1975. San Telmo asciende

Y MONSERRAT SE DESPERTÓ CANTANDO

Por rara paradoja del destino fue un negro quien privo a San Telmo de la posibilidad del ascenso en 1926. Jugaba San Telmo la segunda de las tres finales contra Honor y Patria de Bernal. Cuando sólo faltaba un minuto, con el score empatado en cero, Canada, insider Izquierdo azulceleste, quedó frente al arquero, lo eludió y tiro... Pero inesperadamente, Aragón, un moreno defensor de los de Bernal, se arrojó en palomita y con un cabezazo logró desviar la pelota. El partido terminó empatado y hubo que jugar el bueno, que culminó con la victoria de Honor y Patria por dos a uno. Era la segunda vez consecutiva que San Telmo perdía el ascenso...

Pasaron casi cincuenta años... en los que el club hasta estuvo "muerto" durante nueve años, cuando dejó el fútbol activo y vegetó a duras penas. La lucha por reconquistar posiciones fue terrible e increíble... Por eso no resulta extraño ver tantas cabezas blancas, entre las vinchas de los pibes, dando una frenética vuelta olímpica que se alarga hasta parecer interminable… Como pueden, los hombres de San Telmo penetran en el túnel, mientras la emoción sigue y el júbilo aumenta...

 Los rostros maduros, las caras jóvenes, los abrazos, las risas, los gritos… Toda la música que irradian los parches que retumban y retumban. De pronto el silencio y la voz del director técnico, Eduardo Janin: "Bueno muchachos, ahora la zamba..." Y todo el vestuario entona desafinadamente: "Que aunque esté muy alta /yo sé que un día / la he de alcanzar..." Es una costumbre que impuso el señor Albino Bemposta, actual presidente del club, después del primer encuentro del campeonato. Y durante toda la campaña la costumbre continuo hasta convertirse en un símbolo del equipo. Porque San Telmo alcanzó su estrella...

 "A luca la vincha, a dos la bandera". La avenida Alcorta preanuncia con la presencia de los vendedores que aquí habrá una fiesta. Y la tarde se cubre de azulceleste. Las banderitas que se agitan y se agitan marcan en cada uno de sus zigzags la alegría de una hinchada, la de San Telmo. La fiesta comienza. Sale San Telmo y Rilo dirige a sus compañeros hasta muy cerca del alambrado para agradecer el apoyo masivo.

Y, al igual que el sábado anterior contra, Lanús, cuando San Telmo casi ganó el ascenso, Coronel se adueña del trámite. Astuto, inteligente, dotado de gran ingenio para transitar el medio campo, para cambiar de ritmo en el momento oportuno. Recepciona, frena, distribuye, organiza, piensa. Y esta vez, está solo. Porque Camejo continúa fiel a su misión exclusivamente defensiva, que decididamente no siente por temperamento (por naturaleza es ofensivo), pero que ejecuta con la precisión de un reloj y porque también bajó Rilo. Esa soledad brinda a Coronel más espacio para moverse y a la vez más libertad para el intento de la aventura en la reiteración de la gambeta.

DESTAPEN LAS BOTELLAS...

La jugada nace en el ímpetu de “Milpulmones" Camejo, luchando una pelota sobre el lateral derecho calamar. Outbol. Saca Sarmiento para Lichene, dentro del área, barra que y gambeta corta para eludir a dos rivales. Luego del segundo esquive queda con buen ángulo para el remate, que sale duro y potente. . Las manos de De Virgilio pierden la pelota. Rilo recibe el rebote y con un cabezazo marca el primer gol.

Después todo se reduce "a esperar", y para esperar nada mejor que los saques de Saravi hacia el infinito y la seguridad de Wenner. Para esperar, también sirven los contraataques de Lichene y Ramírez, además de la retención de Coronel. Cada contraataque encuentra a Mastromauro jugado en ofensiva, a Juárez solitario, a De Virgilio con suerte en cada salida...

La tranquilidad absoluta llega a los 72 minutos. Palacios a Pisapia, toque del rubio para Coronel. Sensacional derroche de habilidad del volante, que en carrera mete un caño a Collodel y se abre hacia la derecha. Centro corto para la entrada de Lichene, que acompañaba a su izquierda. Solo frente al arco, Lichene no tuvo problemas para concretar. Ya está. San Telmo es campeón ¿O segundo? (Aunque segundo ya había salido...) Tampoco importa. Lo fundamental es que San Temo ganó y asciende. La larga espera había concluido.

Después, el final. El show del desenfreno y la alegría. La invasión de los hinchas. Los ídolos que recorren la vuelta campeona en andas. Las camisetas que cambian de dueño. Mientras allá arriba las banderitas siguen flameando...

 Luego, el festejo por las calles del barrio, ahí donde se juntan Barracas, Constitución y Montserrat. En la vieja sede de la calle Perú, donde el abuelo emocionado recordaba con nostalgia a aquel defensor moreno, que los privó de una fiesta parecida en 1926

DANIEL GARZON,  Fotos: PREGO y MAFFUCHE