LAS ENTREVISTAS DE EL GRÁFICO

2002. Pastoriza 100X100

Por Redacción EG · 02 de agosto de 2022

Sinónimo de gallardía y nobleza, caudillo como jugador y como técnico. José Omar Pastoriza responde sin vueltas las 100 preguntas. Fue su última entrevista en El Gráfico.


1 Ju­gó en Ra­cing e In­de­pen­dien­te y tam­bién di­ri­gió a los dos. ¿Có­mo hi­zo pa­ra no mo­rir en el in­ten­to? Y bue­no, se die­ron las con­di­cio­nes en su mo­men­to.

Racing fue su primer club en el fútbol grande, tras llegar de Colón. Jugó 53 partidos en 1964-65.

2 ¿Eso quie­re de­cir que us­ted es­tá más allá del bien y del mal? Se­gu­ro, se­gu­ro.

3 ¿Quién fue el hom­bre que más lo mar­có en su ca­rre­ra co­mo fut­bo­lis­ta? Pi­po Ros­si. Siem­pre me gus­tó su per­so­na­li­dad, su ma­ne­ra de ser: un ti­po no­ble, fran­co, al que le gus­ta­ban las co­sas jus­tas. Era un gri­tón, nos ca­ga­ba a pe­dos, pe­ro sa­no, muy sa­no. Y sa­bía co­rre­gir co­sas en el ju­ga­dor. Ade­más, fue el que me lle­vó de Co­lón a Ra­cing en mis ini­cios.

4 ¿Si­gue ha­blan­do con él? Es di­fí­cil por­que no es­tá bien de sa­lud. Ha­ce po­co, en un par­ti­do de la Se­lec­ción, nos vi­mos en la can­cha y ha­bla­mos, po­qui­to, pe­ro ha­bla­mos.

5 Ha­ce unas se­ma­nas, en un par­ti­do de Cha­ca­ri­ta, ame­na­zó a Ro­me­ro des­de el cos­ta­do: le di­jo con un ges­to que si ti­ra­ba un ca­ño más, des­pués lo fa­ja­ba. ¿Có­mo es? ¿Con us­ted no se pue­de ti­rar ca­ños? Le di a en­ten­der que los ca­ños los tie­ne que ti­rar aden­tro del área. ¡Qué pio­la! En la mi­tad de la can­cha to­da­vía yo ti­ro ca­ños. Son co­sas pa­ra co­rre­gir que des­pués se char­lan en la se­ma­na.

6 Y si des­pués de la char­la de la se­ma­na los si­gue ti­ran­do, ¿qué pa­sa? Y… si los ti­ra, a ve­ces lo per­do­na­mos y a ve­ces lo echa­mos a la mier­da.

7 El me­jor equi­po que di­ri­gió. Hu­bo dos equi­pos de In­de­pen­dien­te que fue­ron te­rri­bles: el que ga­nó los Na­cio­na­les 77 y 78 en las fi­na­les con­tra Ta­lle­res y Ri­ver, res­pec­ti­va­men­te, y el del 83/84 que fue cam­peón del mun­do. Los dos te­nían ga­nas, fuer­za, vo­lun­tad, in­te­li­gen­cia, el ma­ne­jo. Te­nían to­do esos equi­pos.

8 Un par­ti­do. Re­cuer­do mu­cho uno con­tra Ri­ver, en el Mo­nu­men­tal, por el Na­cio­nal 71. Re­cién sa­lía­mos de la huel­ga y me sil­ba­ban bas­tan­te. Era la po­si­ción de uno fren­te a la di­ri­gen­cia por el Con­ve­nio Co­lec­ti­vo de Tra­ba­jo, por­que an­tes era una ba­su­ra eso. Se hi­zo un jus­to arre­glo y el mi­nis­tro de Tra­ba­jo, que era de Ri­ver, me en­tre­gó en el ves­tua­rio el Con­ve­nio Co­lec­ti­vo y el pa­sa­por­te. Muy cla­ri­to: me es­ta­ban di­cien­do que me te­nía que ir. Bue­no, esa tar­de íba­mos 2-2, y de­fi­ní el par­ti­do con un gol de ti­ro li­bre que la col­gué en un án­gu­lo. Lo gri­té co­mo nun­ca.

9 El gol que más gri­tó co­mo téc­ni­co. El de Bo­chi­ni con­tra Ta­lle­res en la fi­nal del 77, el día que nos que­rían vol­tear.

El abrazo eterno con sus jugadores, ante la mirada de Villaverde. La hazaña frente a Talleres.

10 ¿Có­mo con­ven­ció a sus ju­ga­do­res pa­ra que no se re­ti­ra­ran de la can­cha en esa fi­nal? Te que­rían pa­sar, te es­ta­ban sa­can­do la pla­ta del bol­si­llo. Fue una co­sa ale­vo­sa, des­ca­ra­da. Ya an­tes del par­ti­do sos­pe­chá­ba­mos al­go, pe­ro cuan­do nos hi­cie­ron un gol con la ma­no y nos ex­pul­sa­ron a tres ju­ga­do­res fue un des­con­trol. To­dos los ju­ga­do­res, sal­vo Ou­tes, se que­rían ir. Yo pu­se un po­co de pa­ños fríos, to­da­vían que­da­ban 15 mi­nu­tos pa­ra tra­tar de ha­cer un gol, aun­que éra­mos ocho con­tra on­ce y en la can­cha de ellos. Me la ju­gué y me­tí dos cam­bios ofen­si­vos, aun­que po­dría ha­ber ele­gi­do dos de­fen­so­res pa­ra evi­tar el pa­pe­lón, y man­dé a Bion­di y a Ber­to­ni a la can­cha. Ta­lle­res te­nía muy buen equi­po, pe­ro les fal­ta­ba ex­pe­rien­cia, si no, ese par­ti­do no ter­mi­na­ba des­pués del 2-1. Al fi­nal, el Bo­cha me­tió un gol, des­pués de una do­ble pa­red con Ber­to­ni y con Bion­di, y el 2-2 nos dio el tí­tu­lo, por­que en el par­ti­do de ida ha­bía­mos ter­mi­na­do 1-1 y el gol co­mo vi­si­tan­te va­lía do­ble. Fue una ha­za­ña im­pre­sio­nan­te.

