La sonrisa de Marcelo Gallardo escapaba del tapabocas, todo lo que había pergeñado y mas luego pedido, se había hecho realidad.
El nuevo césped mixto es un billar, a la medida de lo que su equipo precisa. El entrenador es obsesivo con el campo de juego, en su estadía en el Libertadores de América, se ocupó de felicitar a los encargados de cuidar el verde césped.
El plantel estuvo peloteando a los arqueros un rato y Gallardo no quiso perderse el momento, probando un par de tiros.
Los sueños se cumplen, habrá que ver qué nueva idea tiene el entrenador en la cabeza, para desafiar al futuro.