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Para Javier Pastore, la vita è bella

Javier Pastore es el mejor argentino del campeonato italiano, metió tres goles en el clásico, Real Madrid y Barcelona se pelean por él y Batista quiere convertirlo en el bastonero de Messi. Encima, vive sobre el Mediterráneo y tiene 21 años. ¿Qué más?

Por Redacción EG ·

23 de diciembre de 2010
Nota publicada en la edición diciembre 2010 de la revista El Gráfico

Imagen ¿QUIEN TE HA visto y quién te ve? El Flaco Pastore, todo un bon vivant, paseando por el Mediterráneo.
¿QUIEN TE HA visto y quién te ve? El Flaco Pastore, todo un bon vivant, paseando por el Mediterráneo.
ALGO PERSONAL
Nombre completo: Javier Matías Pastore.
Fecha y lugar de nacimiento: 20 de junio de 1989 en Comuna San Roque, Córdoba.
Edad: 21 años.
Altura: 1,87 metros.
Peso: 78 kilos.
Trayectoria: Debutó en Talleres de Córdoba en el Nacional B, en 2007. Allí jugó 5 partidos. Su debut en la máxima categoría ocurrió el 24/5/2008, en River 1 - Huracán 0. En Huracán jugó 31 partidos y metió 8 goles (2007-09). En Palermo lleva (al 24/11) 55 partidos y 11 goles en una temporada y media l

EL FUTBOL no es perfecto. (Vaya novedad).

El fútbol, sin embargo, a veces presenta simetrías tan perfectas que asusta.
El recorrido de Javier Matías Pastore en los últimos cuatro años podría verse como uno de esos segmentos de geometría que enseñan en la primaria. En el centro, con fecha diciembre  2008, se coloca el punto mayor, el eje central que lleva nombre propio: Angel Cappa.

Viajando dos años para atrás, la vida triste, el bajón, la insólita sucesión de hechos bochornosos –como anunciarían en Deportes en el Recuerdo- con tres puñales en dos años capaces de tumbar al más entusiasta. 1°) A los 17 lo suben de la Quinta a la Primera de Talleres, su club del alma, Gareca lo hace debutar en el Nacional B, le da pista por cinco partidos y después lo baja de un hondazo a su división sin explicaciones ni posibilidad de revancha. No vuelve nunca más; 2°) Va a Huracán pero por un problema entre el gerenciador de Talleres y el club queda colgado seis meses sin poder  practicar con sus compañeros y entrenándose solo en un gimnasio; 3°) Solucionado el conflicto, en su primera pretemporada con El Globo casi se corta el ligamento del tobillo y debe sufrir un parate de 4 meses.

A la derecha del punto central, la vida bella, la explosión, la inesperada sucesión de hechos sorprendentes con tres hitos capaces de marear al más ubicado de la cuadra. 1°) La descose un semestre en el Huracán que finaliza subcampeón; 2°) A pesar de sus características de armador, es transferido por 20 millones de dólares al fútbol italiano (Palermo), donde se valoran más otro tipo de cualidades y termina redondeando un buen torneo; 3°) Es el futbolista argentino más joven en la lista de 23 del Mundial 2010 y a su regreso la rompe en su club y el presidente Zamparini avisa que su joya vale 60 millones de euros y que es más completo que Messi. Barcelona, Real Madrid, Chelsea, Manchester City y algún pesadito más piden condiciones por él. Es imposible no imaginarlo a partir de la próxima temporada en alguno de estos clubes...

-¿Te llegó la compensación toda de golpe?
-Siempre pienso en eso, en cómo pasé de la mala suerte de no pegar una a que me salga  todo redondo. Cuando se me dieron esas tres pálidas tan seguidas, mis amigos me querían llevar a ver a una bruja. Por suerte tuve la contención de mi familia y de Marcelo Simonian, mi representante. No me dejó tirado en un hotel, sino que me llevaba todos los días a su casa, vivía con su familia, me sentí protegido. Hoy, me cuesta creer esto que me está pasando. Tener un año así es increíble y soñado, realmente me cuesta creerlo.

