Fútbol Internacional

Messi volvió a dar cátedra y el Barcelona goleó al Bayern

Lionel anotó dos goles, asistió a Neymar en el tercero y resolvió la ida de las semifinales en los últimos quince minutos cuando al local se le complicaba. Un 3-0 para ir confiado al partido de vuelta.

Por Redacción EG ·

06 de mayo de 2015
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Cuando las papas queman, está Messi. Todo análisis queda reducido en su magia futbolística que volvió a aparecer en una jornada clave de Champions League. La expectativa pasaba por el regreso de Pep Guardiola al Camp Nou, por la batalla táctica o por la disputa de la posesión en dos equipos acostumbrados a ser dueños de la pelota. Pero el fútbol no estuvo allí. Estuvo en los pies de Messi, que con dos apariciones ganó un partido que hasta los 75 minutos tenía olor a empate.

La temporada del 10 se asemeja a aquella memorable que tuvo con Guardiola como entrenador. Pep lo pulió y hoy fue víctima de su propio Frankestein. Si algunos pensaban que tenía los secretos para frenar a Messi, deberán volver a ver el último tramo del partido. Esto permite una conclusión: si no lo sabe él, evidentemente no hay una fórmula como sucede con una gaseosa. Imparable, enroscó las piernas de los defensores, dejó en ridículo a la última línea y simplificó el debate futbolero: puro talento con intervenciones celestiales de un humano que hace lo posible para diferenciarse de la raza.

El Bayern se vuelve a Munich con la canasta llena y con pocos minutos de haberle jugado de igual a igual al Barca. Presionó el primer pase obligando al pelotazo a Piqué y a Mascherano y cuando la pelota cruzaba esa línea, se replegó con ocho jugadores que indistintamente se posicionaban como defensores y volantes. La intención era jugar bien alejado de Neuer, aunque el arquero terminó siendo víctima del planteo y tuvo que evitar tres mano a mano. Uno a Suárez, otro a Dani Alves y en el segundo tiempo a Neymar.

El armado defensivo daba sensación de descuajeringarse en cualquier momento, aunque eso no fue lo más grave. De mitad de cancha hacia adelante, el Bayern no gravitó y solamente en una ocasión preocupó a Ter Stegen. Lewandowski recibió de Muller adentro del área y se enredó solo en el momento de la sentencia. Tampoco supo aprovechar a un Barcelona que entraba en el nerviosismo por no encontrar los caminos. La metáfora de ese momento de incertidumbre ocurrió a los 24 del primer tiempo. Neymar trasladó de más, perdió la pelota fingiendo una falta y al momento de reincorporarse le pegó un patadón a Muller. Se ganó la amarilla por un Nicola Rizzoli, que esta vez tuvo un buen arbitraje.

Sin embargo, en medio de la calma llegó la ráfaga del ancho de espadas. A los 32’, Lionel remató de zurda con furia al primer palo de Neuer y gritó el gol en la misma sintonía. Dos minutos realizó una delicadeza adentro del área y el festejo fue con sonrisa satisfecha y cara de “no me pidan más”. ¿Qué hizo? Dejó a Boateng desparramado en el suelo y le picó la pelota de derecha a Neuer.

Guardiola mandó a la cancha a Gotze, pero ya era tarde. Por primera vez en la temporada, sufrió la falta de variantes en ofensiva. En el banco de suplentes, tenía al peruano Pizarro y a los jóvenes Gaudino y Weiser, de poca jerarquía para esa instancia. El último golpe de horno llegó en tiempo de adición. La ‘MSN’ hizo una mini-función y de Suárez a Messi y de Messi a Neymar, llegó el tercer gol que dejó la serie encaminada.

El Barca fue una tromba y redujo al Bayern de Guardiola como si fuera un equipito más. No podrán decir que no estaban avisados: el hombre decisivo volvió a ser el mismo de siempre y al que en la semana buscarán detener.