El Barcelona de Guayaquil, tras los pasos espirituales de Racing

El domingo 15 de febrero de 1998, cerca de quince mil fieles participaron de la “jornada de exorcismo” realizada en el estadio Juan Domingo Perón, el Cilindro de Avellaneda. Aquellos fanáticos no se detenían a pensar cuán rara o ridícula podía parecer la situación, puesto que eran capaces de hacer lo que fuera para que su Racing se libere de la “maldición” que lo perseguía hacía más de tres décadas.
 
Cuando se quería explicar la sequía de títulos de la Academia, no eran pocos los que dejaban las cuestiones futbolísticas de lado y recurrían al fantaseo que incluía brujerías, fantasmas, hechizos y demás yerbas. Por todo eso, con el aval económico del presidente Daniel Lalín, en Racing no dudaron en organizar aquel “acto de fe”, que no dio los resultados esperados –el equipo entonces dirigido por Cappa finalizó en la 15ª posición-, pero significó un hecho insólito en la historia del fútbol mundial.

En los primeros días de 2011, cerca de cumplirse ¡trece! años de aquella “jornada de exorcismo” racinguista, hay alguien que parece tener la intención de tomar la posta de aquellas extrañas prácticas. Se trata de Alfonso Harb, flamante presidente del Barcelona de Guayaquil (Ecuador), quien manifestó que su club no grita campeón hace más de ¡trece! años “por culpa de una brujería”.

“Hemos descubierto algo diabólico con lo que han intentado hacerle daño al Barcelona. Hace tres meses, uno de los encargados de la cancha encontró enterradas dos botellas de vino detrás de los arcos del estadio, con una sustancia mal oliente y un muñeco con el uniforme del club perforado por alfileres”, afirmó Harb en tono serio, durante la presentación de cuatro de los trece (si, ¡13!) futbolistas que incorporó el equipo de Guayaquil para la nueva temporada, en la que intentarán superar la mala racha y obtener así su campeonato nacional número catorce. Si, actualmente el Barcelona ecuatoriano suma ¡trece! títulos ganados...

Pero claro, basándose en las extrañas creencias exhibidas en sus declaraciones, el presidente del Barcelona fue más allá para tratar de ahuyentar las energías negativas. Tras asegurar que la “maldición” la habría perpetuado el futbolista camerunés Cyril Makanaki en la década del 90, debido a que en esa época el club no le pagaba el sueldo que le había prometido, Harb exhibió una imagen de la Virgen Dolorosa, a la que le pidió su ayuda divina para terminar por completo con el maligno “hechizo”.

El método de Alfonso Harb para expulsar a los “malos espíritus” que -según él- merodean al Barcelona no tuvo tanta producción como el exorcismo de Racing, pero no quedan dudas de que en Guayaquil son tan creyentes como en Avellaneda. No obstante, si persiste la ausencia de títulos, no extrañaría que Harb le haga un llamadito a Lalín, para que el ex presidente de la Academia lo ayude a organizar un exorcismo para el club ecuatoriano.

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