La Selección

La Selección de Sampaoli: equipo en formación (que no es poco)

Apuntes del primer partido oficial de la era Sampaoli. Victoria 1-0 contra Brasil con luces y sombras propias de una plataforma de ensayo. Por Martín Mazur.

Por Martín Mazur ·

09 de junio de 2017
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Pasó el primer partido de Jorge Sampaoli como DT de la Selección Argentina. Y dejó dos tiempos de 45 minutos en los que se pudieron hacer (y escuchar, especialmente escuchar) análisis de los más variados y de todo tipo: desde la defensa a ultranza y casi ciega hasta el tremendismo absoluto. La Selección venció 1-0 a Brasil en Melbourne (primera derrota de Tite en 9 partidos, 9 victorias y una revolución futbolística) gracias al gol de Mercado y con gran aporte de los postes: pudo haber sido gol de Di María en el primer tiempo, debió haber sido gol de Gabriel Jesús o de Willian en el segundo. 

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Es bueno que el técnico argentino se tope rápidamente con el clima de fragmentación (mediática y de los hinchas) que rodea a la Selección, en un momento de presión extrema como serán las Eliminatorias. Y es bueno que se haya animado a hacer ciertos experimentos, aun a costo de que le hubieran salido mal. Si bien es verdad que a los rivales no se los elige, una cosa sería probar varios sistemas frente a Singapur, otra es hacer equilibrismo sin red ante uno de los equipos más en forma del escenario mundial. Al que le faltaban varios titulares, se remarca. 

Pero el ensayo sí permite establecer un primer patrón respecto de lo que pasó y proyectar lo que puede pasar. Veamos:

-Se confirmó la sensación de renovación. Ver a José Luis Gómez entre los titulares y haber terminado el partido con Mammana, Joaquín Correa, Guido Rodríguez, Tagliafico y Acuña en la cancha es una muestra clara de proyección y también un mensaje interno contra la sensación de grupo cerrado. Positivo. 

-Con sólo cuatro prácticas de fútbol, hubo aristas positivas en el primer tiempo en cuanto a dinámica y pressing. El equipo intentó plantarse con autoridad y jugar a otra cosa. Ni mejor ni peor, distinta, producto de una idea inculcada por el entrenador. Por momentos salió bien, por otros momentos, no salió. No hay que ser drásticos en el análisis, sí tomar nota de lo que puede venir. 

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-Ver a la Selección presionar tan arriba y tener la obligación de defender con tanto espacio atrás es un hecho que probablemente no se veía desde la época de Marcelo Bielsa como entrenador. Pekerman plantó el equipo 20 metros más atrás y le dio más recorrido a la pelota; lo mismo -con pequeñas variaciones- a lo que apostaron Basile, Maradona y Batista; Sabella prefirió menos elaboración a cambio de más explosividad, estilo que Martino se encargó de intentar cambiar, sin éxito, quedando para Bauza un insulso período de retracción sin lustre. De todos los últimos técnicos, y sin contar los experimentos en la altura de La Paz, sólo Sabella se animó a tocar el esquema defensivo, como fue el 5-3-2 sin éxito en el primer tiempo contra Bosnia en el Mundial de Brasil. El resto de las discusiones tácticas desde Bielsa han sido exclusivamente sobre si jugar con dos, tres o cuatro delanteros (para los momentos en que Di María fue considerado como tal) y si tener o no tener un enganche clásico (discusión eyectada por carencia de intérpretes desde la renuncia de Riquelme al ciclo de Maradona). Los tres defensores de Sampaoli son toda una novedad. Y si se confirma lo que hizo en Chile, dentro de un tiempo no lo serán tanto.

-La cantidad de esquemas que maneja el entrenador y que admite que pueden variar durante un partido, es inversamente proporcional al tiempo de trabajo con el que prefirió ponerlos en práctica. El segundo tiempo fue pura confusión, y la confusión es lógica ante una etapa que no apuesta a la continuidad de la medianía, sino a romperla y empezar algo nuevo. Revolución es una palabra que se usa muy fácil pero que sólo será contrastada con el tiempo. Hay tanto apuro por hablar de la revolución Sampaoli como por hablar de la etiqueta del desastre. Es natural que los jugadores, especialmente después de la gran cantidad de cambios en el segundo tiempo, hayan estado pensando más en recorridos, marcas y posibles cortinas que en tomar el control del partido a partir de la pelota. Queda claro que cambiar tanto sin tener la lección aprendida no favorece la estabilidad y es un hecho del que Sampaoli seguramente tomará nota pensando en las Eliminatorias. 

Imagen Con gol de Mercado, la Selección le sacó el invicto al Brasil de Tite (AP y Reuters)
Con gol de Mercado, la Selección le sacó el invicto al Brasil de Tite (AP y Reuters)
-La gran expectativa era ver a la conexión Dybala-Messi, pero tal sociedad fue sólo de hecho, no hubo verdaderamente un diálogo futbolístico entre Leo y Paulo, más allá de un hermoso cambio de frente del crack de Barcelona al de la Juventus. Sí, en cambio, fue saludable ver que cuando Messi hacía una pausa en el primer tiempo, rápidamente le aparecían variantes por delante de la línea de la pelota por ambos costados. Con dinámica y opciones de pase, será fácil que los espacios aparezcan.

-El experimento de jugar sin Higuain en el segundo tiempo y de reunir jugadores con características similares no dio sus frutos. Si la idea de Sampaoli fue dejar sin referencia de área a los centrales brasileños, también logró que la Argentina quedara desordenada y Messi, más arriba y aislado, con recuerdos no agradables. En ataque no aprobó con un centrodelantero clásico pero tampoco aprobó sin él. Es un tema a revisar y a trabajar en profundidad. 

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-Cuando esté recuperado, Funes Mori será un jugador fundamental para el juego de anticipo que pretende Sampaoli. A Maidana (con toda lógica) le costó acomodarse con tanto campo abierto, y desde que Brasil entendió que la clave era la descarga rápida para hacer salir a los centrales y tener proyecciones en velocidad por los costados, el equipo argentino sufrió. 

-La dupla Banega-Biglia debe definirse a qué velocidad juega. Si se apuesta por la gestación más pausada, entonces buena parte del equipo deberá bajar un cambio. Daría la impresión de que, en cambio, lo que correspondería sería que los dos volantes por adentro descarguen lo más rápido posible y se muevan más sin la pelota que con ella, como pasó hoy. 

Algunos apuntes, sin ser catastróficos ni excesivamente positivos. Apuntes que quedarán de lado si se repite trámite y resultado contra Uruguay. La primera asignatura será salir de la emergencia; para la revolución habrá un poco más de tiempo.