11 ¿En cuán­tos años Ve­ne­zue­la va a po­der cla­si­fi­car­se pa­ra un Mun­dial? Le fal­ta to­da­vía, ne­ce­si­tan pro­fe­sio­na­li­zar­se más, te­ner más com­pe­ten­cia, di­vi­sio­nes in­fe­rio­res. Le fal­tan, co­mo mí­ni­mo, dos mun­dia­les más.

12 ¿Es­tá de acuer­do con la con­ti­nui­dad de Biel­sa en la Se­lec­ción? Sí, por­que son los di­ri­gen­tes los que dis­po­nen eso. Eso sí: se co­me­tió una in­jus­ti­cia con Co­co Ba­si­le cuan­do no se le ofre­ció con­ti­nuar des­pués del 94, no hu­bo una equi­dad.

13 ¿Por qué a Ar­gen­ti­na le fue tan mal en el úl­ti­mo Mun­dial? Yo creo que no tu­vo ni la más mí­ni­ma piz­ca de suer­te. En el fút­bol, co­mo en la vi­da, si no te­nés la cuo­ta de cu­lo que se ne­ce­si­ta pa­ra to­do, se ha­ce di­fí­cil.

14 ¿Nun­ca le in­te­re­só ser pa­ne­lis­ta de te­le­vi­sión? No, por­que uno se de­be pre­pa­rar un po­co más pa­ra esas co­sas. No me gus­ta el pa­pel de los ex ju­ga­do­res o téc­ni­cos que ha­cen de pa­ne­lis­tas. Lo veo co­mo al­go muy bur­do, muy ar­ma­do.

15 Un pe­rio­dis­ta de­por­ti­vo. De an­tes, Os­val­do Ar­diz­zo­ne, por la bo­he­mia. De los de aho­ra me gus­ta Víc­tor Hu­go Mo­ra­les, co­mo re­la­tor y tam­bién por­que sus opi­nio­nes me pa­re­cen bas­tan­te sen­sa­tas.

16 ¿Por qué Bo­chi­ni nun­ca pu­do te­ner con­ti­nui­dad co­mo DT? Por­que no ha­brá te­ni­do opor­tu­ni­da­des. El Bo­cha co­no­ce mu­cho de to­do es­to. Co­mo téc­ni­co nun­ca lo vi, pe­ro co­mo ju­ga­dor era un ti­po que den­tro de la can­cha se da­ba cuen­ta de un mon­tón de co­sas.

17 ¿Cuál fue la ex­cu­sa más cu­rio­sa que le dio Bo­chi­ni por fal­tar a un en­tre­na­mien­to? Ojo que el Bo­cha no fal­ta­ba tan­to co­mo la gen­te di­ce, sí lle­ga­ba muy jus­to so­bre la ho­ra. En ge­ne­ral, me de­cía que se que­da­ba dor­mi­do. A ve­ces le res­pon­día con una mul­ta, otras ve­ces ca­gán­do­lo a pe­dos y otras ve­ces tra­tan­do de to­le­rar­lo, por­que yo sa­bía to­do lo que po­día dar en la can­cha des­pués.

18 ¿Y có­mo ha­cía pa­ra que en el plan­tel no hu­bie­ra bron­cas por el tra­to di­fe­ren­cial? Es que to­dos sa­bían lo que sig­ni­fi­ca­ba el Bo­cha pa­ra el equi­po. Igual, siem­pre hay al­gún ton­to que se que­ja…

19 Una anéc­do­ta gra­cio­sa. No sé, no ten­go muy bue­na me­mo­ria. Una vez que es­tá­ba­mos con In­de­pen­dien­te en Split, en Yu­gos­la­via. Yo era ju­ga­dor y te­nía­mos que ir pa­ra Ita­lia, pe­ro fal­ta­ba una fir­ma en el pa­sa­por­te y no po­día­mos sa­lir. En­ton­ces aga­rré to­dos los pa­sa­por­tes, los fir­mé yo, y a la mier­da, nos fui­mos. En esa épo­ca no ha­bía tan­to con­trol.

20 ¿Lle­gó a pa­sar ham­bre cuan­do vi­no a Bue­nos Ai­res y tu­vo que vi­vir en una pen­sión? No, ham­bre no pa­sé nun­ca, gra­cias a Dios. Me al­can­za­ba jus­to, eso sí. Vi­vía con un gru­po de mu­cha­chos ro­sa­ri­nos, que ha­bía­mos ve­ni­do a ju­gar a dis­tin­tos clu­bes, en una pen­sión en Li­ma al 100, en Cons­ti­tu­ción. No era Ba­rrio Nor­te, pe­ro za­fa­ba.

21 ¿Có­mo es ir a un Mun­dial y no ju­gar ni un mi­nu­to? Y… lin­do no es, pe­ro al me­nos pu­de ir. El Ra­ta era el ti­tu­lar en ese equi­po del 66 y cuan­do lo echa­ron con­tra In­gla­te­rra ya nos es­tá­ba­mos vol­vien­do, así que mu­chas chan­ces no tu­ve.

En la Selección, con Miguel Brindisi y Norberto Madurga, en el Maracaná, año 1970.

