De la A a la Z

Isco, de la A a la Z

Es el futbolista español con mayor futuro y una de las figuras del Real Madrid, aunque Carlo Ancelotti no lo considera un titular indiscutido. A los 22 años vale 30 millones de euros, ya jugó en tres equipos, disputó los Juegos Olímpicos y fue campeón de Europa y del mundo a nivel de clubes. No obstante, tiene una cuenta pendiente: superar la barrera de la intermitencia que abre un abismo entre los buenos jugadores y los cracks.

Por Redacción EG ·

26 de mayo de 2015
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APODO. Todos lo conocen como Isco, aunque ese es sólo la apócope de su nombre completo. Francisco Román Alarcón Suárez figura en su documento de identidad. Sus padres eligieron bautizarlo de esa manera en homenaje a los abuelos y, con el tiempo, su apodo fue ganando terreno. En sus primeros partidos en el Valencia B lo llamaban Francisco, y cuando dio el salto al primer equipo, todos empezaron a conocerlo como Isco.

BENALMADENA. Es un municipio de la provincia de Málaga, en la comunidad autónoma de Andalucía, en el que nació y se crió Isco. Allí, al resguardo del abrasador clima de la Costa del Sol Occidental, el atacante dio sus primeros pasos y se inició futbolísticamente en el humilde Atlético Benamiel, un club local que compite en las categorías regionales. Ya por entonces se destacaba por su despliegue y calidad. “A los ocho años ya era el que más corría”, cuentan sus ex compañeros.

CARRERA. Hizo inferiores en el Valencia y debutó en la Segunda División B, jugando para el filial, en la temporada 2009/2010. Luego dio el salto al primer equipo y se estrenó con dos goles ante el Logroñés, por la Copa del Rey, aunque finalmente sólo disputó siete encuentros y fue adquirido por el Málaga, previo pago de los seis millones de euros estipulados en la cláusula de rescisión. Allí llamó la atención del Real Madrid, que abonó 30 millones por su ficha.

DT. Si bien es una de las figuras del Real Madrid, para el entrenador Carlo Ancelotti no es un jugador imprescindible e incluso no tiene un lugar asegurado en el equipo titular. El italiano prefiere poblar el mediocampo con el alemán Toni Kroos y con Luka Modric, y en posiciones más ofensivas tiene preferencia por el colombiano James Rodríguez. No obstante, a base de buenas actuaciones, Isco siempre se las arregla para convertirse en la rueda de auxilio.

ESPAÑA. Isco jugó en todas las selecciones menores de la Roja y en todas se destacó. Además, con la Sub 21 ganó la Eurocopa en 2013 y consiguió un tercer puesto en el Mundial Sub 17 de 2009. Con el equipo Sub 23 disputó los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y en la selección mayor debutó en 2013 contra Uruguay, en un amistoso juagado en Qatar. Su primer gol se lo convirtió a Bielorrusia en la clasificación a la Euro 2016. No fue tenido en cuenta para la Copa del Mundo de Brasil.

FUTURO. Para muchos es el jugador español con mayor futuro. Líder futbolístico de un grupo que encabezará el recambio de la generación dorada a partir de la Eurocopa de 2016, Isco es el apuntado para tomar la posta de Xavi, Iniesta y compañía. Otros talentos que podrían secundarlo son Iker Muniain, Javi Martínez y David de Gea. No obstante, no tuvieron un buen estreno en los Juegos Olímpicos de Londres, en los que finalizaron penúltimos.

GOLDEN. En 2012 ganó el premio Golden Boy, un galardón que desde 2003 entrega el diario italiano Tuttosport y que reconoce al mejor futbolista menor de 21 años de la temporada que se desempeña en Europa. Es considerado, a su vez, el equivalente al Balón de Oro, pero aplicado a los talentos jóvenes. Isco obtuvo el reconocimiento tras superar en la terna final al arquero belga Thibaut Courtois y al delantero italiano Stephan El Shaarawy.

HIJO. 2014 fue un año especial para el atacante, y no sólo porque el Real Madrid cumplió su objetivo y rompió la racha en la Champions League, sino porque también, en agosto, nació su primer hijo, Isco Alarcón Jr. El pequeño ya mira los partidos del merengue junto a su papá, que lo exhibe orgullosamente en las redes sociales. La mamá, Victoria Calderón, es la encargada de llevarlo al palco del estadio Santiago Bernabeu cuando el Madrid juega de local.

