Descubriendo a...

Descubriendo a Julián Velázquez

Descubierto por Pancho Sa, el defensor del Rojo pinta como una de las revelaciones en su puesto.

Por Alejandra Altamirano Halle ·

14 de diciembre de 2010
Nota publicada en la edición noviembre 2010 de la revista El Gráfico.

Imagen ABISPA. Es el apodo que le pusieron sus compañeros cuando ese insecto lo picó en una práctica.
ABISPA. Es el apodo que le pusieron sus compañeros cuando ese insecto lo picó en una práctica.
LLEGO A Independiente en 2006, por recomendación del entrenador de la Cuarta del Rojo, Francisco Sa, quien había ido a Corrientes a pasar las fiestas de fin de año con su hijo, Maximiliano, preparador físico de Boca Unidos de Corrientes. Pancho asistió a una final del torneo local y cuando lo vio a Velázquez quedó impresionado por su velocidad y por la precisión en los cruces. Encontró en el correntino algo de lo que él había sido en sus mejores épocas como defensor: se podía adaptar sin complicaciones a cualquier posición. También le vio un parecido a Hugo Villaverde.

Nacido el 23 de octubre de 1990, por entonces jugaba de lateral por izquierda o derecha, aunque su puesto natural es marcador central. Cuando se presentó en Independiente, por ejemplo, se probó de dos, le fue bien y lo ficharon. Mientras convivía con otros 49 chicos del Interior en la pensión de Independiente, esperaba ansioso su chance en Primera. Claudio Borghi fue el encargado de promoverlo en el segundo semestre de 2008. Pero tuvo tanta mala suerte que al poco tiempo se rompió los ligamentos y estuvo ocho meses parado. En el invierno de 2009, con Américo Gallego como entrenador, volvió a ser tenido en cuenta, cuando el Tolo llevó a diez juveniles a la pretemporada en Necochea. Esperó mucho para ser titular, porque la primera opción era Leonel Galeano, quien con un año menos ya acumulaba más de 30 partidos oficiales. Empezó a lucirse en Reserva y el 5 de noviembre de 2009, el Tolo lo nombró cuando hizo el anuncio de los once que iban a jugar el partido ante Gimnasia por el Apertura. Él pensaba que le tocaba ir al banco, creyó que Gallego se había confundido: “Tolo, ¿yo voy a jugar?”. El DT le preguntó si tenía miedo y le avisó que iba a jugar de tres. Fue su debut. Con la llegada de Daniel Garnero se afirmó como central, posición en la que también lo utiliza el Turco Mohamed. Mayor de seis hermanos, se muestra como un defensor experimentado pese a tener menos de 20 partidos en Primera. Metió dos goles importantísimos en la consagración del Rojo en la Copa Sudamericana, demostrando que no sólo puede marcar y cuidarles las espaldas a los suyos, también puede colaborar en ataque. Su futuro es enorme y está trabajando duro para que sea brillante.

Por Alejandra Altamirano Halle