22 ¿Y có­mo fue el re­gre­so? Muy tris­te pa­ra mí. Acá nos es­pe­ra­ba On­ga­nía en Oli­vos. Me fue a bus­car mi her­ma­no y ape­nas pu­do me con­tó que ha­bían fa­lle­ci­do mis dos abue­los. Pen­sé que nun­ca iba a po­der re­cu­pe­rar­me de esa des­gra­cia. Mis abue­los fue­ron los que me cria­ron en Ro­sa­rio des­pués de la muer­te de mi vie­ja y siem­pre me es­pe­ra­ban le­van­ta­dos los do­min­gos ca­da vez que yo vol­vía de la Ca­pi­tal pa­ra que les con­ta­ra lo que me ha­bía pa­sa­do. En esos dos me­ses que me fui, en­tre la gi­ra y el Mun­dial, pri­me­ro se mu­rió el abue­lo y diez días des­pués la abue­la. Y me en­te­ré to­do de gol­pe. En­ton­ces aga­rré el au­to y así co­mo es­ta­ba me fui vo­lan­do pa­ra Ro­sa­rio, pe­ro la ca­sa de los abue­los ya es­ta­ba va­cía.

23 ¿Es un es­tig­ma ha­ber que­da­do co­mo el téc­ni­co que re­ti­ró a Gat­ti? No, ¿por qué? Si Hu­go no po­día ju­gar más; le pa­só lo mis­mo a Ce­jas cuan­do fui a Ra­cing y le tu­ve que de­cir que no po­día se­guir ata­jan­do. Gat­ti no es­ta­ba en con­di­cio­nes pa­ra ser el ar­que­ro de Bo­ca. Te­nía mal una pier­na, le cos­ta­ba sal­tar.

24 ¿Vol­vió a cru­zar­se con Gat­ti des­pués de esa de­ci­sión? Lo en­cuen­tro se­gui­do, la úl­ti­ma vez fue en Pun­ta del Es­te. No me di­ce na­da, ¿qué me va a de­cir? Só­lo un bo­lu­do pue­de pen­sar que lo re­ti­ré yo. Te sa­lu­dás y na­da más, no se ha­bla del te­ma.

25 ¿El Pas­to­ri­za ex­plo­si­vo, que se pe­lea­ba con to­do el mun­do, ya fue? ¿Es­ta­mos an­te un Pas­to­ri­za do­mes­ti­ca­do? No. Siem­pre al­gún po­qui­to de bron­ca hay, to­da­vía te­ne­mos la ca­pa­ci­dad de eno­jar­nos. En la vi­da, si no te eno­jás no sir­ve.

26 ¿Cuan­do em­pe­zó co­mo téc­ni­co us­ted mi­ra­ba vi­deos o nun­ca le in­te­re­sa­ron los ri­va­les? To­dos los que quie­ren sa­car ven­ta­ja, de al­gu­na u otra for­ma se preo­cu­pan por el ri­val. Y si no ves el vi­deo, mi­rás el par­ti­do, pe­ro to­do el mun­do lo ha­ce. No­so­tros en vez de gra­bar el par­ti­do, via­já­ba­mos y lis­to.

27 ¿Nun­ca tu­vo mie­do de mo­rir en un aten­ta­do cuan­do fue a di­ri­gir a El Sal­va­dor? No, al con­tra­rio, me tra­ta­ron muy bien ahí. Si has­ta me apo­ya­ba la gue­rri­lla del Fren­te Fa­ra­bun­do Mar­tí pa­ra la Li­be­ra­ción Na­cio­nal, a mí me ban­ca­ban los gue­rri­lle­ros. Ahí ha­bía una com­pul­sa muy gran­de, por­que a El Sal­va­dor lo ma­ne­jan 14 fa­mi­lias, só­lo 14 fa­mi­lias de to­do el país, pe­ro co­mo ellos co­no­cían mi ori­gen, se em­pe­za­ron a in­te­re­sar.

28 ¿Cuán­do pa­só de Ra­cing a In­de­pen­dien­te, en 1966, no tu­vo pro­ble­mas con los hin­chas? No, nin­gu­no, por­que tam­bién fue Mo­ri a Ra­cing. Fue un can­je. En Ra­cing ne­ce­si­ta­ban pla­ta por­que ha­bía gra­ves pro­ble­mas eco­nó­mi­cos y en­ton­ces te­nían que ele­gir en­tre Per­fu­mo y yo. Y al fi­nal me to­có a mí.

En un clásico de Avellaneda, en este caso vestía los colores del Rojo.

29 ¿Y di­ri­gir a Ra­cing en 1981, des­pués de ga­nar dos tí­tu­los con In­de­pen­dien­te, no fue una trai­ción? No, uno es pro­fe­sio­nal, tie­ne que ir don­de lo con­tra­ten. Uno no es hin­cha, bah, es hin­cha del mo­men­to, por eso aho­ra soy hin­cha de Cha­ca­ri­ta.

30 ¿Pue­de ser que la gen­te de In­de­pen­dien­te le per­do­na­ra me­nos que di­ri­gie­ra a Bo­ca que a Ra­cing? No, no creo que sea así. Hu­bo una con­fu­sión ahí, por­que cuan­do fui a Bo­ca, en el 88, cre­ye­ron que yo me que­ría lle­var a Bo­chi­ni. Me lle­vé a Ma­ran­go­ni por­que ha­bía que­da­do li­bre y a Bar­be­rón, ju­ga­do­res que co­no­cía y me ser­vían.

31 ¿Y a Bo­chi­ni no se lo que­ría lle­var a Bo­ca? Y… al Bo­cha lo hu­bie­ra lle­va­do a cual­quier la­do. Pe­ro ese año le pa­ga­ron me­jor al Bo­cha. Por lo me­nos le re­co­no­cie­ron un po­qui­to más. Fue un jue­gui­to pa­ra que le su­bie­ran la gui­ta.

