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Martino y Bielsa, iguales pero diferentes

Existen similitudes y contrastes entre los dos entrenadores argentinos que sonaron para dirigir al Barcelona. Los catalanes finalmente eligieron al Tata, que se considera discípulo del Loco. Dos estilos similares hermanados por la misma filosofía.

Por Redacción EG ·

22 de julio de 2013
Imagen EL ELEGIDO. El buen nivel de su Newell's llamó la atención en España, y apenas confirmada la salida de Tito Vilanova los medios lo postularon como candidato. Ya había sonado para dirigir al Málaga y al Real Madrid. El otro apuntado era Bielsa, su mentor.
EL ELEGIDO. El buen nivel de su Newell's llamó la atención en España, y apenas confirmada la salida de Tito Vilanova los medios lo postularon como candidato. Ya había sonado para dirigir al Málaga y al Real Madrid. El otro apuntado era Bielsa, su mentor.
Marcelo Bielsa y Gerardo Martino compartieron el éxito en Newell´s. El Loco hacía sus primeras armas como entrenador cuando el Tata, ya convertido en un destacado volante, era la figura de la Lepra. En 1992 juntos obtuvieron el Torneo Clausura, y alcanzaron la final de la Copa Libertadores en la que perdieron ante San Pablo de Brasil por penales.

El grupo de jugadores, que formaba parte de ese equipo, quedó muy identificado con el estilo que impulsó Bielsa, y muchos de ellos, cuando luego de retiro devinieron en entrenadores, adoptaron la filosofía hasta ser sindicados como discípulos del Loco. Martino no fue la excepción y nunca le escapó a la comparación, al punto tal que llegó a afirmar que con Bielsa se parecen hasta en el peinado.

Sin embargo ahora que el Tata, en el cenit de su trayectoria como entrenador, logró llegar al banco del Barcelona, es justo hacer una diferenciación entre su trabajo y el de Bielsa, dos estilos similares pero diferentes hermanados por una misma filosofía de concebir el fútbol.

SIMILITUDES



1. Docencia y obsesión. Ambos entrenadores comparten la idea de enseñar en cada paso, y de estar pendientes de cada detalle para reducir al mínimo la influencia del azar. No es raro ver al Tata en los entrenamientos, a la par de sus pupilos, ensayando con la pelota como si fuese un volante más del equipo, y practicando una jugada hasta el hartazgo, o hasta que el ejercicio salga como lo desea. Esa es una costumbre que heredó de Bielsa, tal cual confesó en una reciente entrevista televisiva, en la que aseguró que no se va tranquilo de un entrenamiento si no logró completar todos movimientos planificados.

2. Un comienzo humilde. El primer equipo que entrenó Martino fue Almirante Brown de Arrecifes, un ignoto club de la ciudad bonaerense que se destaca no por el fútbol, sino por ser una de las grandes cunas del automovilismo en Argentina. Lo dirigió en 1998 durante el periplo del verdinegro por la B Nacional. Luego siguió su carrera en Platense, en Instituto de Córdoba y dio el salto al fútbol paraguayo, donde comenzó a ganar notoriedad dirigiendo a Libertad y Cerro Porteño.

Bielsa, por su parte, se inició como entrenador en las divisiones inferiores de Newell’s y no tardó en salir a recorrer el país en busca de talentos. Fruto de su cosecha llegaron a primera Mauricio Pochettino, Darío Franco y Eduardo Berizzo, entre otros. En sus comienzos el Loco también condujo al equipo de fútbol de la Universidad de Buenos Aires.

3. Éxito internacional. Bielsa llegó a la selección chilena en 2007. Los trasandinos no clasificaban a un Mundial desde 1998, y el Loco inició una revolución para lograr en dos años lo que los anteriores entrenadores no habían conseguido en diez. Chile ingresó directamente a la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 y alcanzó los octavos de final, en los que cayó con Brasil. Un detalle no menor: con Bielsa en el banco la selección chilena volvió a ganar un partido en un Mundial después de 48 años.

Martino también dejó su huella en el fútbol sudamericano dirigiendo a la selección de Paraguay. Participó en dos Copas América, y logró un subcampeonato en 2011. Además, clasificó al Mundial de Sudáfrica 2010, en el que cayó en los cuartos de final en un recordado partido ante el posterior campeón España, compuesto por muchos de los jugadores que ahora dirigirá en Barcelona. El Tata dejó el equipo en 2011, y en las presentes Eliminatorias la selección paraguaya está prácticamente afuera de la Copa del Mundo de Brasil 2014.

4. El look de entrecasa. Un detalle no menor es que tanto Bielsa como Martino hicieron escuela de una vestimenta particular, sobre todo para el fútbol europeo: el jogging y las zapatillas deportivas en detrimento de los lujosos trajes de etiqueta y los zapatos de marca.

5. Nombres prohibidos. Bielsa y Martino fueron proscriptos por el presidente Eduardo López, que estuvo en el club catorce años e instaló lo que los hinchas de Newell’s consideran una dictadura. El Tata dijo en su momento que sólo volvería al la Lepra una vez que ya no estuviese la dirigencia de López, y cumplió su palabra en 2011, cuando rechazó todas las ofertas para regresar al equipo rosarino, ya con Guillermo Lorente en la presidencia.

