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Manu, siempre Manu

En once temporadas en el más alto nivel del básquetbol del mundo se dio el lujo de jugar su cuarta serie final de la NBA. Estuvo a segundos de un nuevo título. Sigue con su múltiple y generoso aporte para el equipo. Es amado por la afición texana. Un argentino que seguimos aplaudiendo.

Por O.R.O. ·

09 de julio de 2013
  Nota publicada en la edición de julio de 2013 de El Gráfico

Imagen ZURDA LETAL. Además, la entierra en el partido 3 de las finales. Manu, por encima de Wade y Leonard.
ZURDA LETAL. Además, la entierra en el partido 3 de las finales. Manu, por encima de Wade y Leonard.
Con 35 años, el bahiense Emanuel David Ginóbili confirmó su vigencia en el más alto nivel del básquetbol del mundo. Jugó su cuarta serie final en once temporadas. Proeza.

Pasó más de una década de su irrupción en la NBA. Fue en el año 2002. Y se sucedieron muchas cosas trascendentes en su carrera. Increíbles, extraordinarias, ensoñadas. Tres títulos de campeón allí mismo con San Antonio Spurs (2003, 2005 y 2007). Conquistas del oro y del bronce respectivamente con la Selección Nacional de Argentina en dos Juegos Olímpicos consecutivos (Atenas 2004 y Beijing 2008). Elección en los premios NBA de 2008 con la consagración como el Mejor Sexto Hombre. Doble distinción al ser designado para jugar el All-Star Game de la NBA, en Denver 2005 y Los Angeles 2011. Ser aceptado por la mayoría para que lo consideremos en el Olimpo del deporte argentino junto a Diego Armando Maradona, Juan Manuel Fangio, Carlos Monzón, Guillermo Vilas y Roberto De Vicenzo.

“NO DABAN UN PESO POR NOSOTROS”
Los Spurs terminaron la serie regular de esta 67ª temporada con 58 triunfos (70,7 %) y 24 derrotas, escoltando a Oklahoma City Thunder (73,2 %) en la conferencia Oeste. En lo global fueron el tercer equipo, porque Miami Heat tuvo el mejor récord en el Este (80,5 %). El año pasado, en temporada reducida por el lock-out patronal, concluyeron con 50-16 y perdieron 4-2 la serie decisiva de su conferencia ante los Thunder del goleador Kevin Durant.

A fines de febrero, el propio Manu daba un panorama en su columna de www.manuginobili.com:
“Otra vez estamos jugando por arriba de las expectativas y por segundo año seguido nos encontramos primeros, aunque no daban un peso por nosotros. Lo que queda es seguir siendo humildes, porque hoy es una situación ideal, pero si nos toca perder dos o tres partidos seguidos, Oklahoma nos alcanza y se da vuelta todo. Habrá que seguir laburando”.

San Antonio cerró la temporada regular con un récord negativo de 3-7 en sus últimos 10 partidos y perdió esa posición de privilegio. Ginóbili completó el concepto apuntando a la necesidad de estar lo mejor posible en lo físico: “Queremos ser primeros, pero preferimos estar bien físicamente antes que tener el número 1. Pop encuentra siempre la manera de hallar desde lo físico un plan especial. En esta temporada hubo tres partidos en los que Tim, Tony y yo no jugamos porque lo consideró riesgoso. Ese tema siempre va a ser prioridad. En mi caso, estoy mejorando, jugando cautelosamente, tratando de no acercarme a los 30 minutos (exactamente promedió 23,2 minutos), porque cuando hice eso sin estar recuperado del todo, me volví a lastimar. Que el equipo juegue bárbaro ayuda para que podamos llevar las cosas de a poco. Me siento bastante mejor y más seguro de mí mismo”.

Sin embargo, Manu fue perseguido por las lesiones. Por tal razón, en total no vio acción en 22 partidos. De entrada, no pudo estar en los dos primeros encuentros por problemas en la espalda. “Me quedé duro con un dolor muy intenso”, describió. El 13 de enero de 2013, como local contra Minnesota Timberwolves (106-88), “rotura de fibras en el isquiotibial izquierdo”, escribió en su twitter. Faltaban sólo 26 segundos para terminar el primer tiempo… El resentimiento de la lesión alargó su reposo. Y remató el 29 de marzo como local ante Los Angeles Clippers (104-102), con la torcedura del tendón de la corva del cuádriceps derecho, y se perdió el tramo final de la serie regular.

