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Nahuel Jiménez: "Agüero me llevó al Atlético de Madrid B"

Llegó a Malta después de un paso por el ascenso italiano. Amigo del Kun, eligió al Valletta para intentar jugar la Champions League.

Por Redacción EG ·

16 de febrero de 2012
Imagen EN EL VARESE el técnico lo quería, pero no tuvo opción y se tuvo que volver.
EN EL VARESE el técnico lo quería, pero no tuvo opción y se tuvo que volver.
El pequeño archipiélago de Malta está ubicado en el medio del Mar Mediterráneo. Es verdad que el país no tiene una tradición futbolística destacable. Sin embargo, eso no impide que la pasión por el fútbol esté presente. Allí, más precisamente en Valletta, se encuentra Nahuel Jiménez, un futbolista argentino que la pelea día a día.

¿Cómo es el fútbol en Malta?
Se puede jugar. Si bien es bastante físico te dejan espacios. El Valletta tiene a la mayoría de los jugadores en la Selección y eso se nota. Hay diferencias con el resto de los equipos. Así que la mayoría te espera, se meten atrás y salen de contra. El nivel es comparable con una C1 italiana.

¿En qué parte de la isla estás?
Yo estoy en el centro. Es chica una isla chica así que en 30 minutos vas de una punta a la otra. Lo más lindo de la isla es la parte de Valletta, cerca de donde está el club en el cual yo juego. En verano se llena, es muy turístico.

¿A qué aspira el Valletta?
El Valletta aspira a ganar el torneo y clasificarse al repechaje de la Champions. La idea es esa, de última, quedar segundos o terceros para clasificarnos a la Europa League. Incluso, eso fue lo que me fue lo que me llamó la atención para venir acá. La posibilidad de jugar una preliminar de Champions no la hubiera tenido en un equipo de Serie B en Italia.

¿Cómo es la vida en Malta?
Muy tranquila. El idioma es dificilísimo. Es una mezcla de árabe, con francés e ingles. Es imposible de entenderlo. En Italia me manejaba porque lo aprendés a la fuerza, es entendible. Acá estoy al horno.

¿Tu familia está con vos?
Ahora mi familia está en Argentina y mi novia en Marino, Italia. Pero la puedo ver seguido porque tengo una hora de viaje en avión así que dentro de todo la sobrellevo.

¿Que ventajas sacás futbolísticamente con el hecho de ser argentino?
Pienso que los supero en la técnica. Acá el deporte es bastante físico, son altos y grandotes, entonces el juego se hace mucho más duro. Acá hay varios brasileños y argentinos porque creo que son mejores técnicamente que un jugador maltés.

¿Tuviste la chance de jugar en América?
Sí, cuando yo estaba en el Marino de Italia me llegó una oferta de jugar en la B de Uruguay. Pero me dieron ganas de volver a Italia, un poco por lo económico, pero más que nada porque ya había tenía una relación. La verdad mi novia, Linda, influyó.

Nahuel hizo inferiores en Independiente y llegó a jugar en reserva. Luego de un fugaz paso por el Rangers de Talca, volvió para jugar en Platense el club de su barrio. Sin embargo, en el día de su debut se lesionó tras un cruce con Federico Lussenhoff y estuvo parado tres meses. “Cuando estaba para volver hubo un cambio de técnico. Llegó Dalla Libera y separó a un montón de jugadores. Desgraciadamente, yo era uno de ellos” cuenta.

¿Cómo llegaste a Italia después de lo que pasó en Platense?
Llegué a Italia porque el Varese hizo una prueba de jugadores en Argentina y yo quedé. A partir de ahí, los italianos empezaron a hacer los trámites de mi pasaporte, pero hubo un par de problemas y cuando estábamos por arrancar el campeonato, la comuna de Varese tiró el trámite para atrás y me tuve que quedar. Una lástima, porque estuve entrenando con ellos un montón de tiempo, hasta jugué un amistoso contra el Milan.

¿Cuándo jugaste con el Milan?
Apenas llegué a Italia jugamos un amistoso contra el Milan a cancha llena. Fue muy loco, hacía un mes estaba entrenando con Platense y de repente me tocaba marcar a Ronaldinho. Jugué treinta minutos contra Seedorf, Gattuso y Borriello, estaban todos.

¿Con quien cambiaste la remera?
No, la verdad que no me traje ningún recuerdo. Estaba muy nervioso, cuando entré los vi a todos y me quedé duro. No les podía hablar y, bueno, tampoco no les pedí nada. El único recuerdo que me quedó es una foto en la que estoy marcando a Seedorf, pero nada más. Me equivoqué ahí.

¿Alguna vez pensaste en dejar de jugar?
No es fácil estar en la cabeza de un jugador que la tiene que luchar todos los días. Yo soy uno de otros tantos futbolistas que la están luchando para hacer lo que nos gusta. Es difícil porque extrañás al país y a tu familia. Hay veces que te levantás y te preguntás ¿Qué hago acá? Pero seguí intentando porque me acuerdo de cuando era chiquito y del todo el sacrificio que hice. Yo pienso que, entre otras cosas, a mi todavía no me tocó esa cuota de suerte que se necesita para dar un salto de calidad.

¿Conocés al Kun Agüero?
Sí. Es una de las cosas que le agradezco a Independiente es que tengo la posibilidad de ser amigo del Kun. Tengo una muy buena relación, he estado en Manchester y en Madrid. Es un pibe re humilde. Para mí es un ídolo porque, además de lo que es como futbolista, él nunca perdió la humildad. Es un pibe sencillo, como lo ves en la tele.

¿Él te ayudó alguna vez con algo referido a la carrera?
No me gusta molestarlo, él es mi amigo. Pero no me gusta pedirle favores. Pero cuando tuve el problema con el Varese, él me llevó y me recomendó para el Atlético de Madrid B. Después, por un problema con el cupo de extranjeros no me pude quedar, pero la actitud del Kun fue muy buena.

¿Tenés alguna camiseta?
Si. Siempre me dice lo mismo, “Nahuel tomá cinco camisetas para que repartas en tu casa o para tu familia.

¿Y vos le mandaste una del Valleta?
No, del Valleta todavía no le mandé nada. Ya se la voy a mandar. Lo que sí, él tiene una remera mía de cuando yo jugaba en Platense. Esa sí se la pude dar.

Por Federico Lamas