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La carrera hacia el infierno

Pistourius era un ejemplo dentro del deporte, pero le alcanzó una noche para cambiar su imagen. Mató de cuatro tiros a su novia. El juicio terminó después de 6 meses, pero la polémica sigue.

Por Redacción EG ·

11 de septiembre de 2014
Imagen UNA SEMANA estuvo preso pero fue liberado bajo fianza. Lloró, vomitó y padeció problemas psíquicos durante el extenso juicio.
UNA SEMANA estuvo preso pero fue liberado bajo fianza. Lloró, vomitó y padeció problemas psíquicos durante el extenso juicio.

Oscar Pistourius tomó una 9 mm durante la madrugada y disparó. Las cuatro balas atravesaron la puerta del baño y le quitaron la vida a Reeva Stenkamp, su novia. Tiró la puerta con un bate de cricket y tomó el cuerpo entre sus brazos mientras la sangre corría. Gritó desesperado y más tarde le contó a un amigo por teléfono: “Maté a Reeva, que Dios me lleve”. En su habitación encontraron drogas. Era 14 de febrero, el día de los enamorados. Desde aquel comienzo tétrico del 2013, la vida del atleta cambió rotundamente.

En el primer párrafo se encuentran las únicas certezas de la historia. A partir de ahí, todo lo que hace o se dice de él tiene dos versiones. Nunca más tuvo contacto con la prensa y apenas hizo dos apariciones públicas. El día que se cumplió un año de la muerte, escribió en su Twitter: “No hay palabras para capturar adecuadamente mis sentimientos sobre el accidente devastador que causó tal golpe al corazón para todos que realmente amaron y continúan amando a Reeva”. La segunda aparición fue en julio, cuando tuvo un incidente en un boliche con un joven sudafricano, quien resultó ser pariente del presidente Jacob Zuma. El hecho nunca quedó claro, aunque el alcohol habría hecho lo suyo en los protagonistas.

Pistorius había abierto una polémica en cuanto a la inclusión de atletas con prótesis. Nació con una malformación en los peronés y fue amputado de ambas piernas. Tuvo su debut paraolímpico en Atenas, pero fue la figura en Beijing 2008 donde consiguió tres medallas doradas. Recién en Londres 2012 compitió con personas sin discapacidades y obtuvo buenos resultados, pese a que no ganó preseas. Nike era su sponsor (después le sacó el patrocinio) y Sudáfrica el país que representó en los 400 metros y en las postas de 400x4. Su mejor versión había sido en el Mundial 2011 en Corea del Sur, en el cual obtuvo una medalla plateada y llegó a semifinales. El debate pasaba por si las prótesis de fibra de carbono en ambas piernas le daban ventaja en comparación al resto de los participantes.

Pero si de velocidad se trata, la metamorfosis héroe-villano fue más rápida que cualquier competencia. Estaba sólo con la novia en su casa cuando el episodio sucedió. Esa misma mañana fue detenido y reconocido como el autor material de los disparos. No obstante, el juicio, que comenzó en marzo de este año, llegó a su veredicto seis meses más tarde, y dictaminó la absolución de los cargos de asesinato y homicidio doloso. Los argumentos de la defensa se basaron en que el atleta lo confundió con un delincuente cuando se despertó para buscar un ventilador y escuchó ruidos extraños.

Para colmo, aún tiene dos causas con armas sin resolución. La primera, por disparar al aire en un restaurante en Johannesburgo y la otra al hacerlo mientras manejaba su auto. Además, no tenía la licencia para poseer las municiones que utilizó en la noche de San Valentín. Si bien el primer veredicto fue positivo para él, todavía corre riesgos de ir a la cárcel si es declarado culpable en alguno de estos tres casos.

El juicio tuvo el morbo y diferentes peripecias que lo convirtieron en un caso mediático más allá del deportista. Le concedieron la libertad bajo fianza por 112 mil dólares. Si bien se prolongó durante varios meses, en el Tribunal se vieron las caras 41 días. Fue interrumpido por exámenes psicológicos de Pistourius y por un pedido extraordinario de la jueza. Debido al estilo de la Justicia sudafricana, el acusado fue sometido a diferentes pruebas de hostigamiento. El fiscal Gerrie Nel lo interrogó a los gritos y le mostraron imágenes del cadáver de Stenkamp, lo que provocó su llanto y el vómito. Para la siguiente audiencia, lo esperaron con un balde y un trapo.

Imagen ÉPOCAS FELICES. Su mayor logro como atleta fue participar en los Juegos Olímpicos, tal como dijo.
ÉPOCAS FELICES. Su mayor logro como atleta fue participar en los Juegos Olímpicos, tal como dijo.
Las prácticas de los abogados africanos sorprendieron aún más cuando se filtró un video en el que se veía a la defensa pidiéndole al acusado que repitiera aquella noche. Allí aparece caminando en su casa (ya vendida por 420 mil dólares para el pago del juicio) con sus rodillas y las manos apuntando hacia el baño como si tuviera una pistola. Luego sale con el cuerpo (en el video utilizan a la hermana de actriz) y todo finaliza en un simulacro ideal para las páginas amarillistas.

“La discapacidad podría hacer que se sienta más vulnerable cuando está en peligro”, explicó la jueza Thokozile Masipa en el día de la absolución. De los 37 testigos, sólo se tomaron algunos testimonios y quedaron descartados otros, entre ellos, el de dos vecinos que aseguraban haber escuchado los gritos como parte de una pelea de la pareja.

Pistourius cambió las páginas de los diarios donde se lo destacaba como un ejemplo deportivo para tomar protagonismo en los Policiales. Pasó casi un año en el anonimato hasta que el Tribunal le guiñó el ojo. El juicio sigue y el sueño de volver al deporte es complicado. Mucha agua corrió abajo del puente desde aquella vez, pero el que no puede correr, por ahora, es él.


Por Pedro Molina