Caso similar el de Bielsa, que siempre mantuvo una relación tirante con Eduardo López. El ex presidente de Newell’s no guardaba reparos a la hora de criticar públicamente al Loco, al que llegó a tildar de perdedor compulsivo. Cuando Lorente asumió la presidencia del club una de sus primeras iniciativas fue rebautizar el Coloso del Parque de la Independencia. Estadio Marcelo Alberto Bielsa es su nueva denominación. En el reparto también salió beneficiado el propio Martino, y la platea oeste lleva su nombre.

DIFERENCIAS



Imagen LA FIGURA Y EL TÉCNICO. Martino y Bielsa se consagraron en Newell's. Luego recorrieron el mundo cosechando éxitos.
LA FIGURA Y EL TÉCNICO. Martino y Bielsa se consagraron en Newell's. Luego recorrieron el mundo cosechando éxitos.
1. Fundamentalismo vs. Flexibilidad. El primer gran quiebre entre los estilos de Bielsa y Martino es la concepción de las ideas. Mientras el primero no admite prácticamente una contraposición de criterios, el segundo está permanentemente abierto al diálogo y al cambio. El Loco es inquebrantable en su radical filosofía, cualquiera sea el rival y cualquiera sea la circunstancia. El caso más paradigmático de esta aplicación fue la participación de Chile en el Mundial 2010: el equipo jamás cambió su manera de jugar ni su propuesta ofensiva, ni siquiera cuando los rivales –España y Brasil- eran claramente superiores.

El Tata, en cambio, mostró un estilo camaleónico que le permitió sobreponerse a determinadas circunstancias ante equipos, a priori, superiores. Así fue en la Copa América 2011 de Argentina, en la que la que la selección paraguaya mostró un nivel futbolístico bastante pobre, muy alejado de la versión que exhibió el equipo en Sudáfrica 2010. No obstante, los planteos inteligentes y volátiles del entrenador, le permitieron a Paraguay alcanzar la final ante Uruguay merced de un juego conservador y utilitarista, aunque poco vistoso y por momentos demasiado tacaño.

2. Verticalidad vs. Horizontalidad. Los equipos de Bielsa suelen destacarse por ser muy verticales, favoreciendo el juego de los extremos, que tienen gran importancia en los planteos del Loco. Es recordada la disputa que el entrenador tuvo con la prensa cuando dirigía a la selección argentina y se negaba a disponer, en un mismo equipo titular, a Gabriel Batistuta y a Hernán Crespo en la delantera. Bielsa argumentaba que, si ponía a dos centrodelanteros de características similares, perdería capacidad de abastecimiento en uno de los dos flancos del terreno, con un claro riesgo de descompensar el equipo.

Martino no apuesta tanto a la verticalidad, sino más bien a la horizontalidad. Es partidario de la pausa justa, aunque no excesiva. No gusta del toqueteo innecesario, y prefiere un equipo estable, pero que siempre busque abrir la cancha todo lo posible. Para ser profundo hay que ser ancho, dice una de las máximas del fútbol, y los equipos del Tata suelen respetar el precepto al pie de la letra, sobre todo con la influencia de los laterales. En el Newell’s campeón del Torneo Final 2013 los encargados de las bandas eran el paraguayo Marcos Cáceres y Milton Casco.

3. Distinta suerte como futbolistas. Otra de las diferenciales centrales entre ambos entrenadores es la labor que cumplieron como jugadores. Mientras el Tata Martino fue un destacado volante derecho y también enganche, que incluso llegó a jugar en el fútbol español para el Tenerife, Bielsa apenas trascendió como defensor central. No tuvo demasiadas oportunidades de mostrarse en la primera de Newell’s, y tras disputar un puñado de partidos en el ascenso con las camisetas de Instituto de Córdoba y Argentino de Rosario, el Loco colgó los botines a los 25 años para adentrarse de lleno en su verdadera pasión, la dirección técnica. Martino es el futbolista con más presencias en la historia de la Lepra.

4. Complicidad vs. Distancia. Martino suele ponerse a la altura de sus futbolistas, casi como si fuese un jugador más. Bielsa, en cambio, es partidario de la distancia entrenador-jugador. Trata de ‘usted’ a sus dirigidos, a su cuerpo técnico, a los dirigentes e incluso a los periodistas. No obstante, es menester afirmar que, al margen de las formas, ninguno de los dos renuncia jamás al respeto, y difícilmente pueda encontrarse un futbolista que reniegue del trato de los entrenadores.

5. Experiencia con juveniles vs. Trabajo con mayores. Quizás en la única faceta en la que Bielsa ostente una importante distancia con Martino, es en su labor con las divisiones inferiores. El Loco comenzó su carrera como entrenador buscando, formando y promoviendo juveniles. Más tarde, hizo un trabajo similar durante su estadía en México dirigiendo al Atlas.

El Tata nunca se encargó de la formación de juveniles, sino que su primer trabajo como directo técnico fue en un primer equipo. Sin embargo, uno de sus principales atributos fue sacar siempre lo mejor de cada futbolista. En el Barcelona tendrá su primera experiencia como entrenador de un equipo puramente candidato. En ese sentido su estilo se asocia más con el de José Yudica que con el de Bielsa. El Piojo se convirtió en un experto en exprimir al máximo el potencial de sus dirigidos, aun cuando estos eran siempre, a priori, inferiores a sus rivales. Así es que como técnico se consagró campeón del fútbol argentino con tres equipos distintos (Quilmes, Argentinos y Newell’s), sin que ninguno de ellos sea uno de los cinco grandes.


Matías Rodríguez