La dupla argentina que represento al país en remo doble par en los Juegos Olímpicos de Helsinski 1952 estuvo integrada por un remero experimentado Tranquilo Capozzo y una joven promesa diez años menor, Eduardo Guerrero. Solo se juntaron para este evento y habían conformado pareja en apenas un puñado de regatas unos meses antes, entre ellas el sudamericano de Chile donde salieron primeros.
El eterno viaje en avión de Buenos Aires a Helsinki le provoca a ambos atletas derrames en las piernas y, peor aún, el bote con el que pensaban remar llegó a Finlandia seriamente dañado. La pareja despareja argentina repara el bote artesanalmente de apuro y gana las series, la semifinal y la final consiguiendo, hasta hoy, la única medalla de oro de la historia del remo nacional.
Desde aquella medalla dorada de 1952, Argentina no volvió a ganar un Oro hasta que la Generación Dorada y el fútbol lo lograron en Atenas 2004