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1968. Rendo: todo talento

Por Redacción EG · 24 de octubre de 2019

Una nota dedicada a las características poco habituales en el fútbol argentino que tenía “Toscano” como volante. Un jugador con dinámica, inteligencia, lucha y adelantado a los momentos del partido.


Vamos a internarnos en un tema que preocupa cada vez más al fútbol argentino. Nos referimos a la media cancha, a esa zona donde según un sector técnico es fundamento de creación. Y según una opinión más "moderna", que cada vez conquista más adeptos, es plataforma de lanzamiento y de tránsito para desembocar en la maniobra netamente ofensiva.

Renato Cesarini pretende para sus esquemas volantes que vayan "vacíos" al ataque. A don Renato no le interesa la antigua vocación de "los dominadores" del medio campo. No le interesan los volantes que se estacionan, porque hacen "fulbito" y demoran el pasaje a la ofensiva. Y tampoco le interesan los que quieren la pelota pegada al pie para transitar largas distancias para concluir arriesgándola en la entrega corta o en la jugada individual, exponiendo a todo el equipo al riesgo del contraataque...

 

Alberto Rendo debutó en Huracán y pasó a San Lorenzo, donde salió Campeón en 1968.
 

Cuando "Cacho" Silveira se hizo cargo de la Dirección Técnica de Boca en su programa de compras incluyó a Murdoch, justamente porque el volante del Celtic es hombre con toque de primera, con una conformación mental y física aptas para el funcionamiento ofensivo que pretendía Silveira para el equipo.

¿Cuál fue el fundamento de Racing para llegar a su histórico suceso? Maschio. Maschio con su nutrición argentina pero con su adaptación a un fútbol que ya resolvió esos mismos problemas. ¿Cuál es la función y la responsabilidad idealizadas de un hombre de media cancha? Obstrucción, arranque, toque, paso a la ofensiva y regreso. Más el panorama de cancha, la capacidad de sorpresa y la facultad para crear circulación de pelota. Vamos a citar tal vez el último gran ejemplo que todos nosotros vimos en Buenos Aires cuando aquel gran Santos: Zito. El jugador brasileño disponía de toda esa riqueza. Por eso era goleador. Por eso conducía a su equipo desde su posición. Porque integrando una formación eminentemente ofensiva sabía cambiar el ritmo y sabía manejarlo y calibrarlo conforme a las necesidades de un funcionamiento ya definido en aquel Santos y en todas las formaciones internacionales brasileñas...

 

El talento no excluye la lucha. Y ahí está Rendo, corriendo, buscando la pelota, tratando de conseguir el instrumento para hacer funcionar su inteligencia.
 

Pero vayamos a nuestro medio. ¿Cuál es el hombre de media cancha iniciado en ese tipo de actividad? Nadie, o tal vez alguno excepcionalmente. Algunos de los más jóvenes, que se sintieron influidos por la convicción que se fue instalando en los últimos tiempos. Pero, en general, ¿cuál es la conformación del tipo común de volante? Como dice don Renato en su lunfarda y ocurrente definición: "tipos que se la mangan a los del fondo para después prestársela a los de adelante..." O en todo caso "corredores" que sólo aportan los fundamentos de su fatiga y de su sacrificio... ¿Y eso por qué? Porque eso está vinculado a la mentalidad, a una mentalidad que todavía no sufrió una revolución total en ese aspecto. Porque prosperan los medios jugadores y porque la media cancha se fue transformando a través del tiempo en el refugio de los más hábiles, o en todo caso de los más cómodos, o de los más sedentarios... Por eso nuestro gran problema que ahora tanto preocupa a los técnicos que, como en el caso de Silveira en Boca o de Renato en River, están o estuvieron a cargo de equipos obligados a ser ofensivos... De la misma manera que el problema adquiere otra fisonomía cuando otro técnico en equipos de menores pretensiones o conforme a las exigencias que impone la jerarquía del rival exige que ese mismo volante "la ponga en el piso", la aquiete, calme, enfríe, serene y congele para especular con un resultado...

Aquí solo es Rendo...

