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Nascar: automovilismo a lo grande

Mueve millones de dólares en cada temporada. La siguen más de 75 millones de fanáticos en 150 países. La adrenalina acompaña a pilotos y espectadores en cada carrera. Viaje al interior de una de las categorías más fascinantes del automovilismo mundial.

Por Redacción EG ·

10 de enero de 2013
    Nota publicada en la edición de diciembre de 2012 de El Gráfico

Imagen IMPRESIONANTE vista del óvalo de Bristol, una de las citas más atractivas de la temporada.
IMPRESIONANTE vista del óvalo de Bristol, una de las citas más atractivas de la temporada.
Es la categoria del automovilismo más millonaria en los Estados Unidos. Millonaria y prestigiosa. Y además, la más importante y la que más seguidores tiene en el planeta. La serie NASCAR –National Association for Stock Car Auto Racing por sus siglas en inglés, algo así como la Asociación Nacional de Carreras de Automóviles de Fábrica– es también el segundo deporte más visto y el de mayor facturación en la televisión norteamericana detrás del fútbol americano de la NFL, con tres mil millones de dólares cada año. Y cuando se habla de este éxito, todas las miradas apuntan a Mike Helton, presidente y Big Boss del circo NASCAR quien, a pesar de todo, aún mantiene el bajo perfil desde que asumió el cargo, hace más de una década.

“Nunca un deporte tiene éxito gracias a una sola persona. Siempre se trata de un grupo que lleva al triunfo. Trabajamos en equipo, cada uno con su personalidad y su carácter. Pero con respeto, pasión y dedicación”, así resume Helton este fenómeno deportivo, social y comercial. El hombre de 58 años, a quien se lo respeta, admira y hasta se lo compara con John Wayne por su apariencia física y porque lleva su trabajo con la autoridad de un sheriff, es el “piloto” principal de NASCAR desde noviembre de 2000, y apenas el tercer presidente desde que sucedió a Bill France Jr., hijo del creador de esta categoría.
Fueron cinco marcas las que tradicionalmente animaron la serie NASCAR. Pero, tras la retirada de Pontiac (por malos resultados y poca esponsorización) sobreviven Ford (con los modelos Fusion y Mustang), Chevrolet (representado por Impala), Toyota (con su poderoso Camry) y Dodge, con el tradicional Dodge Charger. Ellos son los protagonistas y vedettes de esta competición, la número uno en los Estados Unidos.
Dos de las características de la serie NASCAR es que los circuitos de las treinta y seis fechas de la temporada son de forma ovalada y los autos conservan los mismos diseños que los salidos de fábrica, con algunas reformas claro está, pero muy similares a los que se ven por la calle. Y hay una explicación… Veamos.

Imagen LA BELLISIMA y competitiva Danica Patrick.
LA BELLISIMA y competitiva Danica Patrick.
INICIO EN BLANCO Y NEGRO
Podría decirse que la categoría NASCAR nació por necesidad y conveniencia y hasta un poquito de casualidad. Fue a mediados de los años 40, en tiempos críticos de prohibiciones y altos impuestos en la economía de los Estados Unidos.

Se puso en marcha como una empresa familiar liderada por Mr. Bill France Jr., fanático de los fierros, en una época en la que los Estados Unidos se recuperaban de los efectos de la Segunda Guerra Mundial y la estabilidad en la economía se normalizaba a cuentagotas. Eran momentos donde los traficantes de alcohol utilizaban a conductores expertos, quienes con autos comunes, pero algo modificados para soportar gran peso en los baúles, hacían de “correo”. Estos pilotos, verdaderos expertos al volante, evadían y burlaban la ley para lograr que el cargamento de alcohol llegara de un destino a otro.

Con el tiempo, y ya sin la necesidad de esconderse en la ilegalidad, esos corredores y mecánicos comenzaron a reunirse en pistas de forma ovaladas donde competían contra otros pilotos. Pronto esas competiciones atrajeron la atención de miles, y la popularidad se multiplicó con el correr de los años; y lo que comenzó siendo una atracción a nivel local –en las playas de Daytona Beach, estado de la Florida–, rápidamente se extendió a otras regiones del país. De hecho, fue Mr. France quien unió el circuito de Daytona International Speedway (el primer óvalo asfaltado y Super Speedway en los Estados Unidos) a competidores de diferentes estados en la primera Asociación de Automóviles Stock. Así, en diciembre de 1947 nació la Serie NASCAR, y dos meses después, el 15 de febrero de 1948, se disputó la primera carrera de la historia, ganada por Red Byron en un Ford modificado. Esa primera carrera, dice la historia, tuvo enormes problemas por la falta de combustible disponible en los Estados Unidos durante las guerras mundiales. Hoy son veinticinco los circuitos que animan la Serie NASCAR en todo el país, y también se corre en México y Canadá.

