El Rojo de Almirón, cara y ceca

UN ESTILO DEFINIDO. Diego Rodríguez; Vallés, Tula, Ojeda, Villalba; Monserrat, Bellocq; Pisano, Insúa, Mancuello; y Penco. Ese fue el primer equipo que paró Jorge Almirón como entrenador de Independiente para un amistoso vs. Deportivo Armenio. No tenía grandes nombres y Mancuello todavía no era el actual. A pesar de eso, en la primera fecha vs. Atlético Rafaela, el ADN estaba marcado. Salida desde atrás y presión alta al punto de quedar expuesto en varias ocasiones. Ganó tres a cero con goles que ya empezaban a develar una idea. Dejó atrás la etapa más oscura de Independiente, y lo hizo tan rápido peleando un campeonato que muchos olvidaron el contexto en el que había reflotado al Rojo.  

PERO NO DEL TODO ACEITADO. El estilo que velozmente difundió en Avellaneda no encontró plena regularidad. Recibió insultos por arriesgar demasiado en defensa, aunque otros lo hicieron porque “jugaba con cinco defensores”. Gustos al margen, en el Torneo Transición 2014 se bajó de la pelea prácticamente por deficiencia propia y ante rivales supuestamente más débiles. En la Copa Argentina, Estudiantes lo eliminó con un gol de Cerutti que desnudó nuevas falencias: la defensa tiró el achique, los volantes no presionaron y permitieron  un pase largo seguido de la aparición solitaria del delantero rival.  

SIEMPRE PELOTA AL PISO. En plena pelea por el campeonato, Independiente no se puso colorado. El Libertadores de América estaba en ebullición con el 1-1 tempranero vs. Lanús y los jugadores de Almirón no cambiaron el libreto. El gol del Rolfi Montenegro surge de una jugada con el sello propio. Nació desde el Ruso Rodríguez saliendo con el lateral derecho y sin saltear líneas con la pelota al piso. Tuvo una chance de gol (Marchesín le sacó una tremenda pelota a Pisano), y captó el rebote porque en zona de riesgo tenía 6 hombres en posición. Gol del 23 y un triunfazo que en ese momento invitaba a soñar. >>> VER VIDEO

PERO A VECES SE COMPLICA. Al partido siguiente, bebió de su propia medicina. El salir jugando y la bonanza del buen trato a la pelota tuvo su peor momento. El Ruso Rodríguez demoró una entrega exagerando el no-revoleo y Calleri metió un gol insólito. El error individual volvió a poner bajo la lupa al estilo que pregona Almirón y nuevamente toda la confianza al demonio.  

LA IMPORTANCIA DE LA PELOTA PARADA. El trabajo del entrenador en la semana se refleja en muchos movimientos. El achique, los laterales, la manera de marcar y sobre todo en las pelotas paradas. El clímax del laboratorio fue en el Torneo Transición contra el Tigre de Alfaro, otro especialista en el tema. A los 40 segundos, Lucero aprovechó la viveza de jugar rápido un córner; antes de terminar el primer tiempo culminó otra jugada prefabricada; y en el complemento, Mancuello lo metió olímpico. Claro está: la buena pegada del zurdo es un arma peligrosísima con la que dispone.  

PERO PUEDE FALLAR. Con Almirón, Independiente acostumbra a marcar las pelotas paradas en zona y con la última línea muy retrasada. La consigna es que no le cabeceen de frente y en general lo logra. Sin embargo, también sufre desatenciones y el laboratorio parece estar cerrado para algunas horas de prueba. Otro signo de irregularidad, contra Gimnasia en este torneo, Maximiliano Coronel tuvo todo el tiempo del mundo para meter el gol y poner al local nuevamente en la obligación de lo que más le cuesta: atacar cuando el otro equipo espera agazapado.  

GOLAZOS PARA ENORGULLECERSE. Entre un torneo y otro cambiaron muchos jugadores, aunque la idea es la misma. Contra Quilmes por la tercera fecha, Joel Carli rechazó como cualquier zaguero y desde su despeje nació un verdadero golazo. Participaron Toledo y Tagliafico pasando por Papa y el Torito Rodríguez. Varias caras nuevas en el transcurso de los 16 toques que coronó Mancuello con un golazo. Además de representar la búsqueda, enalteció la figura del 11, quien apareció por la zona donde Almirón lo reubicó para que se convirtiera en uno de los mejores jugadores de Argentina. >>> VER VIDEO   

PERO ERRORES INDEFENDIBLES. Entre un torneo y otro cambiaron muchos jugadores, aunque la ingenuidad en algunos momentos es la misma. Contra Godoy Cruz, Independiente estuvo dos veces arriba en el marcador y el Tomba se repuso para llevarse un empate. A los 12 minutos del segundo tiempo, Jesús Méndez cometió un penal torpe e infantil que privó a su equipo de los tres puntos. No fue el único: en nueve fechas, también hicieron Tagliafico (2) y el Torito Rodríguez. Infracciones que se pagaron caro.  

ARRIBA, LOS PIBES. Contra Newell´s, por la primera fecha de este año, enterró los fantasmas del verano. Jugó un partidazo y ganó 3-2 en el siempre complicado Coloso del Parque. El primer gol fue para un recuadro: salida rápida del Ruso con un pelotazo cruzado –tiene una pegada como pocos arqueros en Argentina-, amague de Pisano y el oportunismo de Albertengo. Fórmula perfecta de dos jugadores que llegaron a Independiente en momentos distintos aunque como importantes inversiones oriundas de equipos chicos.  

PERO NADIE SE AFIANZA EN LA DELANTERA. Paradójicamente, la irregularidad de Pisano es una constante. En el torneo pasado ocurrió algo similar: empezó de titular, perdió el puesto, la rompió vs. Quilmes, volvió contra River y terminó apagándose. En 2015, arrancó encendido y luego tuvo una recaída. Albertengo  (6 en 9) llegó para este torneo aunque tiene una virtud que encubre algo de defecto. Es de raza goleadora y se siente tan cómodo definiendo que prácticamente no entra en el circuito de juego. Los nombres propios en ofensiva fueron y aún son un problema. A los mencionados hay que sumarle a Montenegro, Penco, Lucero, Valencia, Benítez y Riaño. Este último viene siendo el compañero de dupla de Albertengo, y pese al esfuerzo, se le niega el gol: lleva 4 en 16 partidos como titular. Contra San Lorenzo desperdició una oportunidad clarísima y a partir de ahí, al Rojo de Almirón todo se le hizo cuesta arriba. >>> VER VIDEO