LA VOZ desde el otro lado del Atlántico suena mansa y tranquila, al tempo de su armonioso y elegante andar en la cancha. Si se juega como se vive, ¿por qué no afirmar, también, que se habla como se juega? Javier Pastore nos sirve de muestra. Es viernes a la tarde y está en Palermo, capital de la isla de Sicilia, sobre el Mediterráneo, y no se lo advierte alterado por el estrés. Ha llegado ayer desde Qatar, donde Batista le confió la titularidad para ser el bastonero que le permita a Messi brillar con la misma intensidad que en el Barcelona. Esto recién comienza, pero la etiqueta de “El Socio” será su compañera de ruta en los próximos meses con la Albiceleste.

Al Flaco de la Comuna San Roque, el pueblo ubicado a 40 kilómetros de Córdoba capital, el pueblo donde nació y que es centro geográfico de la Argentina, según presumen sus habitantes, ya lo han comparado con la creme de la creme futbolera. De Francescoli a Riquelme, pasando por Kaká, Zidane y Cruff. Y ninguno desentona con su estilo. Todas las pilchas le sientan bien al Flaco. Hoy es el mejor argentino del Calcio y está en la pelea por ser el mejor de todos, sin especificar nacionalidades. Barcelona y Real Madrid prometen batirse a duelo dentro de poco, por contar con sus servicios. El Flaco, por lo pronto, se lo toma con soda (o con fernet, para no olvidar al pago chico), mientras no deja de maravillarse con la cocina tana. “Acá es todo rico. La pasta es buenísima. Yo como lasagna, spaghetti, de todo, y voy metiéndole cada día una salsa distinta. También me encantaron los arancini, que son como albóndigas de arroz, es típico de acá”, detalla con ínfulas de Martiniano Molina.

-¿Le das al diente? Porque sos muy flaco...
-Sí, como una banda yo, pero siempre me mantengo flaco, no sé por qué.

-¿Te fuiste solo o estás con la familia?
-No, no, están mi hermana, su esposo y mis dos sobrinitos, que viven en una casa cerca; y mi hermanito y yo vivimos en otra. Mis viejos vienen cada tres meses.

-¿Vos cuidás a tu hermanito?
-Bueno, en realidad mi hermanito Juan tiene 17 años. El jugaba en Talleres, de enganche o delantero, como yo, y ahora está por arrancar acá, en Palermo.

Imagen EN EL MUNDIAL fue el más joven de Argentina y jugó 42 minutos. Aquí, entre Diego y Lahm, la noche de Alemania.
EN EL MUNDIAL fue el más joven de Argentina y jugó 42 minutos. Aquí, entre Diego y Lahm, la noche de Alemania.
-Para la posición habrá seguido tu consejo, como vos seguiste el de tu viejo...
-Sí, me acuerdo de que, cuando fui a probarme a Talleres, tenía 9 años y nunca había jugado en cancha grande. Yo pateaba con amigos y era de agarrar la pelota siempre, entonces cuando fui a la prueba le pregunté a mi viejo en qué puesto tenía que jugar. “Vos decí que sos diez”, me aconsejó. Y quedó. Creo que le pegó.

-¿Tus sobrinos también juegan?
-Bruno y Franco tienen 3 y 4 años y viven con la pelota encima. Cuando mi hermana se cansa de los enanos, me los manda, y vamos juntos al entrenamiento. Ellos se cambian conmigo en el vestuario, porque yo les llevo toda la ropita completa. Tienen la del Palermo, también la de Talleres, Huracán y la Selección. En cada club que estoy, les compro el equipo. Se cambian, juegan un ratito conmigo en la cancha, y mientras me entreno, ellos se quedan a un costadito, tranquilos. Son unos amores.

