“Guillermo es un técnico suicida. Le gusta el fútbol ofensivo y uno, como defensor, quiere resguardar su arco. Pero él sabe que es necesario mantener un equilibrio”, reconoció Oswaldo Vizcarrondo -zaguero venezolano de categoría- en la edición de El Gráfico de noviembre de 2012, mientras era dirigido por el Mellizo en Lanús.
Al Mellizo se lo vio feliz al asumir como entrenador de Boca.
A Barros Schelotto le encanta que su equipo sea corto, dinámico y agresivo; que ataque de afuera para adentro, con extremos que rompan por las bandas; que aproveche los espacios vacíos para sorprender; que aglutine volantes de buen pie más un 5 de corte, de recuperación; que, como Vizcarrondo decía, los defensores jueguen adelantados, sin miedo al mano a mano, a quedar expuestos por retroceder mal.
Guillermo no se casa con ningún dibujo táctico, aunque el 4-3-3 lo dispuso bastante. ¿Será el esquema con el que saldrá hoy, en su debut en la Bombonera? Difícil, de acuerdo a que solo hizo una practica con el equipo. Complicado, según sus dichos en la presentación como entrenador de Boca: “No hay tiempo de trabajo para desarrollar la idea y jugar como uno quiere. Tenemos que hacer un buen partido contra Racing. Después, veremos la forma que le vamos a dar”.
Sin embargo, la respuesta puede resultar sencilla al evaluar tres ejes: las características de los jugadores xeneizes citados, la filosofía que el entrenador y su cuerpo técnico pregonan, y la necesidad por concretar la primera victoria en la Copa Libertadores y por iniciar el ciclo con un triunfo.
Guillermo, metido en la única práctica que dirigió en la Bombonera.
Entonces, Guillermo, ¿qué va a hacer hoy, a partir de las 19.30, frente a Racing? ¿No tocará el esquema que Rodolfo Arruabarrena venía utilizando, un flexible 4-4-2, o pondrá un 4-3-1-2, con Lodeiro suelto, más Tevez y Chávez? ¿O, en definitiva, impondrá su impronta en un pestañeo?
“Hay que contener las emociones para que salgan las ideas”, había concluido ayer, el miércoles 2 de marzo, en su primer contacto con la prensa como técnico de Boca. Ahí, tal vez, esté la clave. Porque las ideas van a surgir y, en ese revoleo, quizá prevalezca una: la rebeldía.
[Fotos: prensa Boca Juniors.]