YANNICK NOAH es una leyenda inmortal del tenis. Número tres del mundo en 1986, campeón 23 veces en el circuito grande, pero su marca indeleble excede los números: es el único campeón francés de Grand Slam desde el inicio de la Era Abierta, en 1968.

Extrovertido, showman en los años '80, se consagró para siempre luego de ganar Roland Garros en 1983, torneo del que se cumplen 40 años: en la final derrotó 6-2, 7-5 y 7-6 al campeón defensor sueco Mats Wilander, que el año anterior le había ganado el último partido a Guillermo Vilas.

Hincha de Paris Saint Germain, Noah asiste todos los fines de semana al Parque de los Príncipes con Joalukas, uno de sus cinco hijos, para disfrutar de la magia de Lionel Messi.

En medio de las críticas en PSG, los silbidos de los hinchas y la confirmada salida del capitán de la Selección Argentina del equipo francés luego del final de la temporada, el legendario tenista decidió elogiarlo: "La gente que sabe de fútbol lo ama".

"Nosotros lo amamos. No lo entienden porque es una persona muy introvertida. En Francia somos latinos, nos gusta la gente extrovertida también, con carisma. Cuando Zlatan (Ibrahimovic) vino a París la gente se volvió loca con su personalidad. A Messi algunos no lo entienden. Yo soy el fan número uno de Messi. Nunca tuvo un problema con la gente en la calle. Su actitud siempre fue correcta y tengo un gran aprecio a cómo es él como deportista", expresó Noah, en diálogo con La Nación.

Y aclaró: "Pase lo que pase, se quede o se vaya, la gente lo va a querer por lo que es como deportista. Después pasan cosas que no tienen nada que ver. Pero la gente común de la calle lo respeta y lo quiere porque sabe lo que es como deportista. Deseo que se quede en París. Agarro la bicicleta con mi hijo y vamos al Parque de los Príncipes a verlo. Me alucina la vida deportiva de Messi. Estoy agradecido a la vida por haberlo visto acá. Haga lo que haga, yo lo voy a respetar. Yo no soy un fanático extremista: estoy feliz con verlo jugar. Me gustaría que se quedara".