IDAIRA. En 2013 se celebró en el palco de honor del Santiago Bernabeu la entrega de los Premios Profesionales Jóvenes La Mancha, e Isco fue uno de los ternados. Por ello, recibió un cachet de 3000 euros que donó a la familia de Idaira Osuna, una nena de dos años que sufre de Atrofia Muscular Espinal, una enfermedad neuropulmonar degenerativa. Eso le valió el agradecimiento de los padres de la niña, y el compromiso del club de solventar el tratamiento.

JJOO. La participación de Isco en Londres 2012 fue contradictoria. Por un lado, vivió la experiencia única de formar parte del ambiente inigualable de los Juegos Olímpicos, aunque por el otro debió sobrellevar la frustración de un equipo que llegó a Inglaterra como favorito y se fue por la puerta de atrás. España integró el Grupo D, en el que cayó con Japón y Honduras y empató 0-0 con Marruecos; finalizó penúltima en la tabla general y se marchó sin haber convertido goles.

KROOS. El alemán llegó al Real Madrid luego de obtener el Mundial de Brasil 2014 y desde el primer partido se ganó la titularidad como todocampista. Su capacidad para el despliegue y el pase relegó a los competidores, y entre ellos a Isco. Es que, a pesar de que el andaluz es un mediapunta, para Ancelotti puede actuar en el mismo sector que el ex jugador del Bayern Munich, por lo que lo considera su reemplazo. Últimamente, sólo las lesiones de Kroos le abrieron un lugar.

LISBOA. En el Estadio da Luz de la capital portuguesa el Real Madrid pudo romper el maleficio y volver a consagrarse campeón de la Champions League tras doce años. Ese fue el punto más alto de Isco como futbolista. Si bien no jugó de titular, ingresó en el complemento por el alemán Sami Khedira y fue clave, junto a Angel Di María, para la remontada del equipo, que pasó de perder 0-1 contra el Atlético de Madrid a ganar 4-1 en tiempo suplementario.

MALAGA. Allí vivió su explosión como futbolista. Llegó con poca experiencia y  el chileno Manuel Pellegrini lo convirtió en su protegido. En su primera temporada en el Málaga, el equipo hizo la mejor campaña de su historia, finalizó cuarto e ingresó, por primera vez, a la Champions League, en donde cumplió un dignísimo papel. Su buena participación en el torneo continental lo puso en la mira de los clubes más grandes de Europa.

NO. “¡Que se bese el escudo! ¡Que se bese el escudo!”. Los periodistas bramaban en su presentación como jugador del Madrid y lo presionaban para encontrar la foto de tapa Sin embargo, el malagueño se negó y apenas aceptó ponerse la camiseta blanca. “No creo en la demagogia. Quiero demostrar que no vine aquí de vacaciones”, explicó. Tiempo después, el respeto y el reconocimiento se los ganó en la cancha y no necesitó besar el escudo.

OLE. Una de los mayores atributos del atacante son sus gambetas. Además de tener un sexto sentido para el pase filtrado y un despliegue que no es propio en los jugadores de su calidad, se caracteriza por el dribleo envenenado. Sus quiebres de cintura suelen dejar en ridículo a los defensores, que en más de una oportunidad recurren a violentas patadas para frenar su avance. También se destaca por el remate de media distancia.

PACO. Su padre, Paco Alarcón, es también el encargado de aconsejarlo y de manejar la parte administrativa de su carrera. En 2012, mientras Isco estaba en boca de todos, recibió tentadoras ofertas por parte del Tottenham (12 millones de euros) y del Anzhi ruso (20 millones), pero le recomendó a su hijo que las desestimara y permaneciera en el Málaga para disputar la Champions League. La apuesta salió redonda, porque esa Copa de Europa fue su consagración.

QUEJA. El año pasado trascendió que el Madrid quería renovarle el contrato y que él no aceptó porque no estaba de acuerdo con los números. Ese rumor de pasillo, que explotó mientras el merengue disputaba las semifinales de la Champions League, llegó a los medios y fueron varias las voces que lo criticaron. “Todos están tratándome de mercenario pero nadie me preguntó si lo que se dice es realmente cierto. Pues les digo que no lo es”, se quejó, visiblemente ofuscado.

