Las Fotos de El Gráfico

Los músicos locos por el fútbol

Formación de equipo: en el arco Charly García, en la defensa Elton John, con la 10 el Flaco Spinetta, de 11 Robert Plant, de Led Zeppelin, y como jugador de toda la cancha Bob Marley.

Por Redacción EG ·

23 de septiembre de 2017
El fútbol y la música están unidos por lazos inquebrantables. Aquí compartimos algunas entrañables fotos de unos tipos que hicieron más feliz nuestra vida con su música y que gozaban con la número 5:

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Elton John, en la foto con George Best, fue presidente de un humilde equipo de la 4ta inglesa del que era hincha de chiquito, el Watford. Con su dirección el equipo llego por primera vez a la máxima categoría, ¡y salió subcampeón!

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Si hay una música universal en el mundo es, sin dudas, el reggae y el más famoso de sus intérpretes es Bob Marley. El jamaiquino amaba con pasión jugar al fútbol y lo hacía cada vez que podía. En un partido en 1977 le destrozaron un dedo del pie, a pesar de que recomendaron amputárselo Marley se negó y esa lesión derivó en un cáncer que lo mato cuatro años más tarde. Según dicen lo enterraron junto a una guitarra, una planta de marihuana y una pelota de fútbol.

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El legendario Luis Alberto Spinetta, famoso hincha de River, contaba en una nota publicada en El Gráfico su relación con el fútbol: “En esa época me encantaba el Monito Zárate y también Carrizo. Amadeo, Tarzán, ¡qué arquero bárbaro! Claro que cuando era chico no entendía mucho el juego. Creía que todos los equipos jugaban a la vez en una misma cancha… pavadas de pibe, qué sé yo. Pero cuando crecí, mi gran ídolo fue Norberto Alonso. Grandioso el Beto, uno de los mejores diez que pisó el mundo. Con Pelé y Maradona ahí…”

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Suponemos que Robert Plant, la legendaria voz de Led Zeppelin, tenía todas las condiciones para ser un buen wing. En la foto se lo ve esperando el balón pero se olvido un pequeño detalle en la vestimenta. ¡Antidoping ya!

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Y cerramos con una deliciosa imagen de Charly García que lo emparenta indirectamente con esta nota. No nos consta que haya jugado un sola vez en su vida, por eso lo dejamos en el arco.