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Idolos de la Selección: Norberto Méndez

Tucho fue un entreala derecho con clase y mucho gol. Talentoso y dueño de un jopo indespeinable, metió 17 goles en tres Sudamericanos.

Por Redacción EG ·

07 de mayo de 2014
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Si Nueva Pompeya fue su cuna, el club Miriñaque fue su mejor playroom al aire libre. Allí cultivó la esencia del barrio y del barro, aprendió a domar la pelota, cursó el doctorado del potrero y se hizo guapo entre los guapos. Tucho Méndez, pícaro, gambeteador e inventor de jugadas inéditas, fue un crack de los que casi no quedan. No
se lo puede encasillar bajo ningún rótulo ya que todo lo hacía bien: entreala con gol, goleador sin físico apropiado, volante talentoso con llegada, creador de sueños.

Cualquier descripción elogiosa le sentaba bien. Chueco, atrevido, deslumbrante, ingenioso, artillero como pocos. Así era Méndez, Norberto Doroteo. Tucho, para la gente y los amigos. En 1933 empezó a jugar en Miriñaque y, tres años más tarde, se fue a Huracán, más precisamente a la Sexta División. Quemero de ley, dio todo por su club y luego siguió asombrando a propios y extraños en Racing, donde fue tricampeón en 1949/50/51. Con su bigote no menos coqueto que su distintivo jopo, más temprano que tarde había desembarcado en la Selección: debutó contra Paraguay por la Copa Rosa Chevallier Boutell y enseguida fue ratificado por Guillermo Stábile como parte del plantel que participó en el Sudamericano de Chile, en 1945. Algunos dudaban porque

Tucho era joven y debía reemplazar a De la Mata, pero sus dos goles a Colombia despejaron cualquier inquietud. Méndez era indudablemente hombre de Selección. Y metió el único gol ante Chile. Y le hizo tres a Brasil, en un partido que terminó 3-1. Y fue campeón del otro lado de la Cordillera de los Andes. Igual que en 1946, en el Sudamericano de Buenos Aires, donde le convirtió otros dos goles a Brasil la tarde en la que se fracturó Salomón. Acá se dio el gusto de formar un quinteto de ataque demoledor: De la Mata, Méndez, Pedernera, Labruna y Loustau. Su racha de goles no se detuvo en el Sudamericano siguiente, en Guayaquil, donde llegó al récord de 17 tantos en Copas América.

Pero no solo de goles vivía este hombre que tiempo después jugó en Tigre y se retiró, finalmente, en Huracán. Tenía arte para eludir rivales, potencia y chanfle para pegarle con precisión desde afuera, elasticidad para embocarla de chilena, salto elegante y cabezazo certero. Y contaba además con un imán para ganar cosas: además de los torneos continentales del 45, 46 y 47, con Argentina obtuvo las Copas
Lipton y Newton (1945) y dos Copas Chevallier Boutell.

Carnet de ídolo



Nombre y apellido: NORBERTO DOROTEO MENDEZ.
Nació: 5/1/1923, en Buenos Aires.
Jugó: 30 partidos entre 1945 y 1956.
Goles: 19.
Mundiales: Ninguno.
Títulos: 3 (Sudamericanos de 1945, 1946 y 1947).