REAL. El Madrid pagó por su pase 30 millones de euros. Debutó en La Liga contra el Athletic Bilbao y ese mismo día el público lo aplaudió de pie: su aporte fue clave para el triunfo in extremis del merengue. En aquella jormada, no sólo dio la asistencia del primer gol, sino que marcó el 2-1 sobre la hora. Como madridista ganó la Champions League, el Mundial de Clubes disputado en Marruecos y la Supercopa de la UEFA en 2014, además de la Copa del Rey.

SIESTA. Como buen representante de su pueblo, Isco considera innegociable dormir la siesta cada tarde. Su reloj biológico impone las condiciones: se recuesta y se sumerge en un profundo sueño durante 30 minutos exactos. Ese descanso es vital para su desempeño diario y sufre cuando le toca entrenar por la tarde, concentrar entre el molesto ruido de sus compañeros o hacerle frente al jet lag del otro lado del mundo.

TIMBA. Isco detesta las polémicas y rara vez queda involucrado en alguna situación dudosa, pero durante una gira con el Málaga por Rusia para jugar dos partidos amistosos fue acusado de haberse escapado del hotel en el que se alojaba el equipo para irse al casino junto a tres compañeros. El mediapunta desmintió las versiones y conminó a quienes lo acusaron para que mostrasen las pruebas que decían tener. Finalmente, el rumor quedó en la nada.

URUGUAY. “Es uno de los días más felices de mi vida. Desde que jugaba en benjamines esperaba esto, no me alcanzarán los años para agradecer a Del Bosque por esta oportunidad”, declaró Isco luego de su debut en la selección de España, ante Uruguay en Doha. Fue el 6 de febrero de 2013, y jugó la última media hora en el triunfo 3-1 de la Roja. Desde entonces acumula seis partidos y convirtió un gol, frente a la humilde selección de Bielorrusia (Ver E).

VALENCIA. Es el equipo en el que se formó y en el que logró debutar en Primera, aunque luego no tuvo demasiadas oportunidades y debió buscar un futuro en el Málaga. No obstante, desde las divisiones inferiores contaba con el agrado de los entrenadores y de los directivos, por ello es que apenas empezó a jugar con el Valencia B, le mejoraron el contrato de juvenil y le impusieron una cláusula de rescisión de seis millones de euros, elevada para una joven promesa.

WINNER. A los 22 años ya ganó seis títulos con sus equipos, y algunos de ellos muy importantes (Ver R), pero además obtuvo muchos galardones individuales. Ganó el Golden Boy en 2012 y en el mismo año fue elegido como la revelación de La Liga. En 2013 se quedó con el Premio Bravo, que es el que entrega la revista Guerin Sportivo a la figura joven de la temporada. También logró la Bota de Bronce y formó parte del equipo ideal en la Euro Sub 21 de 2013.

XEREZ. Cuando el Xerez descendió en 2010 intentó armar rápidamente un equipo competitivo para regresar a la Primera División. Javi López, el entrenador al que le fue encomendada la tarea de conducir al equipo, conocía las inferiores del fútbol español y uno de los jugadores que solicitó fue Isco, que apenas había entrenado en un par de ocasiones en el Valencia B. Su alta cláusula de recisión y la negativa del club Che hicieron imposible la negociación.

YERRO. “No haber fichado a Isco es un error histórico del Barcelona”, señaló David Sánchez, un periodista deportivo catalán que se hizo un nombre en el diario Marca. Es que antes de que el andaluz firmara en el Real Madrid, el equipo culé hizo un intento por contratarlo, pero consideró su ficha demasiada alta. Además, otra versión indica que el jugador declinó la oferta del Barça porque a su familia no le convencía que lo obligaran a hablar en catalán.

ZIDANE. El francés es un enamorado del estilo de juego de Isco y lo elogió públicamente en más de una oportunidad. Incluso, los medios españoles se encargaron de compararlo con Zizou por su velocidad mental y su capacidad para llevarse la pelota en espacios reducidos. También lo asociaron con Sergio Agüero, ya que ambos tienen una gambeta endiablada y un despliegue poco común en los metros finales.

Por Matías Rodríguez

Nota publicada en la edición de abril de 2015 de El Gráfico