-Tu hermana aprovecha y duerme una siesta.
-Tiene una tarde espectacular. Y yo también.

-¿Y allá podés caminar por la calle o ir a un restaurante o se te tiran encima?
-Apenas llegué vine con 15 familiares, no me conocían y andaba con el mate de acá para allá, en la playa, sin problemas. Ahora se complicó un poco. No es como en Nápoles, donde el Pocho Lavezzi no puede salir a la calle, pero esta zona del sur es lo más parecido que hay a Nápoles. Apenas te ve, la gente quiere la foto; al principio parecen tímidos, pero cuando se anima uno, vienen todos atrás. Igual, a los jugadores de Europa es difícil verlos por el centro caminando, nosotros somos más dados, ellos son más cerrados.

-¿Pagás en los restaurantes?
-Donde voy, tengo la costumbre de pagar. Si te dicen que es gratis, después seguro que viene una cosa a cambio. Prefiero comer y pagar.

-¿El clásico de la isla es picante como un Huracán-San Lorenzo?
-Es terrible, con el Catania somos los únicos dos equipos de la isla, y es mitad y mitad la cosa, así que se vive fuertísimo, hasta hubo muertos en las tribunas hace no mucho.

-¿Cómo te trataron después de la tripleta?
-Enseguida viajé a Qatar, pero apenas volví, había muchísima gente en el entrenamiento mostrando su alegría, hacía casi 3 años que no se ganaba el clásico y la gente estaba medio desesperada. En varios lugares pegaron folletos con cargadas, poniendo mi imagen en unos cartones de leche con el nombre Catania y con la leyenda “pasteurizada tres veces”, jugando con mi apellido y los tres goles.

-¿Te mandan regalos a tu casa?
-Cuando salgo mejor jugador de un partido, un tipo que tiene una cafetería me manda 25 kilos de café. Yo me quedo con 10 paquetitos y el resto los regalo. Por ahí si ganamos te llevan cosas típicas de panadería, o cajones de frutas, la gente aquí es muy apegada al jugador. En la isla hay muchísimas plantaciones, el café es como el pan, y abunda la comida.

-¿Pudiste meter algo de música en el vestuario o no tenés cabida?
-Metemos bastante cumbia y reggaetton con los otros sudamericanos. Ahora me hice amigo de la chica de prensa que maneja la voz del estadio, y la música que pasan por los altoparlantes antes de los partidos la elijo yo.

-¿Cuarteto cordobés?
-No, todavía no, no sé cómo lo van a tomar, para tanto no me da.

-¿Te gusta jugar con camiseta rosa?
-Sí, somos el único equipo que juega con una camiseta así, le da un color distinto al fútbol.

Imagen FESTEJO con la rosa del Palermo. Metió 3 en el clásico de la isla y es Gardel.
FESTEJO con la rosa del Palermo. Metió 3 en el clásico de la isla y es Gardel.
-¿Por qué usas el N° 27?
-Porque es el preferido de mi mamá. Yo quería el 16, como en Huracán, pero ya lo tenía un compañero y me quedé con el 27.

EL NUMERO de mamá. Javier mantiene una relación muy fuerte con mamá Patricia. Basta recordar aquel festejo de gol ante Lanús con un piquito entre ambos, al mejor estilo Diego y Doña Tota. O aquella otra camiseta blanca con la inscripción “Feliz día a todas las madres en Argentina” que lució tras convertir esta temporada. Patricia no camina pero siempre empujó como una mula. Se mueve en silla de ruedas desde el nacimiento de Juan, el hermano menor. Sufrió un problema en el parto y quedó así.

-Desde el día en que empecé en Talleres –se emociona Javier-, ella me llevaba todos los días al entrenamiento, me esperaba y me traía. Las discusiones entre mamá y papá eran raras. Mi viejo quería que fuera a la escuela y mi mamá decía que jugara al fútbol.

