Continúan las manifestaciones en Brasil

 Hasta que la pelota no empiece a girar, las noticias de Brasil continuarán siendo de las manifestaciones a lo largo y a lo ancho de todo el país. Las movilizaciones, que levantaron banderas de diferentes reclamos, comenzaron hace más de un año y en los últimos días se multiplicaron. La premisa que une a todos es la de evitar el Mundial, un evento que le significa millones de dólares en gasto público al Estado brasilero, cuando una parte de la población no vive en condiciones dignas.

El fútbol, la fiesta y el carnaval carioca no es para todos. La presidenta Dilma Roussef perdió en el último mes 10 puntos de imagen y no presenció la inauguración ni fue nombrada. El temor de ser reprobada por los presentes en el estadio fue el principal motivo. Horas antes, negoció un principio de tregua con varios grupos manifestantes y pactó la realización de un minuto de silencio, en reconocimiento a las víctimas fatales durante la construcción de los estadios.

Sin embargo esta mañana en San Pablo, cuando el colectivo de la selección local se dirigía rumbo al Arena Corinthians, su camino fue interrumpido. Un grupo intentó cortar la calle y fue reprimido por la policía militarizada con gases lacrimógenos y balas de goma. La tolerancia cero a cualquier tipo de reclamo (aunque fuera pacífico) es la bandera para evitar que se propaguen estos métodos de reclamo. Hubo al menos, cinco heridos, entre ellos el fotógrafo argentino de AP, Rodrigo Abd y una periodista de la CNN, aunque ambos ya se encuentran bien. Además, unos 500 trabajadores del metro, que la semana anterior habían realizado una huelga, se manifestaron de modo pacífico.