Fútbol Internacional

¿Es Mourinho un rompe equipos?

Su Chelsea no logra despegar y está más cerca de la zona de descenso que de la punta de la Premier League. En el peor momento en la carrera del portugués, varios, empezando por Fabio Capello, lo acusan de exprimir a sus jugadores hasta que no sirvan más, una crítica que normalmente llegaba cuando él ya se había ido.

Por Martín Mazur ·

06 de octubre de 2015
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A lo largo de los últimos 12 años, el curriculum de José Mourinho habla mucho más fuerte que él. El técnico portugués se cansó de ganar y logró títulos en Porto, Chelsea, Inter, Real Madrid y nuevamente Chelsea. Levantó dos veces la Champions League con equipos distintos. La cantidad de distinciones individuales que cosechó es abrumadora [1]. La cantidad de polémicas, también. Su perfil alto siempre fue funcional a esa búsqueda voraz de resultados y contribuyó a la liberación de presiones para sus planteles.

Pero cuando los títulos ya estaban registrados en su palmarés, cuando las vitrinas de clubes poco ganadores a nivel internacional, como el Porto o el Inter, exultaban con trofeos flamantes, Mourinho desaparecía como un mago y sus ex equipos se caían de manera estrepitosa. No eran sólo malos resultados, sino plagas de lesiones, jugadores fuera de forma, fantasmas de lo que habían sabido ser hacía apenas unos meses. ¿Es Mourinho un rompe equipos? ¿Construye y exige al borde de la sobrecarga y sabe huir cuando el motor se fundió? ¿Se someten sus futbolistas a un proceso que saca lo mejor de ellos, pero a su vez provoca un daño irreversible en el mediano plazo? El análisis recién se hacía una vez que Mou ya no estaba, cuando el derrumbe (hubiera sido controlado o no), ya era inminente. A cada período de Mourinho al frente que terminara con una gran victoria, siguió otro de tierra arrasada, en el que nada bueno podía cosecharse [2].

Podría decirse que una de las virtudes del portugués ha sido la de abandonar el barco antes de que se hunda con él como capitán, por complacencia y relax luego de conseguir un logro importante. Podría esgrimirse, también, que si los equipos de Mourinho se cayeron fue por el bajón inmediato que se produce en planteles que estaban muy apegados a él y a sus métodos. De un modo u otro, siempre permanecía su espectro ganador, la sensación de que nadie que lo reemplazara iba a poder estar a su altura [2]. Y cualquiera de los hinchas hubiera firmado por anticipado cualquier derrumbe futuro por vivir esos 18 meses de pasiones intensas, con sus equipos transformados en el centro del mundo futbolístico, con su técnico festejándole un triunfo en la cara a Sir Alex Ferguson en Old Trafford (con Porto) o a Guardiola en el Camp Nou (con Inter), o desactivando el mejor momento de la historia del Barcelona con una Liga con récord de puntos (con Real Madrid).

El actual momento del Chelsea (16to en la tabla, 2-2-4, 8 puntos en 8 partidos, más derrota en la Community Shield y contra el Porto, por Champions) generó una novedad: el debate sobre si Mourinho es un rompe equipos se hace mientras él está en el banco. Después de ganar la Premier League 2014/2015, este comienzo lo dejó contra las cuerdas como nunca antes en su carrera. "Mourinho es un quema equipos. Rompe a sus jugadores después de un año y medio con él", declaró ayer el italiano Fabio Capello. Son muchos los que, a lo largo de estos 13 años, venían agazapados esperando el momento en que Mou y su cresta virtuosa, muerdan el polvo aunque sea por un ratito. Ahora que está en el piso, será el momento de todos ellos para desquitarse. ¿Pateando al caído? Si fuera un deporte, en ese rubro Mourinho habría cosechado más títulos que en el fútbol. Ahora le toca recibir algunos golpes a él.

No se sabe, es cierto, si la paciencia de Roman Abramovich lo sostendrá mucho tiempo más. Los últimos reportes de los tabloides (con pinzas se toman, para no mancharse las manos) hablan de un fondo de 30 millones de libras reservado en el caso de que el Chelsea decida echar a Mourinho. Sería, tal como dijo él mismo, "echar al mejor técnico que ha tenido el club". Y si bien el dato es cierto a nivel local (ganó 3 de las 5 ligas de los Blues), Carlo Ancelotti ganó el doblete con FA Cup (Mou no pudo) y hay varios técnicos que se anotan con más importancia que Mou a nivel internacional: Roberto Di Matteo ganó la Champions League 2011/2012 como interino; Rafa Benítez, la Europa League 2012/13; y Gianluca Vialli ganó la Recopa y Supercopa europea en 1998. Más picazón le debe generar el dato de que Avram Grant llegara a la final de la Champions (perdió por penales) luego del alejamiento de Mou "de común acuerdo". Mourinho logró ganar dos Champions con clubes sin obligaciones (Porto e Inter), pero no logró pasar de las semifinales con los que se la pedían impacientemente (y más fácil la tenían) como Chelsea y Real Madrid.

Por ahora, el Chelsea emitió un comunicado de apoyo al entrenador, que cada día parece menos especial y tan mortal como cualquier otro. No es ninguna novedad ni ningún descubrimiento: sin el escudo de los resultados, Mourinho sólo supo dejar tierra arrasada, polémicas insensatas, agresiones gratuitas, crispación y vestuarios rotos. Grandes victorias, sí, pero de fútbol, de juego, de estilo, cero. Sin esas grandes victorias, Mourinho es la nada. La nada misma.  

Martín Mazur
@martinmazur

[1] Este año, poco después de que se consagrara nuevamente campeón en la Premier League, le llegaron también cuatro certificados del Libro Guinness de los Récords: mejor campaña de un equipo campeón en Inglaterra (95 puntos) con menor cantidad de goles en contra (15); más cantidad de partidos invicto de local en la Premiership (77) y técnico más joven en dirigir 100 partidos de Champions League (49 años y 12 días).

[2] En su última temporada en el Real Madrid, vivió su propia transición y perdió en todos los frentes: Liga, Copa del Rey y Champions League. Su inmediato sucesor, Carlo Ancelotti, terminó siendo campeón de Europa.