El básquetbol argentino tiene otro motivo de orgullo y se lo debe a Andrés Nocioni y Facundo Campazzo, integrantes de los dos extremos generacionales de la Selección que sellaron una temporada memorable al conquistar la Euroliga con el Real Madrid.

Lo del Chapu fue sencillamente descomunal. A los 35 años, fue el MVP (jugador más valioso) del partido decisivo ante el Olympiacos griego, con una planilla de 12 puntos, 7 rebotes y 2 asistencias, además de dos tapones magistrales. “El Madrid me ha rejuvenecido”, sentenció el santafecino, que, en medio de las celebraciones del vestuario, se dio un piquito con Campazzo y luego, en soledad, sin la compañía del resto del plantel, cumplió con el rito triunfal de darse un baño en la fuente de Cibeles, tradicional sitio de la geografía madrileña donde el Real celebra todas sus conquistas.

Ambos argentinos ficharon para los merengues luego del Mundial. Y Chapu, desde ese primer día, dijo que llegaba para obtener la Euroliga. Y lo repitió mil veces hasta que cumplió el objetivo.

Esta primavera deportiva de Nocioni también redundó en un sedimento positivo para la Selección, que volverá a contar con su aporte en el Preolímpico que se jugará en Monterrey, México, entre el 25 de agosto y el 6 de septiembre.

“Ya le dije a Sergio (Hernández) que estaba disponible, que no había renunciado ni me había retirado de la Selección. Si estoy bien físicamente, cosa que probablemente ocurra, trataré de ayudar. Desde un rol diferente, tal vez no tan protagónico como en otros tiempos, pero con la finalidad de ayudar”, contó Nocioni, para quien esta Euroliga significó su primer título europeo. Y sin perder de vista un par de detalles: debutó en una Final Four y fue el jugador más veterano entre quienes la protagonizaron.

La felicidad de Chapu y Facu quedó explícita en la producción fotográfica que realizaron para el diario As. Una felicidad que celebra y comparte todo el básquetbol argentino. 

Nota publicada en la edición de junio de 2015 de El Gráfico