Ginóbili estuvo en 60 partidos de esa etapa con una aparente curiosidad: nunca salió en la formación inicial de los Spurs. Recién lo haría en el quinto encuentro de las finales ante Miami Heat. Esto se explica con la vieja preocupación de Popovich de preservar y dosificar a Manu, ya que lo sabe kamikaze en lo físico. No se guarda nada.

Imagen TRIDENTE HISTORICO. Tony Parker, TIm Duncan y Manu. Suman 39 temporadas.
TRIDENTE HISTORICO. Tony Parker, TIm Duncan y Manu. Suman 39 temporadas.
COMO LOS MOSQUETEROS
El sagrado juramento de unión y ayuda mutua de Los Tres Mosqueteros, la famosa novela del francés Alejandro Dumas escrita en 1844, exaltaba el “todos para uno y uno para todos”. Lo hizo realidad en el básquetbol este San Antonio Spurs de Gregg Popovich. Manu Ginóbili exaltó la clave para concretar una gran temporada, pese a que sus figuras están cargadas de años: “Fue un gran trabajo de equipo durante toda la temporada. A veces no tenemos ni que hablarnos para entendernos. Pop es muy claro y comunicativo. Nos conocemos muy bien. Conocerse con los compañeros es muy importante. Las piezas nuevas fueron altruistas y se acoplaron con exactitud. No es fácil acoplarse a una franquicia como esta, darles confianza, hacerlos sentir bien y decirles que pueden contribuir”.

También se refirió a la velocidad: “Nuestro promedio de puntos fue el cuarto más alto de la NBA y se debió a que jugamos cada vez más rápido. El año pasado también tuvimos una temporada fenomenal en este aspecto”. En la estadística a que hace referencia, los Spurs promediaron 103,0 puntos a favor por juego. Finalizaron cuartos detrás de Denver Nuggets (106,1), Houston Rockets (106,0) y Oklahoma City Thunder (105,7).

San Antonio Spurs barrió 4-0, en la definición del Oeste, a Memphis Grizzlies, debutante en esta instancia. Fue el choque entre el cuarto y el primero, respectivamente (96,6 y 89,3), en el ranking de tantos en contra de la serie regular.

Manu Ginóbili calificó el logro en su justa dimensión: “Fue un privilegio haber llegado, en 11 temporadas, a mi 6ª final de conferencia. Son muchas. En los primeros años esto yo lo tomaba como normal y no alcanzaba a disfrutarlo del todo. No me daba cuenta de lo difícil que es. Ahora, con mucha más experiencia, lo aprecié de otra forma, con muchas ganas, y sabiendo que nadie que llega a esta instancia está seguro de volver acá. Hay que valorarlo, porque quizá no se dé mas”.

El tercer partido contra los Grizzlies, primero de visitante, San Antonio venció 104-93 en tiempo suplementario, tras un comienzo malísimo de 11-29. “Fue una de las mejores victorias estando en los Spurs”, reconoció Ginóbili.

Imagen MAXIMA QUIMICA. Con el entrenador Gregg Popovich. Llevan 11 años.
MAXIMA QUIMICA. Con el entrenador Gregg Popovich. Llevan 11 años.
PARA EL INFARTO
Antes de comenzar las finales de la NBA, Manu trazó su análisis: “En mis tres finales anteriores, sabíamos que ganar de local alcanzaba para ser campeón. Ahora no. Uno en cualquier serie debe sacar un juego de visitante. Acá lo mismo, pero la final es una serie muy distinta con el formato 2-3-2. Pasa a ser decisivo ganar uno de los dos primeros...”. La apertura terminó correspondiéndose como anhelaba, con un notable triunfo de los Spurs a partir de su gran defensa y sus ya legendarias cuatro pérdidas.

La serie tuvo un desarrollo muy cambiante. “Terminamos desilusionados y enojados”, confesó Manu tras la paliza sufrida en el segundo. En la mudanza al AT&T Center cambió su cara: “Mejoramos de gran manera”. Es que los Spurs fueron un alud tremendo. Arrasaron y aniquilaron por ¡36 puntos! Es la tercera mayor ventaja registrada en la historia de los playoffs en la NBA. La ametralladora mortal de triples (16 de 32 con récord histórico de conversiones para finales de la NBA) y la diferencia en los rebotes (16 en total) sacaron al Heat de la cancha.