32 ¿Y des­pués le dio un por­cen­ta­je? No, no, no, no me jo­das, ésos fue­ron in­ven­tos de cier­tos pe­rio­dis­tas que siem­pre qui­sie­ron me­ter ju­ga­do­res y ga­nar­se unos pe­sos y a los que yo sa­qué ca­gan­do.

33 ¿De qué club era hin­cha de chi­co? De Cen­tral. Ad­mi­ra­ba a un ju­ga­dor lla­ma­do Hum­ber­to Ro­sa, que des­pués fue a Ita­lia. Era un diez, un ha­bi­li­do­so, te­nía una gran pres­tan­cia. En Cen­tral me ini­cié co­mo fut­bo­lis­ta, me lle­vó mi her­ma­no y lle­gué has­ta la re­ser­va. Des­pués me fue a bus­car Co­lón.

34 ¿Por qué du­ró tan po­co su pa­so por el Atlé­ti­co de Ma­drid? Gil y Gil es­ta­ba eno­ja­do por­que ha­bía lle­va­do al Ne­gro Vi­lla­rreal y él que­ría me­ter a un bra­si­le­ño. De en­tra­da fue to­do bien, per­so­na­je el ti­po, quie­re lla­mar la aten­ción y ha­ce co­sas que no de­be. Al fi­nal re­sul­tó ser me­dio ca­gón el gor­do ése.

35 ¿Cuál fue la go­ta que re­ba­só el va­so? Vi­no al ves­tua­rio y que­ría ha­blar an­tes de un par­ti­do. ¿Qué ca­ra­jo va a ha­blar en el ves­tua­rio? Es­ta­ba el ale­mán Schus­ter, que por su re­li­gión no to­ma re­me­dios ni se in­fil­tra, y no po­día ju­gar por­que te­nía la pier­na a la mi­se­ria. Bue­no, él hin­cha­ba las bo­las y que­ría que lo pu­sie­ra. Me hin­chó tan­to los hue­vos, que lo man­dé a la pu­ta que lo pa­rió y le di­je que di­ri­gie­ra él. Y me fui a la mier­da 40 días des­pués de ha­ber asu­mi­do.

36 ¿Le dio bron­ca ha­ber­se ido de Ra­cing en 1966 y que en­se­gui­da em­pe­za­ran a ga­nar to­do? No, ¿por qué me iba a dar bron­ca si ahí te­nía un mon­tón de ami­gos? Ade­más, des­pués ga­na­mos no­so­tros con el Ro­jo. Yo tam­bién creía en lo que ha­cía.

37 ¿Có­mo sur­gió en us­ted el sin­di­ca­lis­mo? Por ver las in­jus­ti­cias. En mi épo­ca te de­bían 11 me­ses y no te­nías de­re­cho a nin­gún pa­ta­leo. Por otro la­do, en mi ca­sa eran to­dos pe­ru­cas, al que no era pe­ro­nis­ta lo ma­ta­ban…

38 ¿Se pue­den com­pa­rar los di­ri­gen­tes ac­tua­les de Agre­mia­dos con un Pas­to­ri­za, por ejem­plo? No, por­que yo es­ta­ba en ac­ti­vi­dad y arries­ga­ba mi ca­rre­ra es­tan­do en el gre­mio. Esa di­fe­ren­cia es im­por­tan­te. Si a mí me res­cin­dían el con­tra­to, era mi pla­ta y la de fa­mi­lia. Hoy los mu­cha­chos no es­tán en ac­ti­vi­dad.

39 ¿Un Ser­gio Mar­chi de hoy le pue­de atar los cor­do­nes a un Pas­to­ri­za de los 60? No soy quién pa­ra dar una equi­dad de esa ma­ne­ra. Só­lo di­go que era un ju­ga­dor que es­ta­ba en ac­ti­vi­dad y era se­cre­ta­rio ge­ne­ral del gre­mio. Hay que dis­po­ner de mu­cho tiem­po y es to­do muy sa­cri­fi­ca­do. Creo que si el di­ri­gen­te gre­mial fue­ra un ju­ga­dor en ac­ti­vi­dad vi­vi­ría to­do más de cer­ca, se­ría me­jor.

40 ¿El fút­bol es el anes­te­sian­te ideal de los go­ber­nan­tes de tur­no? No, mu­chas ve­ces fue lo con­tra­rio. Gra­cias al fút­bol, por ejem­plo, vol­vió la de­mo­cra­cia en 1973. No­so­tros le hi­ci­mos la huel­ga del 71 a un go­bier­no mi­li­tar, el de La­nus­se. Has­ta ese mo­men­to na­die po­día ha­cer na­da en la so­cie­dad y esa huel­ga ter­mi­nó sien­do el pun­ta­pié ini­cial, a par­tir de ahí em­pe­za­ron otros tam­bién a pa­ta­lear. El fút­bol fue el en­vión.

41 ¿Al Mó­na­co se tu­vo que ir a ju­gar por su ac­ti­vi­dad sin­di­cal? Sí, co­mo de­cía an­tes. En­tre­ga­ron el de­cre­to con el Con­ve­nio Co­lec­ti­vo del Tra­ba­jo, pe­ro ha­bían he­cho un arre­glo con los di­ri­gen­tes de In­de­pen­dien­te, Epel­boim era uno de ésos en ese mo­men­to, por el que me te­nía que ir. Ellos me di­je­ron: te va­mos a ven­der y yo mu­cho no pu­de ha­cer. Nun­ca me lo di­jo na­die de fren­te, pe­ro era re­con­tra sa­bi­do en el am­bien­te. Ahí me fui al Mó­na­co. An­du­ve muy bien en Fran­cia.