Sin embargo, Daytona sigue siendo el más especial y tradicional, donde todos quieren ganar; el óvalo de la Florida aún constituye la segunda carrera más importante del año con sus famosas 500 millas, sólo superada por las 500 Millas de Indianápolis. En ambas pistas, las velocidades son muy altas debido a su longitud. Por eso a los autos se les colocan dos placas restrictoras de velocidad en la boca del carburador, que impiden que el motor desarrolle más caballaje y dejan a los vehículos con la mitad de la potencia de los motores.

Para resumir, en la actualidad, la Serie NASCAR es la categoría más poderosa de competición en el mundo automovilístico con 75 millones de seguidores en 150 países.

Imagen EL TETRACAMPEON Jeff Gordon.
EL TETRACAMPEON Jeff Gordon.
MILLONARIOS DE ALTA VELOCIDAD
No solamente la Serie NASCAR es el segundo deporte en facturación en los Estados Unidos; también sus corredores están entre los deportistas top del mundo en cuanto a millones de dólares de ganancia por contratos, esponsorización e imagen se refiere.

Según la revista especializada Forbes, Danica Patrick (quien irrumpió en los últimos años proveniente de la formula Indy Car-Series) es la deportista mujer más famosa y la cara de empresas como Victoria's Secret y Budweiser. La bellísima norteamericana de 30 años, facturó sólo el año pasado y con una sola carrera ganada, doce millones de dólares. Sin embargo, quien más depositó en su cuenta bancaria en 2011 fue Dale Earnhardt, declarado el corredor más millonario por cuarto año consecutivo y el elegido como el más popular por el público por noveno año consecutivo. Earnhardt facturó 28 millones de dólares. Fue campeón en siete oportunidades, aunque últimamente no se ha tuteado con la victoria.

Detrás de él, se encuentra su compañero de equipo Jeff Gordon (cuatro títulos, más de 85 triunfos), quien sumó veinticuatro millones en la temporada pasada. En tercer lugar están el histórico Richard Petty (siete títulos) y David Pearson, con alrededor de 20 millones cada uno. Impresionante.

Podría decirse que estas cifras también son proporcionales a lo que cuesta ir al autódromo. Ver y disfrutar en vivo de estas máquinas que surcan las pistas a más de 300 km/h, cuesta generalmente más de 150 dólares por persona, según la ubicación deseada en las tribunas.

Sin embargo, como suele pasar en los Estados Unidos, las oportunidades y las ofertas están a la orden del día. La empresa Wal-Mart, por ejemplo, suele ofrecer un paquete familiar de 99 dólares (incluidos hot dogs y bebidas) para dos adultos y dos menores. “Intentamos que los precios sean accesibles para todos y que la familia pueda ir a ver la carrera”, decía Rand Waddoups, director Senior de Wal-Mart sucursal Talladega, Alabama, en la previa de la competencia de la temporada que acaba de finalizar con la consagración de Brad Keselowski. La ciudad posee cuatro tiendas y en todas estuvo disponible esta oferta.

Otro ejemplo lo dio la empresa de helados Tom & Eddie’s, una de las más grandes del país, que batió récords de participantes en el sorteo de tickets y vouchers para asistir a la carrera en Chicago.
Con ofertas o no, con descuentos o sin ellos, es definitivamente una misión imposible comprar tickets para ver una prueba de NASCAR si no se reserva con meses de antelación. Las entradas se agotan rápidamente, aunque también hay reventa. Es, sin dudas, un fenómeno deportivo y millonario que crece año tras año y que tiene a Mr. Helton como uno de los grandes responsables del éxito: “De todas las personas con las que trabajé y conviví en más de 31 años de carrera, Mike es, sin dudas, el hombre a quien más respeto y admiro”, resume el consagrado corredor Tony Stewart.

“Es un líder en todos los aspectos”, dice el ex campeón y ganador de 24 carreras Kyle Busch. “Mike está absolutamente en todos los detalles. Defiende la esponsorización, se encarga de negociar los derechos de televisión, de la prensa y los fanáticos, siempre con la consigna de que las decisiones sean las mejores para este deporte y para todos. Y lo más importante: escucha y respeta todas las opiniones. Podría resumirlo como un verdadero babysitter de nosotros, los corredores, y también de sus empleados”. Contundente.

“Los deportes son, por hecho, emocionales y pasionales –concluye Helton–. Si se administra el deporte que uno ama desde los ojos de un verdadero fanático, entonces corremos con ventaja. Y yo soy un verdadero fanático. Siempre voy a priorizar lo que es mejor para este deporte, aunque a veces haya que dar un paso atrás, tomar decisiones y ser pragmático”.

Un verdadero líder, para uno de los deportes líder en los Estados Unidos.

Por Gustavo Cherquis. Fotos: AFP