-¿Cada tanto mirás para atrás y te acordás de tu primer viaje a Europa?
-Siempre me acuerdo, claro, porque son cosas que me ayudaron a crecer. Tenía 15 años y fuimos cinco chicos de Talleres a una prueba al Saint Etienne, porque había un vínculo entre las instituciones. El lugar más lejano al que había ido yo hasta entonces era Buenos Aires, así que estar un mes de prueba en Francia, entrenarme con jugadores de allá, conocer su cultura, para mí fue algo muy novedoso. Quedamos 3 de los 5, pero justo se pelearon los directivos de los clubes y éramos como una moneda de cambio por una plata que Talleres le debía al Saint Etienne. No se dio y fuimos dos semanas al Villarreal, nos entrenamos con la primera y volvimos a quedar los mismos tres, pero tampoco se arregló. Fue una experiencia inolvidable, conocí Europa y también a mi espejo, Riquelme. Me saqué una foto con él, que mi vieja tiene bien guardada.

-Cuando fuiste al fútbol italiano, ¿no pensaste que se te iba a complicar por tu estilo?
-Vine con un poco de miedo de no enganchar enseguida. Por suerte conté con una dirigencia y unos compañeros que me ayudaron muchísimo. Yo vine con la idea de tener un primer año de adaptación para recién este año empezar a jugar seguido. Gracias a Dios jugué de entrada y después vino Delio Rossi (ojo: no confundir con Elio), me sacó un tiempo, me hizo aprender en el aspecto táctico, me dio muchísima confianza y me permitió jugar como yo lo sentía.

-¿Qué cosas te enseñó Rossi?
-Siento que crecí mucho en lo táctico. Con la pelota me dan la libertad y puedo jugar donde quiero sin tantas obligaciones, pero el tema era cuando no tenía la pelota. Angel me daba una posición para volver y listo. Acá, si no ayudaba al equipo a recuperar, no podía jugar. Rossi vio que me faltaban esas cosas y me tuvo un mes y medio llevándome al banco, pero después de los entrenamientos de ese mes y medio, se quedaba una hora conmigo para practicar movimientos: cuándo salir, cómo cerrar, dónde buscar la pelota. Cuando vio que hacía bien esa tarea me puso de titular otra vez. Y yo empecé a encontrar más fácil los espacios y a cansarme menos al regresar. Fue un tiempo antes de que se terminara el último campeonato, casi sobre el Mundial.

-Tuviste una buena primera temporada, pero explotaste ahora, ¿cuál fue el clic?
-Ir al Mundial, sin duda. Más allá de los movimientos que sumé, cuando volví de Sudáfrica noté que me miraban de otra manera. Ir a un Mundial es algo muy fuerte, a mí me hizo crecer como persona y jugador, volví con otra confianza y otra seguridad. Saber que todo el mundo está pendiente de vos es una responsabilidad muy grande. Compartir equipo con verdaderos monstruos te da otra mentalidad, la de querer ganar siempre. Cuando volví a Italia, me sentía otro, nada que ver al que se había ido. Fue un envión anímico increíble.

-¿Dónde estabas durante el Mundial 2006?
-En Córdoba, en las Inferiores de Talleres. Miré todos los partidos.

-En ese momento, ¿se te cruzó que podías llegar a estar en el Mundial siguiente?
-Nada, porque lo tenía muy lejos, todavía no había jugado ni en la Primera de Talleres. Incluso aún jugando en Huracán, tampoco lo pensaba como una chance. Cuando Diego me citó antes de Navidad para el partido con Catalunya, mi pensamiento interno fue: “Llegué a la Selección”. Estaba feliz, era lo que me faltaba. Al año siguiente, cuando me citó a dos amistosos seguidos, ahí la empecé a ver como posible. Me ayudó terminar bien el campeonato italiano y que se hablara mucho de mí.

