia entre los hinchas de Belgrano con Villagra que no culminaría jamás. 

Desde su primer partido hasta el último, disputado casi diez años después, Villagra se encargó de defender el color celeste de la camiseta de Belgrano. Ya en su primer partido, recibió el afecto popular, cuando debutó marcando el gol del empate ante Alianza San Martín el 18 de julio de 1982 por el llamado Torneo de Soberanía Nacional, llamado así desde la Asociación Cordobesa de Fútbol.

A excepción de apenas cuatro partidos en Estudiantes de Río Cuarto en 1984, Villagra jugó 316 encuentros en Belgrano y marcó 40 goles, ganando la Liga Córdobesa de 1984, 1985 y el Campeonato Regional de 1986 que les dio la posibilidad de jugar una Liguilla Pre-Libertadores.

En el año 1987, Villagra y Belgrano estuvieron a punto de ascender a Primera División, perdiendo la final del octogonal contra Banfield por 2-0 de visitante. Cuatro años después, el 28 de julio de 1991, el Pirata tuvo su revancha al golear al mismo rival por 4-0 en el entonces llamado Chateau Carreras con goles de Daniel Alonso, Omar Herrera y el Diablo Roberto Monserrat, y así ascender a la máxima categoría. Villagra no pudo jugar esos encuentros decisivos por una lesión, pero sus compañeros no dudaron en llevarlo en andas cuando el partido finalizó. 

Imagen Curiosidad: una de las pocas veces que Villagra vistió la camiseta de Estudiantes de Río Cuarto
Curiosidad: una de las pocas veces que Villagra vistió la camiseta de Estudiantes de Río Cuarto
 
Con el ascenso a Primera División la carrera de Villagra pudo haber tenido otro rumbo, pero la dirigencia de Belgrano comandada por su presidente, Gregorio Ledesma, decidió dejar de lado al ídolo del club que los acompañó desde las ligas cordobesas. En la máxima categoría ni siquiera llegó a completar un partido: salió reemplazado en el segundo tiempo del encuentro que River goleó a Belgrano por 3-0 el 28 de septiembre de 1991 por la 5ta fecha del Torneo Apertura

En 1992, el jugador fue declarado libre: los hinchas piratas concuerdan en decir que fue ahí cuando comenzó la depresión de "Chacha". Tras deambular sin rumbo por meses, el 23 de junio de ese año fue presentado como nuevo jugador del Municipal de Lima, Perú, pero apenas estuvo dos meses y medio. Desde septiembre de ese mismo 1992 hasta mayo del año siguiente, Villagra vistió la camiseta de Racing de Nueva Italia en donde convirtió un gol en doce partidos. Su último club fue el también cordobés Centro Juventud Agraria de Corralito en el que participó conviertiendo goles. De hecho, su último partido fue el 12 de septiembre de 1993 ante Atlético Almafuerte por la Liga Riotercerosense de Fútbol, en el que convirtió los tantos para la victoria por 2 a 1. 

Al día siguiente de este triunfo Villagra decidió ponerle fin a su vida. 

LAS DONACIONES

A diferencia de estos tiempos en donde la información y la concientización respecto a la donación de órganos es mucho más accesible, en 1993 se desconocía mucho sobre el tema. Sin embargo, la familia acató la decisión que había tomado tiempo atrás Villagra de donar sus órganos, y su viuda Beatriz Peretti y el hermano de la "Chacha", Hugo, autorizaron la ablación de sus órganos para quienes lo necesitasen de manera urgente. Cinco personas pudieron salvarse gracias a Villagra a través de operaciones conjuntas realizadas en Córdoba, Mendoza y Buenos Aires.

*El corazón y los pulmones del delantero fueron implantados a Javier Máscolo, de 25 años, quien padecía una cardiopatía, en el Hospital Italiano de Mendoza en una operación que duró cinco horas. 
*Mónica Prieto, de apenas 11 años y que luchaba contra una hepatitis crónica y terminal, recibió el hígado del jugador, pudiendo ser intervenida en el Hospital Garrahan.
*Sulli Caballero, de 33 años, y Guillermo Batagia, de 37, recibieron los riñones después de haber estado más de un año en lista de espera
*Por último, Liliana Rucoski, de 34 años y con un abceso que ponía en riesgo su visión, recibió una córnea de Villagra en la Clínica Maldonado Bas, también de la provincia de Córdoba. 

 

Imagen Jugando contra Boca, en el Chateau Carreas.
Jugando contra Boca, en el Chateau Carreas.
 

El dolor de la perdida se mezcló con la esperanza y la alegría que estas donaciones generaron en otras. En unas declaraciones hechas para el diario Clarín, su viuda dijo que Villagra "daba todo lo que tenía...hasta las camisetas que usó en los partidos importantes. Nunca le quedaba nada". 

Para el mismo medio su hermano Hugo dijo que él "era muy católico y un tipo generoso. No hicimos otra cosa que él no hubiera hecho". 

El cuerpo fue velado en dos lugares distintos: en el Club "Las Estrellas" en donde comenzó su carrera, y en la entrada del Club Atético Belgrano de Córdoba, sobre la calle Ordáz: ahí en el mismo club en donde su nombre se haría inmortal. La barra brava del pirata, así como lo hizo durante algún tiempo pagandole un salario tras la desvinculación con el club, pagó los costos del sepelio, según el testimonio de uno de sus referentes, Roberto Ponce "El loco Tito". 

En ese mismo sepelio se encontraba Berta, la madre de "Chacha". Solamente sonrió una vez en ese momento de dolor: cuando pidió que los órganos de su hijo le puedan servir a esas personas para vivir mucho tiempo. 

El estadio de Belgrano de Córdoba ubicado en Barrio Alberdi, en honor a su ídolo, se llama Julio César Villagra. 

 

Imagen "Chacha" Villagra, símbolo de Belgrano.
"Chacha" Villagra, símbolo de Belgrano.
 

Foto de portada e interiores: Archivo El Gráfico