42 ¿Por qué es­tu­vo pros­crip­to va­rios años co­mo téc­ni­co en el fút­bol ar­gen­ti­no? En una épo­ca real­men­te no me que­rían. Tu­ve al­gu­nos in­con­ve­nien­tes des­pués del con­flic­to ése que sur­gió en el par­ti­do en­tre Ta­lle­res y Ri­ver, en el 93. Re­cuer­do que un tiem­po des­pués de ese con­flic­to es­ta­ba por arre­glar en Cen­tral pa­ra reem­pla­zar a Can­ta­to­re y sé que vi­no una or­den pa­ra que no me con­tra­ta­ran. Y bué… uno ha he­cho al­gu­nas co­si­tas.

El conflicto cuando dirigía a Talleres en 1993: agarra a Castrilli en un partido contra River.

43 ¿Al­gu­na vez pu­so pla­ta pa­ra la ba­rra bra­va de un club? Nun­ca. Aho­ra, si sal­go del ves­tua­rio de Cha­ca­ri­ta y unos mu­cha­chos me pi­den pa­ra el vi­no, no hay pro­ble­ma, les doy. Pa­ra mí, eso no es ban­car a la ba­rra, si­no que es dar una pro­pi­na. Yo soy un sos­te­ne­dor, no soy un fio­lo. Es bas­tan­te di­fe­ren­te.

44 ¿El con­flic­to que tu­vo en Ta­lle­res en 1993 le sir­vió pa­ra dar­se cuen­ta de que era me­jor no es­tar pe­lea­do con don Ju­lio? Ju­lio Gron­do­na fue el di­ri­gen­te que me com­pró a mí en el true­que ése con Mo­ri, él era di­ri­gen­te del fút­bol pro­fe­sio­nal, así que ima­gi­na­te los años que ha­ce que nos co­no­ce­mos, ca­si 40. Cien ve­ces me pe­leé con Ju­lio, pe­ro mien­tras se man­ten­gan pos­tu­ras só­li­das y fir­mes se pue­de dis­cu­tir con cual­quie­ra. Por otra par­te, uno vie­ne gran­de y más com­pren­si­vo tam­bién, en­ton­ces se da cuen­ta de que no se pue­de pe­lear con­tra el vien­to.

45 ¿De qué tra­ba­jó de jo­ven? En el fe­rro­ca­rril, era apren­diz elec­tro­me­cá­ni­co, en Ro­sa­rio. Co­mo era la épo­ca de Pe­rón y yo era me­nor, te­nía que tra­ba­jar seis ho­ras y dos ir a la es­cue­la. Te­nía 13 años. A la ma­ña­na la­bu­ro, a la tar­de fút­bol y a la no­che al co­le­gio in­dus­trial; así era mi vi­da.

46 ¿El lí­der de un equi­po na­ce o se ha­ce? Se ha­ce. De­be ser al­guien al­go es­plén­di­do, que de­je de la­do lo de él pa­ra po­der­lo re­par­tir en­tre el res­to.

47 ¿Quién fue el lí­der más fuer­te de los equi­pos que di­ri­gió? Siem­pre hu­bo al­guien. Car­li­tos Fren, el Bo­cha, que sin te­ner una voz de man­do fuer­te den­tro de la can­cha era lí­der, Tros­se­ro, La­rro­sa, Ma­ran­go­ni.

48 ¿Exis­ten lí­de­res po­si­ti­vos y ne­ga­ti­vos en los plan­te­les? No, yo creo que to­do lo que pro­mue­ve un lí­der es po­si­ti­vo.

49 ¿Era muy bra­vo ju­gar en la C en su épo­ca, en Co­lón? Di­fí­cil. Ha­bía ca­da equi­po, ma­mi­ta...: Ries­tra, Sa­ca­chis­pas, Flan­dria, Cam­ba­ce­res. Can­chas muy bra­vas, y me ol­vi­do del Do­que, ahí te ma­ta­ban, can­cha jo­di­dí­si­ma.

50 ¿Son muy dis­tin­tos el fut­bo­lis­ta de hoy y el de su épo­ca? Ha cam­bia­do to­do. An­tes se ju­ga­ba mu­cho por la ca­li­dad, por la téc­ni­ca in­di­vi­dual; hoy en día eso es un com­ple­men­to más, aho­ra es fí­si­co y fuer­za.

51 ¿Qué sin­tió en el mo­men­to en que In­de­pen­dien­te les me­tió el sex­to gol en es­te tor­neo? Bron­ca por no po­der sa­lir ade­lan­te. No fue la pri­me­ra vez que me hu­mi­lla­ron así. Re­cuer­do que cuan­do de­bu­té en In­de­pen­dien­te per­di­mos 6-1 con Na­cio­nal en Mon­te­vi­deo.

52 ¿Có­mo se le­van­ta a un plan­tel des­pués de una go­lea­da así? Uno tie­ne to­da la se­ma­na pa­ra re­com­po­ner eso. A mí no me gus­ta ha­blar en el ves­tua­rio si­no el pri­mer día de la se­ma­na. Ahí les di­je: o vol­ve­mos a re­cor­dar el par­ti­do y ha­ce­mos una au­to­crí­ti­ca o nos ol­vi­da­mos, por­que ca­da uno de los que in­te­gra­mos el equi­po sa­be­mos que hi­ci­mos mu­chas ca­ga­das, y es­pe­ra­mos la re­van­cha. Fui­mos, em­pa­ta­mos con Cen­tral y en la se­ma­na si­guien­te hi­ci­mos la au­to­crí­ti­ca.

53 El me­jor téc­ni­co ar­gen­ti­no ac­tual. Hay mu­chos bue­nos. Te ar­mo el po­dio con Me­not­ti, Ba­si­le y Chi­che So­sa.

