Fútbol Internacional

La increíble historia de Pione Sisto, el refugiado que se hizo verdugo del Manchester United

El delantero del Midjtylland le convirtió el gol del empate a Chiquito Romero, por la Europa League. Nació en Sudán del Sur, se crió en Dinamarca y se enorgullece de sus raíces... tanto que hizo un ritual indígena el día que lo convocaron a la selección.

Por Martín Mazur ·

18 de febrero de 2016
Imagen
Pione Sisto es mediapunta y sueña con jugar al lado de Messi. El Barcelona, como otros grandes de Europa, ya lo sigue. Le costó menos aparecer en las carpetas de los grandes clubes europeos que obtener la ciudadanía danesa. Se la dieron recién el año pasado. Como no podía ser de otra forma, fue el fútbol el que le sirvió para avanzar rápidamente con el papelerío que le había llevado toda su vida. Sisto nació en Uganda el 4 de febrero de 1995. Sus padres, del Sud Sudán, huyeron de la guerra civil que azotaba al país cuando él tenía apenas seis meses de edad. Sus hermanos –6 en total– también emprendieron el viaje como refugiados. Sisto se crió en Dinamarca y su talento rápidamente llamó la atención en el club de su ciudad, el FC Midtjylland.

Imagen
La ciudadanía le llegó cuando la selección mayor ya se había interesado por él y la liga danesa ya lo había elegido jugador del año. El día que finalmente lo convocaron, sus padres se aparecieron en la conferencia de prensa entalcados e hicieron un ritual de buena suerte frente a los atónitos periodistas. El propio Sisto terminó sacándose la remera y dejándose untar con ese engrudo.

Ritual de los padres de Sisto


El ritual, si bien pudo haberlo avergonzado, le sirvió. En la Euro Sub 21 que se disputó en República Checa, entró en el primer partido contra República Checa, en lugar de Viktor Fischer –estrella del Ajax que no brilló– y a los pocos minutos convirtió el gol del triunfo. “Me siento danés, hablo en danés, pero me costó mucho que me reconozcan como tal. El fútbol me dio felicidad en momentos en los que la situación era muy difícil”, dice Sisto, 1,71 de pura fibra, puntos de contacto con Christian Eriksen y un futuro brillante por delante.

Contra el Manchester United, por la Europa League, le convirtió el gol del empate a Sergio Romero (su equipo terminó ganando 2-1): capturó una pelota que quedó picando y le dio fuerte al palo del arquero, que no llegó. Tuvo suerte, por un rebote en un defensor. Pero hablar de suerte por un rebote, en la historia de un refugiado que sobrevivió al viaje y a la guerra, es algo impropio. 

Imagen
“Me gustaría jugar en el Barcelona al lado de Messi. Creo que lo está haciendo bastante bien”, se anima a bromear. El Barcelona lo sigue, pero el que picó en punta para contratarlo es un gran descubridor de talentos: Arsene Wenger y su Arsenal. 

Mientras tanto, el hombre que estará en los Juegos Olímpicos (en parte gracias a aquel gol contra los checos) sigue creciendo en el Midjtylland. Son épocas de refugiados. En Dinamarca, que fortaleció sus fronteras para impedir la llegada del flujo de inmigrantes, se acaba de aprobar una ley que permite quitarle pertenencias a los que ingresen con ellas. Se publicaron avisos en diarios turcos y sirios que pregonan que Dinamarca NO es la tierra prometida. Pero la historia de Sisto no deja de ser inspiradora para muchos que ya sueñan con imitarlo. Aunque para ser aceptados, quizás tengan que convertirse en estrellas de fútbol 

 

Martín Mazur
@martinmazur