Ir de frente a la pelota y rechazarla hacia atrás con un giro de 180 grados. Esa, palabras más, palabras menos, es la definición de la “marianela”, una jugada que inventó Juan Evaristo en una época en la que los laterales poco inventaban y, para colmo, solían ser humillados por las delanteras adversarias. El fue una de las excepciones, quizá la primera gran excepción en su puesto. Una figura que logró sobresalir ante tanta contra. Marcador pertinaz y a la vez técnico, en la década del 20 fue un referente del seleccionado nacional. Un símbolo que pocas veces faltaba entre los once albicelestes. Ganó dos Campeonatos Sudamericanos (1927 y 1929) y también se colgó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Amsterdam, en 1928. En el primer Mundial, el de 1930, fue titular en el plantel que terminó siendo subcampeón al perder la final contra Uruguay. En aquella Copa del Mundo compartió equipo con su hermano Mario, un clásico wing izquierdo. Juan brilló en Boca durante los últimos años del amateurismo: salió campeón en el primer torneo profesional del fútbol argentino.
Carnet de ídolo
Nombre y apellido: JUAN EVARISTO
Nació: 20/6/1902 en Buenos Aires.
Jugó: 24 partidos entre 1923 y 1930.
Goles: 1
Mundiales: 1930.
Títulos: 2 (Sudamericanos 1927 y 1929)