Borrón y cuenta nueva gritó Miami y en el cuarto recuperó la localía para la definición. Con una marca galvanizada y su Big Three (Wade-James-Bosh) encendido, pesando esta vez en ataque (78% de los tantos). “Perder 18 pelotas fue un suicidio”, se recriminó Manu.

En la despedida de San Antonio, Ginóbili, quien apareció en la formación inicial por primera vez en todo el campeonato, respondió con doble-doble estadística (24 puntos y 10 asistencias) a las críticas que se habían intensificado después de su mal partido anterior. A la alta producción de su clásico tridente, se sumó Green, que llegó al tope de triples en la historia de las finales (totalizó 27 en la serie).

Miami salvó el match-point a 5,2 segundos con un triple de Ray Allen desde la esquina derecha que provocó el suplementario. A 28,2 perdía 94-89 y el público local se estaba retirando… “Es un momento espantoso. Hicimos un buen trabajo, lo teníamos, merecíamos ganar, pero metieron esos dos triples (el primero había sido de LeBron James), que fueron claves, luego de dos rebotes en ataque. Perdimos un partido increíble…”, confesó un Manu desconsolado. Los Spurs habían sido dominantes con Duncan (doble figura con 30 puntos) inmarcable en la zona pintada y Boris Diaw conteniendo a LeBron. Llegaron a estar 13 puntos arriba (71-58) en el tercer cuarto. En los últimos 17 minutos apareció LeBron y se robó el juego, redondeando triple doble figura. Por 18ª vez en la historia de la NBA se llegó al séptimo partido.

La definición fue un juego totalmente parejo, con 7 puntos como máxima ventaja. Las ofensivas no pudieron desequilibrar a dos perfectas defensas. Terminaron pesando la gran noche de LeBron James y los triples de Shane Battier. “Estuvimos ahí, pero el trofeo lo tienen ellos. Fue una moneda al aire, muy fino, por eso duele. No ganamos de milagro, hubiera sido muy emocionante. A lo mejor, a los 50 años, evaluaré en otro marco y me sentiré orgulloso por la temporada impresionante que hicimos con un equipo de laburantes. Hoy no puedo, estoy desilusionado”, cerró Manu.

POP, EL VIEJO ZORRO
Gregg Charles Popovich, 64 años, cumplió su 17ª temporada consecutiva dirigiendo a los Spurs. Está inamovible desde 1996 y consiguió cuatro títulos de campeón: 1999, 2003, 2005 y 2007. En la historia esta franquicia se ubica en cuarto lugar en lauros logrados, detrás de Boston Celtics (17), Los Angeles Lakers (16) y Chicago Bulls (6).

Pop es riguroso para que su equipo interprete su filosofía de defensa dura y ataque que sepa repartir el juego. Mantuvo el tridente histórico, que desde 2002 viene siendo el corazón del equipo: el ala pivote virginense Tim Duncan (37 años y 16 temporadas en la NBA), el base belga-francés Tony Parker (31 y 12) y el escolta argentino Manu Ginóbili (35 y 11). Entre los tres suman 39 temporadas en la NBA.

El bahiense elogió a Parker: “La influencia de Tony fue decisiva para que hayamos llegado donde llegamos. Aunque Tim y yo nos perdimos partidos, él siempre mantuvo el equipo arriba y ganador”. Se habla de Chris Paul (Los Angeles Clippers), que ha jugado muy bien y es cierto, pero creo que hoy Tony es el mejor base de la NBA, está en un momento extraordinario”.

En total 14, jugadores disputaron los 82 partidos de la serie regular, con 8 promediando más de 20 minutos por juego. Tony Parker (20,3 puntos de media y 7,6 asistencias), Tim Duncan (17,8 tantos, 9,9 rebotes totales y 2,7 tiros bloqueados), el escolta-ala norteamericano Kawhi Leonard (11,9 tantos y 6,0 recobres), Manu Ginóbili (11,8 puntos y 4,6 asistencias) encabezaron los principales aportes ofensivos.

Como si integraran una segunda escuadrilla de ataque, después se anotaron el escolta-ala Danny Green (10,5 puntos de media), el centro brasileño Tiago Splitter (10,3), el escolta Gary Neal (9,5) y el interno francés Boris Diaw (5,8). Green y Neal son norteamericanos.

Fiel a su tradición, es común encontrar jugadores internacionales en el roster de los Spurs. A los ya mencionados, se agregaron el interno australiano Aron Baynes, y tres bases: el francés Nando De Colo, el canadiense Cory Joseph y el australiano Patty Mills.