-¿También te ayudó que tu ídolo Riquelme estuviera peleado con Maradona?
-Seguro; si no, el puesto era de él. En esa posición, Román era el jugador perfecto.

A LA VUELTA del Mundial, el Real Madrid puso 25 millones de euros sobre la mesa por El Flaco, según la versión de Mauricio Zamparini, presidente del Palermo. “Pastore vale 60 y es más completo que Messi”, afirmó el presi, que no se caracteriza por la sobriedad en sus declaraciones, sobre su joya de 21 años.

Imagen ALBUM FAMILIAR. Su hermana Lorena, su cuñado Javier y los sobrinos Bruno y Franco en Brazos. Su novia Chiara (de azul) y su hermano mayor, Ariel.
ALBUM FAMILIAR. Su hermana Lorena, su cuñado Javier y los sobrinos Bruno y Franco en Brazos. Su novia Chiara (de azul) y su hermano mayor, Ariel.
-¿Qué pensaste al escuchar eso?
-Que el presidente, conmigo siempre habla un poco de más (risas). Zamparini me quiere muchísimo, tenemos una excelente relación. En cuanto a la cotización, él trata de vender lo suyo. Después, que soy más que Messi, bueno, se ve a simple vista que no es así.

-¿A Zidane lo conocés personalmente?
-No tuve la suerte. Si viene a algún partido del Palermo en Italia, pediré conocerlo.

-¿Sos el nuevo Zidane, como dicen allá?
-No, no, pará; Zidane fue un grande del fútbol, a mí me falta muchísimo.

-¿Hablaste con Mourinho alguna vez?
-No, lo vi cuando enfrentamos al Inter.

-Supuestamente le pidió a Florentino Pérez que te lleve sí o sí al Madrid.
-Me contaron que en una nota habló algo de mí. Real Madrid y Barcelona son dos de los clubes más importantes del mundo, y que se diga que están interesados en mí me deja tranquilo, me indica que estoy haciendo las cosas bien. Sería hermoso ir a un club así, un crecimiento importantísimo en mi carrera.

-De todos los elogios que recibiste, ¿cuál fue el que más te conmovió?
-Y... el de Diego en el Mundial. Además se notó que fue espontáneo, natural, que no era una frase armada.

-¿Sos un maleducado del fútbol, como dijo?
-Yo me divierto jugando así, y creo que si me sigo divirtiendo también seguiré creciendo. Al fin de cuentas, para mí el fútbol es un trabajo pero al mismo tiempo no deja de ser un juego, y si lo hacés con diversión lo vas a jugar mejor que sufriendo.

-¿Tu compañero Miccoli te preguntó muchas cosas de Maradona?
-Aunque no nació en Nápoles sino en Lecce, desde siempre dijo que Maradona era lo más grande y le puso Diego a su hijo. Es fanático. Una vez me pidió que le haga firmar camisetas por él. En su locker del vestuario tiene fotos de Diego pegadas, es impresionante. Por eso, cuando salió que le iban a quitar los aritos, lo primero que me dijo fue: “Quedate tranquilo que los compro yo”.

-Vamos a la Selección: ¿se festejó mucho el triunfo sobre Brasil o no tanto?
-Se festejó, sí, no una locura pero se festejó, hacía mucho que no se le ganaba a Brasil. Estos amistosos sirven para corregir errores, pero a la vez es un clásico y se tienen que ganar o ganar, porque quedan en los libros y la Argentina siempre quiere ser más que Brasil.

-Encima en el descuento y con un golazo...
-Tiene un gusto especial. Ellos se deben querer morir.

-¿A Messi lo notaste eufórico en el vestuario, como diciendo “Al fin los pude embocar en mayores” o está siempre igual?
-Lo vi más contento que siempre, pero no eufórico. Leo tiene una personalidad muy tranquila, por ahí no demuestra sus emociones con gestos o con gritos. Es una gran persona, y eso ayuda mucho. Somos parecidos en el estilo, bastante tímidos los dos.

