El Lille se consagró en Francia de la mano de un balsero

Que los dos trofeos de la temporada en Francia los haya ganado el Lille -cuyo último título lo había ganado hace 55 años- es, de por sí, un hecho digno de destacarse. Pero que el capitán de este sorprendente equipo sea alguien que nació en una balsa, mientras sus padres huían de Africa, minimiza cualquier éxito deportivo y engrandece la victoria personal de un luchador que simboliza a tantos otros, en un país y en una federación donde el racismo es cada vez un problema mayor.

Por eso, la historia de Rio Mavuba es inspiradora. Su padre, Mafuila, jugó el Mundial 1974 con la camiseta de Zaire. Su mamá era angoleña. Ambos viajaban como refugiados en un bote, huyendo de la guerra civil angoleña en 1984. Y allí, en el medio del mar, nació Rio. “Mi pasaporte no dice ninguna @ContRelD@nacionalidad, solo que nací en aguas internacionales”, cuenta el volante.

Los Mavuba llegaron finalmente a Francia. Pero para Rio la vida nunca fue fácil. A su madre la perdió a los dos años. A su padre, a los 14. La ciudadanía francesa recién le llegó en 2004, a caballo de su ya indiscutible talento futbolístico. Por entonces jugaba en el Bordeaux y necesitaba el papel para ir a la Sub-21 de Francia. Después pasó por el Villarreal, pero no logró adaptarse. Volvió al Lille y se transformó en el alma del club del norte.

En Congo abrió su propia fundación y apadrina un orfanato con 31 chicos en Kinshasa, aunque nunca pensó en jugar para ese país. “Yo me siento muy francés”, dice. Hoy, justo cuando a Laurent Blanc se lo acusa de aplicar un criterio racial para armar una selección con menos africanos, Mavuba (6 PJ) espera su chance en silencio. Un silencio que interrumpe para gritar campeonatos.


Martín Mazur
Twitter: @martinmazur