54 ¿Le mo­les­ta que In­de­pen­dien­te ha­ya bus­ca­do co­mo téc­ni­co a al­guien que no es­tá iden­ti­fi­ca­do con el club, co­mo Ga­lle­go? No, si an­tes me ha­bían ha­bla­do a mí tam­bién, lo que pa­sa es que nun­ca nos pu­si­mos de acuer­do. Ha­bla­mos dos o tres ve­ces. Bah, no sé si fal­tó po­ner­nos de acuer­do, por­que, en rea­li­dad, a quien yo ha­bía ele­gi­do pa­ra in­fe­rio­res, Pom­peo Tar­di­vo, es el que es­tá aho­ra tra­ba­jan­do en el club.

55 ¿Có­mo y cuán­do co­no­ció a Luis Ba­rrio­nue­vo? Cuan­do yo ju­ga­ba en In­de­pen­dien­te, Ba­rrio­nue­vo era hin­cha del Ro­jo y ve­nía a ver­me a la can­cha y ha­bla­ba con no­so­tros. Es­ta­ba en la ba­rra.

56 ¿Se aga­rró mu­chas ve­ces a trom­pa­das con los hin­chas? Va­rias. Re­cuer­do una, que es­ta­ba con San­to­ro en el club, y nos aga­rra­mos. Es así: a ve­ces ha­blás ami­ga­ble­men­te y en otras te­nés que pe­lear­te.

Llego al Rojo desde Racing en 1966 y estuvo hasta el 72. Jugó 184 partidos, metió 32 goles y ganó tres torneos locales y una Libertadores.

57 ¿Qué edad te­nía cuan­do fa­lle­ció su ma­má? Ocho años. En esa épo­ca to­dos de­cían que fue por una pe­ri­to­ni­tis. Ape­nas la lle­gué a co­no­cer, ten­go un re­cuer­do muy bo­rro­so de ella. Fue al­go muy du­ro pa­ra mí, pe­ro por suer­te en­con­tré a mis abue­los ma­ter­nos que me cria­ron con mu­cho amor.

58 ¿Hay ju­ga­do­res ma­la le­che en el fút­bol ac­tual? Siem­pre hu­bo al­gu­nos ma­la le­che, que les im­por­ta un ca­ra­jo el otro que es­tá vi­vien­do de es­to tam­bién. Es­to fue así en to­das las épo­cas, hoy y siem­pre.

59 El me­jor ju­ga­dor ar­gen­ti­no de la ac­tua­li­dad. Me gus­ta Ai­mar. Es cla­ri­to, to­ca bien, bus­ca, tie­ne gol.

60 Y el me­jor de los que jue­gan acá. D’A­les­san­dro y Ma­tías Del­ga­do, el de Cha­ca­ri­ta.

61 El me­jor del mun­do. Zi­da­ne.

62 ¿Por qué cree que Gron­do­na di­jo des­pués de la eli­mi­na­ción en el Mun­dial, que la Se­lec­ción ne­ce­si­ta­ba un téc­ni­co del per­fil de Pas­to­ri­za? No sé por qué lo di­jo, pe­ro a mí me lle­nó de or­gu­llo que lo ha­ya di­cho.

63 Lo que pa­sa es que el per­fil Biel­sa con el per­fil Pas­to­ri­za, mu­cho que ver… No tie­ne na­da que ver, ¿no? La ver­dad es que no tie­ne na­da que ver.

64 ¿El cam­peo­na­to que se le es­ca­pó con Bo­ca en el 89 lo per­die­ron por ga­lli­near? No es­tu­vi­mos aten­tos a un mon­tón de co­sas que su­ce­die­ron, so­bre to­do en Cór­do­ba, que fue don­de nos caí­mos. Te­nía­mos que ha­ber si­do más pre­ca­vi­dos, ju­ga­mos en la can­cha de Ins­ti­tu­to, fa­lló el ma­ne­jo de las co­sas. Lle­vá­ba­mos co­mo sie­te pun­tos y al fi­nal nos pa­só In­de­pen­dien­te. Pe­ro yo no lo sien­to co­mo un fra­ca­so, pa­ra na­da. Aga­rra­mos a un equi­po que es­ta­ba ca­si úl­ti­mo y en el tor­neo si­guien­te es­tu­vi­mos muy cer­ca de ser cam­peo­nes.

65 ¿Quién fue el que echó a co­rrer la ver­sión de que su me­jor tác­ti­ca era ha­cer asa­dos? Y... al­gu­no que te tie­ne bron­ca, vis­te, que se cree que con asa­dos sa­li­mos cam­peo­nes. Por eso re­pe­ti­mos tan­tos asa­dos…

66 ¿Cuál es la cla­ve pa­ra ha­cer un buen asa­do? La bue­na car­ne.

La cultura del asado la mamó desde muy joven. Con Julio Grondona, que lo compró a Racing.

67 ¿Al­gu­na vez hi­zo el asa­do o es un mi­to y siem­pre lo ha­cía otro? Yo ha­go asa­dos en fa­mi­lia, si es pa­ra 40 ti­pos me­jor que lo ha­gan los ti­pos que sa­ben. En ese ca­so, yo or­ga­ni­za­ba, in­vi­ta­ba…

68 ¿En El Sal­va­dor y Ve­ne­zue­la tam­bién im­pu­so los asa­dos o le cos­tó por­que eran otras cos­tum­bres? Noooo, tam­bién ha­bía asa­do… Allá, igual, hay buen pes­ca­do, y se pue­de ha­cer a la pa­rri­lla.

69 ¿No le mo­les­ta un po­qui­to que en to­das las no­tas le pre­gun­ten por los asa­dos? Pe­ro yo tam­bién sé que hay pe­rio­dis­tas que son bas­tan­te pe­lo­tu­dos, en­ton­ces ten­go que aguan­tar es­tas co­sas. A ver, pa­ra que lo en­tien­dan de una vez: el asa­do es una teo­ría, un con­cep­to, una ex­cu­sa pa­ra jun­tar­se y ar­mar los gru­pos hu­ma­nos.