Imagen EN FAMILIA. Con Rodrigo García Schetino (Confederación Argentina), Manu, Nicola, Marianela y Dante. Los mellizos ya tienen 3 años.
EN FAMILIA. Con Rodrigo García Schetino (Confederación Argentina), Manu, Nicola, Marianela y Dante. Los mellizos ya tienen 3 años.
MANU, PUERTAS ADENTRO
San Antonio se sitúa en el sur del estado de Texas. Está cerca del millón y medio de habitantes y es la séptima ciudad más poblada de los Estados Unidos de América. Manu vive en un barrio privado de las afueras de la ciudad, donde también tiene su casa el entrenador Popovich. Allí comparte su vida con su esposa Marianela Oroño y Llos mellizos Dante y Nicola, que ya cumplieron tres años, nacieron el 16 de mayo de 2010. En el mes de enero fue su huésped Rodrigo García Schetino, director de Comunicaciones de la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB). Nos dio este testimonio para que conozcamos al detalle la intimidad del Manu que pocos conocen...

“Durante mi convivencia de una semana en San Antonio terminé de comprobar uno de los principales motivos de la exitosa vigencia de Manu: siempre busca la perfección, nunca se conforma. No deja nada librado al azar, está atento a las causalidades. Es inteligente, racional y lógico. Estudia detalles impensados y se esfuerza al máximo para conseguir sus objetivos. Es muy competitivo, nunca se va a engañar a sí mismo con el entrenamiento.

Es más exitoso aún por la familia que supo formar junto a Many Oroño. Los mellizos Dante y Nicola todavía no entienden de victorias o derrotas, de puntos o rebotes, ni siquiera de lesiones. Con simpleza y transparencia son un motor de energía y cambian cualquier clima negativo en positivo. Viven haciendo guerrear a Lupe, su niñera mexicana. También son parte de la familia dos perros, Ciru y Mate, que adoptaron de la calle. Sí, ¡de la calle! Es sólo una muestra de su enorme generosidad, que se magnifica con las acciones solidarias (muchas veces silenciosas) de la Fundación Manu Ginóbili.

A Manu le apasiona la tecnología y la utiliza de muchas maneras. Desde su celular, conectado a internet, escucha la radio (generalmente FM Metro 95.1 de Buenos Aires) mientras maneja. En su casa lee diarios de Argentina y también le gusta hurgar libros en formato digital. Todos los días le dedica algunos minutos a sus seguidores desde distintas redes sociales, principalmente twitter. Además, siempre está comunicado con familiares y amigos, informado de lo que pasa con nuestra Liga Nacional, sobre todo con Weber Bahía Estudiantes, y con sus compañeros de la Selección Argentina, estén donde estén.

Durante los días de partido de temporada regular, Manu tiene la calma de siempre. Como juega tan seguido y lleva once temporadas de NBA, es lógico que no esté nervioso. Ya está acostumbrado a semejante trajín. El panorama cambia en los playoffs, incluso si hay visitas en la casa, saben que la hora del descanso es sagrada y cuando Manu se va a dormir prácticamente queda todo en silencio. Es admirable su capacidad de concentración.

Cuando juega de local sale para el AT&T Center tres horas antes del partido, con toda la familia, y al llegar, los encargados de seguridad los saludan en español. Los melli se divierten en el “Family room” desde temprano, supervisados por niñeras dispuestas por la franquicia; mientras que Many mira un rato en su butaca, junto a más esposas de jugadores, y otro desde el televisor de la sala de familiares, para cuidar de cerca a los melli, que se van del estadio cansados de tanto jugar y con el pijama puesto, listos para dormir.
Manu es estricto con los horarios de descanso y la dieta, beneficiado porque Many es muy buena cocinera. Además, recibe todas las atenciones de una organización de excelencia, que cuida a sus estrellas en cada detalle. Y por si fuera poco, cuenta con su primo Paulo Maccari, kinesiólogo y osteópata residente en España, como fuente de consulta ante cualquier molestia física.

No hay rincón de San Antonio donde no lo reconozcan y le pidan una foto o un autógrafo. Lo aman. Es el mejor predispuesto para atender a la prensa, según me confesó Tom James, director de Comunicaciones y Relaciones Públicas de los Spurs”.

¡Salud, Manu!

Por O.R.O. Fotos: AFP