Imagen LA FOTO es del mes pasado, fue tomada en un barco con casino. Con la Play le gana a Messi.
LA FOTO es del mes pasado, fue tomada en un barco con casino. Con la Play le gana a Messi.
-¿Un triunfo así puede servir para que la Selección suelte un poco sus complejos?
-Ayuda muchísimo una victoria así, como también la de España, porque a los grandes hay que ganarles siempre. Eso, en los últimos años, no estaba pasando. Y obviamente viene bien.

-¿El Checho te pide que lo busques todo el tiempo a Messi?
-Di María estaba más abierto y a los dos del medio, a mí y a Banega, nos pidió que nos juntemos y lo busquemos a Messi, que creemos fútbol de mitad de cancha en adelante.

-¿Podés ser el socio que tanto se le busca a Messi para que rinda como en el Barcelona?
-No le podemos pedir a Leo que juegue como en el Barcelona, porque allá juega hace 10 años todos los días con las mismas personas. Lo que tenemos que hacer nosotros es aprovecharlo al máximo, porque jugadores así salen cada 30 años. Y no pasa por mí solo, sino porque el equipo tenga un estilo y encuentre a los jugadores para que se pueda hacer. Leo está acostumbrado a tener cerca jugadores que saben mucho con la pelota, sería importante encontrarlos para hacer más o menos el juego del Barcelona.

-¿Creés que Messi puede ser tu Defederico?
-Ja, ja, lo bueno, si me toca seguir jugando, es tratar de encontrar el funcionamiento. ¡Cómo se va a agrandar Mati con esta pregunta!

-Se ve que tienen buena química con Messi.
-Sí, nos conocimos antes del Mundial, cuando nos juntábamos los más chicos a jugar a las cartas o a la Play. Ojo: del Mundial me fui invicto con él en la Play, le gané siempre que jugamos. Después, Leo los pintaba a todos. Pero conmigo, no pudo.

-¿Te mete fichas para que vayas al Barça?
-De esas cosas no hablamos.

-¿Pero no te hace algún comentario del tipo “Vení al Barcelona que te vas a divertir”?
-Di María e Higuain lo joden un poco y dicen en voz alta: “Este se va a ir para el Barceolona, no quiere venir con nosotros”. Bromas, nada más.

-Parece que vas a hacer que el Madrid y el Barcelona se peleen...
-Ojalá que pueda seguir como ahora y si Dios quiere tenga la posibilidad en el futuro de ir a un club de esa categoría.

-¿Dónde te ves el año que viene?
-En el Palermo. Después, no sé. Si ando bien, me venderán a algún club importante; y si ando mal, iré a préstamo a un club de la B de acá (sonríe con modestia).

-¿Cómo hacés para estar con los pies sobre la tierra, con tantos elogios y clubes importantes buscándote?
-Leo poco los diarios. Mi familia los compra, guarda los artículos pero no me los hacen ver. Me llegan los comentarios, sí, pero trato de hacer las cosas que hice siempre: estar con mi familia, jugar con mis sobrinos, ir al cine...

-Viendo cómo te va, la conclusión es que los enganches no están muertos y gozan de muy buena salud hasta en el fútbol italiano...
-Sí, y van a seguir viviendo.

-Zidane, Kaká, Francescoli, Riquelme, Cruyff, te comparan con todos los buenos. ¿A quién te parecés más, según tu modesta opinión?
-De chico me gustó Kaká y fue al que más le traté de copiar las cosas. Ojo: no te puedo decir que me parezco a Kaká, no lo veo ni loco así, aclaralo por favor.

ACLARADO, entonces. Vive en una nube el Flaco Pastore. O en una isla para ser más precisos. Leyendo las noticias que llegan desde Italia, mirando de reojo la foto de apertura de esta nota, no caben dudas: de vez en cuando, la vida es bella. Bellísima.

Por Diego Borinsky