70 ¿Los re­pre­sen­tan­tes son un mal ne­ce­sa­rio en el fút­bol? Yo siem­pre re­ne­gué de los re­pre­sen­tan­tes por­que qui­se que la pla­ta se la ga­na­ra to­da el ju­ga­dor, pe­ro aho­ra creo que es be­ne­fi­cio­so pa­ra evi­tar el des­gas­te. Es más: hoy, co­mo téc­ni­co, ten­go re­pre­sen­tan­te. Es un ami­go mío, Ho­ra­cio Ro­la.

71 ¿Cuá­les son las cla­ves de un buen en­tre­na­dor? Pri­me­ra­men­te de­be sa­ber for­mar el con­jun­to, o sea, sa­ber ele­gir. Des­pués, dar­le al gru­po una idea de que el con­jun­to es pri­mor­dial pa­ra to­dos y tra­tar de ser lo más equi­ta­ti­vo y jus­to po­si­ble.

72 ¿Cuán­tas ve­ces por se­ma­na iba al ca­si­no cuan­do ju­ga­ba en el Mó­na­co? Nin­gu­na, por­que los ac­cio­nis­tas, que tie­nen el 51% del Mó­na­co, no les per­mi­ten a los em­plea­dos ir al ca­si­no. Y es­tán to­dos iden­ti­fi­ca­dos. Por eso nos íba­mos siem­pre a otro la­do: a Can­nes, a Ni­za… Si allá el di­rec­tor del ca­si­no era el ca­po de la ba­rra, el sup­por­ter ma­yor. Na­da que ver con el Abue­lo, cla­ro, el ti­po era un ca­je­ti­lla.

73 ¿Cuán­do fue la pri­me­ra vez que es­cu­chó la can­ción “gra­cias, se­ñor Pas­to­ri­za…”? No re­cuer­do bien, cuan­do era téc­ni­co de In­de­pen­dien­te. Tam­po­co sé la le­tra com­ple­ta.

José Omar Pastoriza comenzó su carrera como director técnico en 1976 en Independiente donde tuvo 5 ciclos, el último fue en 2004, cuando falleció, mientras dirigía al club.

74 ¿Al­gu­na vez se aga­rró a trom­pa­das con un com­pa­ñe­ro? Se­gu­ro. Al­gu­na bron­ca siem­pre hay. Pe­ro no pien­so dar nom­bres. Eso sí: he co­bra­do mu­cho más de lo que he pe­ga­do en mi vi­da.

75 Y sien­do téc­ni­co, ¿al­gu­na vez se aga­rró a trom­pa­das con un ju­ga­dor? No, ¡có­mo me voy a aga­rrar co­mo un ju­ga­dor! Eso sí: ga­nas no me fal­ta­ron, pe­ro no se pue­de.

76 ¿Exis­te la teo­ría en el fút­bol? Cla­ro que exis­te, pe­ro des­pués cuan­do en la te­le te po­nen la bo­lu­dez ésa de los mu­ñe­qui­tos en el pi­za­rrón, ojo, por­que el ju­ga­dor es el que de­be te­ner la in­ven­ti­va de elu­dir al que se pa­ra ade­lan­te. Cuan­do se ha­bla de 4-3-3 o 3-5-2 creo que lo úni­co que aca­rrea es con­fu­sión. El fút­bol es mu­cho más sen­ci­llo de lo que quie­ren ha­cer creer.

77 ¿Cuán­to du­ran sus char­las téc­ni­cas? Quin­ce o diez mi­nu­tos, las doy en el ho­tel an­tes de ir a la can­cha. Re­pa­so un po­co las res­pues­tas que tie­ne que dar ca­da uno en su pues­to, al­go que se quie­ra re­for­zar y na­da más.

78 ¿Es cier­to que se fue de In­de­pen­dien­te en 1979 por­que le que­rían ar­mar el equi­po? Sí. El Bo­cha ha­bía fal­ta­do al en­tre­na­mien­to 4 días y ju­gá­ba­mos un par­ti­do de­ci­si­vo con­tra Fe­rro por el Na­cio­nal, el que per­día que­da­ba afue­ra del tor­neo. La cues­tión es que vi­no al ves­tua­rio Ju­lio Gron­do­na, que era el pre­si­den­te del club, y me tra­jo al Bo­cha de la ma­no pa­ra que lo pu­sie­ra en ese par­ti­do. Yo me opu­se a que ju­ga­ra. “Si te va mal, ya sa­bés”, me di­jo. Per­di­mos, ter­mi­nó el par­ti­do y me tu­ve que ir a la mier­da.

79 ¿Por qué sur­gió el apo­do de Pa­to? Sur­gió en el 66, cuan­do fui­mos al Mun­dial. Me lo pu­so Pu­che­ro Va­rac­ka por­que yo era fla­co y te­nía el cu­lo pa­ra afue­ra.

80 Los me­jo­res ju­ga­do­res ar­gen­ti­nos que vio en una can­cha. Hum­ber­to Ro­sa, Fe­de­ri­co Sac­chi, Bo­chi­ni y Ma­ra­do­na.

81 ¿Los pe­rio­dis­tas de­por­ti­vos sa­ben al­go de fút­bol? Muy po­qui­to, la ver­dad que los pe­rio­dis­tas de­por­ti­vos sa­ben muy po­co de fút­bol.

82 El me­jor ar­que­ro que vio. Lev Yas­hin. Lo en­fren­té con Ra­cing cuan­do él ju­ga­ba en el Es­tre­lla Ro­ja, un tor­neo que fui­mos a ju­gar a Ca­ra­cas. Me im­pre­sio­nó su pre­sen­cia y su per­so­na­li­dad.