¿Quién tiene toda esa maleabilidad en nuestro  medio? ¿Quién dispone de todos los recursos para intentar todos esos objetivos? RENDO. No es el volante ideal a que nos referíamos, no es Zito, no es "Bocha" en su plenitud, pero en la mentalidad y en el panorama de los volantes argentinos es quien más se aproxima a ese tope... Porque al margen de su habilidad, de su manejo, de su claridad, dispone de talento. A tal punto que a favor de esa riqueza, aun a despecho de su condición de "chiquito", don Renato lo incluye en la selección, contrariando sus propias prédicas... "Los chiquitos a la raya", dice Cesarini, pero Rendo va a adentro, Rendo va para toda la cancha, porque sabe correrla, porque sabe administrarse, porque ve el partido, porque piensa adelantándose a una jugada. Por él y por los compañeros... Rendo juega en Huracán, en aquel Huracán aún en plena formación técnica y conceptual y se acomoda "a la corta y al pie". Y llega al "fulbito" porque esa fue su cuna, porque fue su primera nutrición.

 

Dos hombres que explican el poder ofensivo de San Lorenzo: “Toscano” administrando desde mitad de cancha, Fischer arriba gravitando con la fuerza de su fútbol.
 

¿Esto es fútbol? Y como era lo que hacían todos también se asocié a lo mismo. Que por otra parte, para sus condiciones físicas era lo que más le convenía... Pero es el talento de su instinto el que va provocando su evolución. A medida que pasa el tiempo Rendo ve mejor el fútbol. Lo comprende cada vez más en todos los alcances. Le va extrayendo el sentido de utilidad. Con los mismos principios de su adolescencia, pero con la madurez de su primera juventud... Además Rendo es "chiquito" pero es fuerte. Y además de físicamente fuerte, espiritualmente dotado... No claudica, no se entrega, no se ablanda, no baja los brazos... ¿Cuál es el principal reproche que se le formula? Que no va al ataque. Que no se traslada al ataque. Que no ocupa posiciones ofensivas... Pero, aun admitiendo esos argumentos, aun sucumbiendo ante la realidad de la estadística goleadora, donde Rendo se registra muy de tanto en tanto, sostenemos que su fútbol es ofensivo. Porque tiene talento creador. Porque crea constantemente. Porque acelera mentalmente, capitalizando su cerebro una jugada a cuenta de las que se suceden... Y porque principalmente es conductor. ¿Quién le puede negar esa condición? ¿Cuál fue su importancia en la Copa de las Naciones? Total. ¿Cuál fue la orden del banco? ¿Congelar? Y fue la empresa refrigeradora más glacial del mundo. ¿Qué se le encomendó frente a Inglaterra? Robarle velocidad al partido. Y se quedó con todos los cronómetros en la mente... ¿Fabricar el contraataque? Y metió el pelotazo cuando lo aconsejaba la sorpresa. Y la tocó de primera cuando encontró el vacío. Y la tocó al pie cuando no lo encontró. ¿Fue necesario marcar? Y marcó como un defensor, como un defensor que sabe tener además la pelota y que sabe jugarla para ganar y para defender...

 

Seis piezas claves del histórico San Lorenzo de 1968, el primer campeón invicto del fútbol argentino. Desde la izquierda: Rendo, Tojo, Veglio, Pedro González, Fischer y Cocco.
 

¿QUE OCURRE EN SAN LORENZO? Que surge "electo" conductor por propia gravitación. Porque es el argumento de arranque y de llegada. Porque promueve toda la circulación del equipo. Porque destapa a los compañeros. Porque está siempre destapado. Porque defiende. Porque marca. Y además es capaz de mandarse un pique de treinta metros para tomar una marca que fue abandonada o superada. Porque tranquiliza. Porque serena. Y porque le pega bien a la pelota aunque no sienta la irresistible atracción de esos tres palos, tal vez porque no entraron en su primera nutrición... Pero, ¿qué importancia le corresponde a "Toscano" en esa producción goleadora de San Lorenzo? Tanta como a los que convierten, tanta como a los que llegan a la red... Rendo no encaja en ese slogan burlón de don Renato. "No manga a los del fondo para prestársela a los de adelante." La consigue por su propio esfuerzo, se destapa para que lo habiliten, dando el desahogo a los que lo piden, pero después va a buscar la ofensiva. Va a crear la gestión porque la tiene elaborada... Y ya hay vigencia. Hay larga vigencia a pesar de esos jóvenes 27 años... Rendo no alcanza la jerarquía del "Bocha" de antes, ni de Zito en su gran etapa. No pica vacío para definir, no llega al remate con potencia, no es goleador. Pero tiene la maleabilidad para adaptarse a lo que le pidan... ¿Hay que ir al ataque? Vamos. ¿Hay que ponerla en el piso? La ponemos. ¿Hay que enfriar? Enfriamos. Todo está en su talento. En su gran talento. Eso que obligó a Cesarini a seleccionarlo a pesar de su condición de "chiquito"...

 


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