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Idolos de la Selección: Leopoldo Jacinto Luque

Un temible goleador que superó duros golpes. Sus gritos resultaron decisivos para obtener, en 1978, la primera Copa del Mundo.

Por Redacción EG ·

30 de abril de 2014
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Su buen físico, su exquisita técnica y su elogiado remate formaban parte de un cóctel con el que desearía contar cualquier entrenador. Luque era el goleador en el club del barrio o en la Selección, en el potrero o en el mejor estadio. Ídolo en Unión y en River, ya en su debut con la celeste y blanca, enfrentando a Venezuela por la Copa América 75, anotó tres goles (récord compartido). Era guapo y fuerte mentalmente. En el Mundial de 1978, el torneo de su consagración, mostró sus sorprendentes capacidades para afrontar un partido o la vida. Ante Hungría marcó el primer tanto argentino. Luego, contra Francia, fue figura, hizo un golazo y se fracturó un codo, lesión que le impidió enfrentar a Italia y a Polonia. Durante el torneo, además, se enteró de la muerte de su hermano Fernando en un accidente automovilístico. Se repuso, como pudo, al dolor físico y al dolor del alma. Volvió al equipo en el segundo compromiso de la fase final, ante Brasil, y días después, contra Perú, hizo dos de los seis goles decisivos para la clasificación. Y se consagró campeón contra Holanda.

Carnet de ídolo



Nombre y apellido: LEOPOLDO JACINTO LUQUE
Nació: 3/5/1949 en Santa Fe
Jugó: 43 partidos entre 1975 y 1981
Goles: 21
Mundiales: 1978
Títulos: 1 (Mundial 1978)