83 ¿Cuál cree que es su ma­yor vir­tud co­mo DT? Tra­tar de ser lo más equi­ta­ti­vo y jus­to po­si­ble y ser to­le­ran­te en al­gu­nas co­sas.

El perfil inconfundible del Pato. Como técnico, Pastoriza ganó cinco campeonatos.Foto: Alejandro Chaskielberg.

84 ¿Con Ba­si­le si­gue pe­lea­do? No, ya es­tá, nos pe­lea­mos por unas de­cla­ra­cio­nes cuan­do él di­ri­gía a la Se­lec­ción, esas bo­lu­de­ces que sue­len pa­sar, pe­ro aho­ra con Ca­ru­cha es­ta­ba­mos bien.

85 ¿Quién cree que va a ser el pró­xi­mo pre­si­den­te de Ar­gen­ti­na? Un pe­ro­nis­ta: Car­los Reu­te­mann.

86 Van un par de nom­bres pa­ra que los de­fi­na: Car­los Bi­lar­do. Un ob­se­si­vo por co­sas que a mí no me gus­tan.

87 Me­not­ti. Un ti­po que le cam­bió la ca­ra al fút­bol ar­gen­ti­no.

88 Ju­lio Gron­do­na. El me­jor di­ri­gen­te del fút­bol ar­gen­ti­no que hay y que hu­bo.

89 Juan De Sté­fa­no. Po­né un sig­no de pre­gun­ta.

90 Ja­vier Cas­tri­lli. Un ti­po que que­ría ha­cer del re­fe­rí el me­jor ju­ga­dor de la can­cha.

91 Car­los Ma­nuel Mo­re­te. Se equi­vo­có. De­cía que yo le guar­da­ba ren­cor por­que fue car­ne­ro en la huel­ga del 71; na­da que ver. Ha­ce po­qui­to me vi­no a ver, por­que tie­ne un par de ju­ga­do­res, y me di­jo: “La ver­dad, Pa­to, me equi­vo­qué”. Un po­qui­to tar­de, pe­ro se dio cuen­ta.

92 Jo­sé Ba­rrit­ta, El Abue­lo. Un ti­po que en un prin­ci­pio se hi­zo due­ño de la ba­rra por­que le da­ba bron­ca que hu­bie­ra pun­gas en la tri­bu­na que les ro­ba­ran a los hin­chas. Sa­có la ca­ri­pe­la por los hin­chas sa­nos.

93 ¿Tu­vo mie­do de mo­rir­se cuan­do su­frió el in­far­to? No, no co­noz­co el mie­do to­da­vía, gra­cias a Dios. De vez en cuan­do me fu­mo al­gún ci­ga­rri­llo, pe­ro po­co, por­que mis hi­jos me ca­gan a pe­dos.

94 ¿Por qué fue in­vo­lu­cra­do en el te­ma de adul­te­ra­ción de naf­tas? Fi­ja­te en el sig­no de in­te­rro­ga­ción.

95 Lo peor que le pa­só en la cár­cel. Que no ha­ya da­do la ca­ra la gen­te que te­nía que dar la ca­ra. Me co­mí el ga­rrón más gran­de de mi vi­da, tu­ve que pa­sar Na­vi­dad y Año Nue­vo ahí. Brin­dá­ba­mos en­tre los pre­sos, en una de­pen­den­cia de Cór­do­ba. Es­tu­ve un mes aden­tro.

96 ¿Al­gu­no de los ju­ga­do­res ac­tua­les le pre­gun­tan co­sas del fút­bol de su épo­ca? Se­gu­ro, por­que la ma­yo­ría de los pa­dres de los ju­ga­do­res me vie­ron y en­ton­ces les con­ta­ron. Por ahí vie­nen y me di­cen: “Mi vie­jo me con­tó que vos eras co­jo­nu­do y te pe­lea­bas”.

 

Junto a Pavoni, dos glorias de Independiente.
 

97 ¿Qué ha­ría si se en­te­ra­ra de que en su equi­po hay un ho­mo­se­xual? Ja­más me pa­só, así que no sé có­mo reac­cio­na­ría. Me pa­re­ce que no po­dría exis­tir un ho­mo­se­xual en un ves­tua­rio, yo qué sé, el des­cha­ve lle­ga­ría en­se­gui­da, por lo rús­ti­co so­bre to­do. Es­te es un am­bien­te ce­rra­do.

98 ¿Cuál es el te­cho de Cha­ca­ri­ta en es­te tor­neo? Es­ta­mos cre­cien­do, uno nun­ca sa­be, yo ten­go mu­cha con­fian­za en es­te plan­tel por­que to­do se ha­ce en ba­se al gru­po. De­cir un pues­to es una ton­te­ra. Lo que ten­go cla­ro es que si man­te­ne­mos el plan­tel y su­ma­mos al­go que a uno le pue­de pa­re­cer in­te­re­san­te no es una lo­cu­ra ha­blar de “cam­peo­na­to” pa­ra el pró­xi­mo tor­neo.

99 ¿Por qué se se­pa­ró de Ra­món To­ri­bio Ador­no, su eter­no ayu­dan­te, en 1989? No me gus­ta re­vol­ver la mier­da por­que sa­le mu­cho olor. Só­lo di­go que ese se­ñor me de­frau­dó co­mo ti­po.

100 ¿En el fút­bol hay téc­ni­cos tra­ba­ja­do­res y téc­ni­cos va­gos? No exis­te esa di­vi­sión: hoy, el que no tra­ba­ja, no lo­gra na­da. Eso lo in­ven­ta­ron los pe­rio­dis­tas que es­ta­ban aco­mo­da­dos con unos téc­ni­cos y les te­nían bron­ca a otros, co­mo di­je an­tes.

 

Por Diego Borinsky (2002)

 


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