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Del Potro y Nalbandian, al fin juntos
Las figuras del equipo argentino se olvidaron por un rato de sus diferencias y pusieron a Argentina 2-0 el primer día de la serie con la poderosa Serbia. ¡Y en Belgrado!
EL REY David bbarió a Troicki, quien le había dado a Serbia la primera Copa Davis de su historia ante Francia (Sitio oficial Copa Davis).
Pero no iba a ser el único hueso complicado de roer; el conjunto rival se completaba con Tipsarevic, que este año alcanzó por primera vez el Top 20 y los cuartos de final del US Open; y Troicki, quien cerró en 2010 el quinto punto en la final con Francia y le dio la primera Ensaladera de Plata a Serbia. Difícil, por no decir casi imposible.
Pero el tenis sorprende, y por eso es emocionante. Argentina pasó a ser potencial ganador de la serie. Djokovic se bajó del primer duelo con Nalbandian por la semejante carga física que venía arrastrando desde el comienzo del Abierto de los Estados Unidos. En ese contexto, los dirigidos por Tito Vázquez pudieron especular al no estar obligados a ganar todos los puntos que no jugara Djokovic. La mano de Nalbandian fue más que las dudas de Troicki -David ganó por 6-4, 4-6, 6-2 y 6-3-, y los palazos en el servicio de Del Potro también superaron a Tipsarevic -por 7-5, 6-3 y 6-4-, que nunca pudo entrar en partido por esa misma razón. Ambos tenistas coincidieron dentro del equipo por primera vez en la era de Tito Vázquez (no lo hacían desde la frustrada final de Mar del Plata).
LA TORRE de Tandil también se anotó en el triunfo parcial. Vapuleó al siempre difícil Tipsarevic y puso el 2-0 en Belgrado (Sitio oficial Copa Davis).
Nalbandian jugó 43 partidos por Copa Davis; ganó 33 y perdió 10 (sumando singles y dobles). Y todos cruciales: jamás jugó uno de relleno -con la serie ya definida-. Por ende, nadie puede negar su etiqueta de ‘copero’. Junto con el tandilense, pese a la relación distante que mantienen fuera de los courts (en esta serie pareció alivianarse), forma un equipo realmente temible. Ambos se adaptan a cualquier tipo de piso. Y eso que no son el David de 2007 ni el Delpo de 2009.
Existe, también, un dato relevante: es la primera vez en la historia que Argentina gana el primer punto (mucho menos había conseguido los dos del viernes) en una semifinal en condición de visitante. ¿Por qué no pensar en una nueva final? La mesa está servida.
Por Pablo Amalfitano
@amalfitanopablo