Lucas Ocampos pasó de la alegría a la frustración en pocos minutos. A los 62' saltó al terreno de juego del Camp Nou en lugar de Oliver Torres, dejando atrás una dura lesión y buscando el gol que le dé la tranquilidad a Sevilla, que perdía por la mínima.
Y diez minutos más tarde, el atacante de la Selección Argentina fabricó un penal, enredándose con Oscar Mingueza, que el árbitro José Sánchez consideró falta. Obviamente, él mismo se encargó de ejecutarlo, ya que había convertido los diez disparos anteriores con esa camiseta y en esa situación.